𝑯𝒐𝒎𝒆

251 18 0
                                    

Semanas habían pasado desde que los viejos amigos se habían reencontrado.

Arthur jamás pensó en volverlos a ver, sinceramente aquel día pensó que era su fin, sin embargo, no lo fue. Y agradecía por eso.

Poco se hablaba de todo lo que John había logrado, ahora mismo construían su casa, una pequeña pero agradable casa. Una qué por fin fuera decente para la familia Marston.

—¿Creen que a Abigail le guste?— Preguntó un cansado John, quien se encontraba poniendo las losas en aquel enorme techo de madera—. Estoy dudando de todo esto, sinceramente.

—No dudes, John— Le contestó Charles, quien se encontraba preparando un poco de té y en raras ocaciones lo vigilaba para que no se cayera—. Te aseguro que le gustara.

—Bien, gracias Charles— Agradeció, ganándose un asentimiento por parte de él—. Espero Arthur ya no se tarde en traer las pocas losas qué faltan.

—Esperemos que no—.

Mientras tanto Morgan iba de camino a Beacher's Hope, donde por el momento ayudaba a su hermano con aquella casa, estaba tan perdido en sus pensamientos que no supo en que momento algunos cazarrecompezas lo estaban siguiendo.

—Tú, detén la carreta— Habló uno de ellos, poniendo su caballo a un lado de esta—.

—¿Sucede algo?— Preguntó, suponía que lo habían reconocido. Se habían tardado—. ¿Hice algo?

—Hace algunos años se te vio con una antigua banda— Y sí, lo habían reconocido—. Creemos que sigues en contacto con Dutch Vander line.

—Creo que se equivocan, idiotas— Una tercera voz se escuchó, llamando la atención de los tres presentes—. Él no es quien creen, lo confunden.

—¿Quién se cree que es usted?— Interrogó, con el tono amenazante—. Déjenos hacer nuestro trabajo.

—Cómo quieran—.

En un rápido movimiento, ambos chicos se abalanzaron encontra de ella. Sin embargo, fue más rápida y recibieron algunos cortes y golpes en el cuerpo, ocasionando qué terminaran inconscientes en la tierra de aquel camino.

Arthur vio toda la escena tranquilamente, de la que lo había salvado.

—Ya puedes bajar las manos, Morgan— Dijo con una sonrisa, él sonriendo en su respuesta—.

—Gracias. Gusto en verte de nuevo, Sadie—.

—Eso mismo digo— Ambos se acercaron y se dieron un corto pero lindo abrazo—. ¿Qué te trae por aquí?

—Llevaba esto para John. Está construyendo una casa— Lo dijo con orgullo Arthur. Ganándose una sonrisa por parte de la señorita Adler—.

—John con una casa. Es mucho que procesar— Dijo en respuesta—. Pensaba en mandarle una carta.

—¿Una carta? ¿Para qué una carta?— Interrogó con ligera curiosidad—.

—Soy cazarrecompenzas, como esos imbéciles tirados de ahí— Arthur río—. Digamos que tengo un trabajo para él, necesito que me ayude a atrapar a ciertas personas que andan siendo libres sin ninguna sanción o castigo.

—Comprendo— Arthur asintió en respuesta—. ¿Entonces lo necesitas para eso?

—No solo eso, hay algo más—.

—Dime—.

—Micah— Soltó Adler, sorprendiendo a Morgan—. Tengo información, qué podría llevarnos hasta él y acabar de una vez por todas con esto.

 𝑨 𝑳𝒂𝒔𝒕 𝑪𝒉𝒂𝒏𝒄𝒆 / 𝑹𝒆𝒅 𝑫𝒆𝒂𝒅 𝑹𝒆𝒅𝒆𝒎𝒑𝒕𝒊𝒐𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora