CAPITULO 1

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—Voy por otra cerveza, —dijo el Dr. Yoo Taehyung, TAE para sus amigos, mientras se levantaba y se dirigía a la cocina. —¿Quieres alguna cosa?

—Sí, tomaré otra cerveza. —Seokjin estaba tan absorto en la televisión que no se había molestado en volverse. Estaba concentrado en el partido de fútbol, sus ojos pegados a la gran pantalla de plasma en la pared.

El oficial Kim Seokjin... era fanático de los deportes y el mejor amigo de TAE desde que eran niños. No le quedaba otra que aguantar al hombre. TAE sacó dos cervezas de la nevera y luego las llevó de vuelta a la sala de estar. Le entregó una a Seokjin y luego se sentó en el sofá junto a él, recostándose y apoyando los pies en la mesa de café.

—¿Dónde está Inseong?

TAE parpadeó sorprendido al no esperarse la pregunta. Había estado esperando que Seokjin le preguntara por Inseong  en algún momento, sólo que no en el medio del partido de fútbol.

—Rompimos. —TAE hizo una mueca mientras se llevaba la botella de cerveza a los labios. —Dijo que no podía comprometerme.

—¿En serio? —Seokjin lo miró. TAE asintió y luego tomó un trago de su cerveza. —Estuvieron juntos... ¿qué? ¿Una semana?

—Seis meses.

—¿Tanto tiempo? —TAE casi se rio cuando Seokjin frunció el ceño.

Seokjin no solía mantenerse al corriente de con quién salía TAE, pero parecía realmente confundido en este momento. —¿Por qué no te comprometerías?

TAE se encogió de hombros. —No lo sé. Sólo no era para mí.

—Hmm. —Seokjin volvió a mirar el partido de fútbol otra vez. Palmeó el muslo de TAE. —Si los dos seguimos solteros cuando lleguemos a los cincuenta, nos casaremos y nos volveremos gruñones juntos.

—Amigo. —TAE se rio—. Cincuenta no está tan lejos. —Unos quince años. Pasaría en un abrir y cerrar de ojos.

—Sesenta entonces.

—Está bien, si los dos seguimos solteros cuando lleguemos a los sesenta, nos casaremos y nos volveremos gruñones juntos. —No es que pensara que realmente fuera a suceder. TAE era gay y Seokjin no.

Seokjin miró a TAE, sus ojos cayendo sobre el regazo de TAE. —Esa cosa debería estar fuera de servicio para entonces. No tendré que preocuparme porque trates de darme por el culo.

—Podrías ser un hombre afortunado. —TAE agarró su entrepierna y la dio una sacudida. —Mi polla puede poner a un hombre de rodillas.

Seokjin negó con la cabeza. —No chupo pollas.

TAE sonrió. —Lo harías por mí. —Se rio y desvió con la palma de su mano el cojín que Seokjin le arrojó. —Sólo digo…

Seokjin negó con la cabeza, un poco de color llenando su rostro. —No sé como lo haces. Dame un buen coño en cualquier momento.

TAE se estremeció. —Nunca he tenido uno. No quiero uno. Los atributos femeninos me dan urticaria.

—Sí, puedes conseguir una inyección para eso hoy en día. —Seokjin apuntó con un dedo a TAE. —Eres médico. Deberías saber eso.

TAE rodó los ojos. —Lo juro, la próxima vez que vengas a urgencias, te voy a coser los labios.

Seokjin se reclinó contra él, y parpadeó rápidamente mientras miraba hacia arriba al rostro de TAE. —Aw, me amas y lo sabes.

Lo hacía, y ambos lo sabían. Eran mejores amigos desde la escuela primaria. TAE haría cualquier cosa por Seokjin, incluso casarse con el idiota si ambos seguían solteros cuando llegaran a los sesenta. Empujó a Seokjin fuera de él.

WINDY SPRING IXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora