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La reina Aemma se encontraba en sus aposentos tomando un baño, sentía una mirada en ella, pensó que era su esposo y se quedó tranquila, pero estaba equivocada, era su amante, Hycindent Hightower, esposa de Otto Hightower y madre de sus dos hijos.

Aemma sabía que había marcado su sentencia de muerte al saber que le estaba engañando al rey y más cuando era una mujer, pero no le importaba cuando estaba sudando y rogando por los dedos de Hycindent.

— "No sabía que te estabas bañando, querida." — Habló su amante tomando su mentón para que la mirase.

— "No te tiene porque importar Hycindent, solo necesito que me traigas mi toalla para secarme e irme a dormir." — Dijo Aemma quitando su mentón de la mano de su amante.

— "Porque tan grosera, que yo sepa no te tiene que enojar nada." — Habló mientras le colocaba la toalla.

— "Mi esposo me prometió una noche de pasión, pero al parecer se le ha olvidado, serías tan amable de llamarlo." — Aemma sabía lo que hacía, le gustaba provocar a Hycindent, sentir la manera en la que la acorralaba a la pared, su boca entrelazada con la suya y sobre todo, el maltrato que le daba, nunca había sentido tanto deseo con Viserys como lo sentía con Hycindent.

Aemma quería ver los celos, la furia en los ojos de su amante, le gusta oír la manera en que le decía que iba asesinar a Viserys y la iba a tomar a ella como trofeo, le gustaba la manera en la que apretaba su cuello a tal punto de dejarlo rojo.

— "Aemma, más te vale que estes jugando, sabes que no me gusta que Viserys entre a tus aposentos y más si es en la noche." — Dijo Hycindent dejando caer la toalla que la cubría para ponerle un vestido rosa transparente que se le notaban los pezones, Aemma nunca había sido atrevida, pero estando con ella se sentía eufórica a tal punto de solo estar con Hycindent todo el día, solo para sentir sus dedos y boca dentro de ella.

— "¿Porque?, sabes que es mi esposo y debo complacerlo, darle herederos al trono." — Lo último de que dijo fue la gota que derramó el vaso.

Hycindent odiaba ver a su Aemma hinchada con el bebé de otro y no con su bebé, odió cada momento cuando quedó embarazada de Rhaenyra, odiaba a los dioses por no hacerla nacer como un alfa y si como una omega, deseaba ver a su Aemma con su bebé, verla amamantarlos con los pechos que había chupado para luego clavarse en su interior y venirse dentro derramando su semilla.

La tomó del cuello con fuerza, tanto que Aemma dejó escapar un gemido, la besó, bajo sus besos al cuello y lo chupó, quería que Viserys entrara en esa puerta y viera como exploraba el cuerpo de su esposa, quería que viera como gemía de placer por ella.

— "Eres mía Aemma, no quiero que llames a Viserys a tus aposentos, solo a mí, a la única que deseas es a mí, a mis dedos, a mi lengua." — Dijo Hycindent arrancando el vestido que le acababa de poner, exploró sus pechos, los tocó y los chupó más de una vez, bajo hasta su intimidad y metió su lengua.

Aemma supo de su plan había funcionado, logró que Hycindent la maltratara en la cama, lo que más le gustaba era la manera en la que ella se ponía celosa, oh pobrecita, si se enterara que ella ya estaba embarazada del segundo hijo de Viserys.

Only you, My loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora