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— Alicent, ¡quiero que me des tu juguete!, tu princesa te lo ordena — La voz chillona de Rhaenyra se hizo presente en el gran salón.

Alicent volteó a mirar a la pequeña princesa de cabellos blancos con mechones rubios, era la quinta vez que Rhaenyra le pedía su muñeca.

— No Rhaenyra, no me agrada que cojas mis muñecas, tu tienes un poco de muñecas — Dijo Alicent abrazando más fuerte su muñeca.

Los ojitos de la pequeña Rhaenyra se iban a llenar de lágrimas, hasta que recordó lo que hizo la otra vez para que Alicent le prestara las muñecas que quería. Solo por un beso.

Rhaenyra se levantó de donde estaba y se acercó a Alicent, la antes mencionada era un poco más alta pero eso no le impidió a Rhaenyra ponerse de puntillas y besar a la pequeña Alicent.

— No...Nyra...Basta — Dijo Alicent entre suspiros.

Rhaenyra al ver que Alicent no quería seguirle el juego, la hizo caer al suelo y se sentó sobre ella, y habló.

— ¿Porque ya no me quieres? ¿Se supone que me enseñaste eso, me dijiste que si te daba un momento de alegría me prestarías todas tus muñecas, acaso ya no te gusta — Soltó Rhaenyra sus lágrimas que antes contenía guardadas.

Alicent sabía que estaba mal, había visto a su madre agachada ante la reina, está con el vestido tapando la cabeza de su madre, parecía que estaba arrodillada ante las caderas de ella. Lo intento con Rhaenyra, le dijo que se quedara parada mientras ella intentó copiar la acción de su madre.

Rhaenyra sintió cosquillas, Alicent le hacia cosquillas cuando se agachaba para meterse en su pequeño vestido, la otra vez, Alicent vio como su madre cogía los pechos de la reina y los acunaba sobre su boca, parecía un bebé hambriento.

Ella lo volvió a intentar con Rhaenyra, le gustó el sabor que tenía Rhaenyra, sabía a fresas y pastel de limón, la anterior vez, Alicent vio como su madre besaba a la reina, pero también veía como le metía dos de sus dedos en su vagina.

Esto le llamo la atención, ¿no se suponía que su madre era una omega?, al igual que la reina, los alfas debían estar con sus omegas, aun que también había visto a su padre con el rey. Alicent era una niña traviesa, la cual fue a los aposentos de la mano del rey, no tocó la puerta ya que no había guardias, eso le pareció extraño pero no le puso tanta importancia.

Entro sonriendo hasta que vio a su padre en la cama con el rey, este estaba de espaldas mientras su padre le metía una gran cosa en su trasero, a la pequeña Alicent le causó atención y se escondió para que no la vieran. El rey y su padre continuaron. Alicent vio como su padre tocaba al rey de manera rara.

Lo ahorcaba y lo atraía más a él, esto parecía gustarle al rey, pedía más y más, su padre dijo una cosa que no podía entender y siguió cogiendo al rey de la misma manera.

Entonces si su madre y padre podían meterse con la realeza, ¿Porque ella no?

Dejo de pensar y tomo a Rhaenyra de la cintura, le dijo que se alzara el vestido, Rhaenyra lo hizo con un gran gusto, disfrutaba las cosquillas que le hacía Alicent y a Alicent le gustaba el sabor a Fresas del coño dé Rhaenyra.

Lo que no sabían, es que Alicent era un alfa y Rhaenyra su omega.

Ambas estaban destinadas.

Only you, My loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora