WINDY SPRING IX

CAPITULO 12

TAE apenas tuvo tiempo para inhalar bruscamente antes de que los labios de Seokjin lo capturaran en un beso que era tan rudo como sensual. Sintió las piernas de TAE envolver su cintura, los brazos del hombre aferrándose alrededor de su cuello.

—Te necesito, TAE, —Seokjin susurró contra los labios de TAE. No podía negarlo más. Necesitaba a TAE tanto como llevar aire a sus pulmones.

—Pensé que estabas preocupado por quien traje a casa del bar.

Por un momento, el labio superior de Seokjin se curvó hacia atrás en un gruñido. No le gustaba que lo metiera en el mismo grupo que al resto de tipos con los que el hombre había estado.

—¡Eres mío!

—Entonces, ¿A qué estás esperando? —Los labios del hombre se curvaron en las esquinas, sus ojos verdes parpadeando con un destello de complicidad.

Seokjin selló sus labios con los de TAE mientras giraba y llevaba al hombre por el pasillo hasta su habitación. Se olvidó del rubio del bar. Se olvidó de su próxima boda. Se olvidó de sentir celos de los hombres que habían probado la recompensa del sexi doctor. Todo en lo que podía pensar era en lamer hasta el último centímetro de la impecable piel que podía alcanzar.

No existía hombre más hermoso que el que estaba frente a Seokjin. Las piernas de TAE eran largas y delgadas, sus caderas curvas y lo suficientemente anchas como para agarrarlas mientras se follaba ese culo perfecto y redondeado. Seokjin tenía sueños sobre ese culo. Seokjin cerró de una patada la puerta del dormitorio y luego permitió que TAE se deslizara por su cuerpo hasta que el hombre pudo sostenerse sobre sus propios pies.

—Quiero verte desvestirte. —Fantaseaba con eso regularmente.

TAE arqueó una ceja. —¿Quieres que me desnude para ti?

—Quiero verte desnudarte.

—¿No tuviste suficiente de eso en el bar esta noche?

—No es lo mismo.

TAE le dio una sonrisa astuta, y tan lujuriosa que las bolas de Seokjin se apretaron. —Ve a recostarte en la cama, Jin.

Se desabrochó el cinturón y se bajó la cremallera. Respiró lenta y profundamente, mientras sacaba su polla dolorida de los pantalones y envolvía los dedos alrededor de su gruesa circunferencia, acariciando la longitud de su polla desde la punta hasta la raíz y de vuelta otra vez.

—Tócate, —ordenó mientras se ponía cómodo. Siguió acariciando tranquilamente su polla mientras observaba, conteniendo la respiración, cómo TAE acariciaba con sus dedos su cuello, deslizándolos hasta su clavícula y luego hacia su pecho. —Despacio.

Esa sonrisa que lo sacaba de quicio estaba de vuelta, pero al menos TAE hizo lo que le pidió. Seokjin casi se traga la lengua cuando los dedos del hombre rodearon su pezón unas pocas veces antes de pellizcar la pequeña protuberancia. TAE jadeó, sus caderas empujando hacia adelante, haciendo que su pene erecto rebotara como si lo saludara. Seokjin apretó su polla un poco más fuerte, su mano moviéndose más rápido.

Contuvo la respiración mientras pasaba la yema de su pulgar por la abertura en la parte superior de su polla, frotando las gotas de pre semen que se habían acumulado allí. Unos dedos hábiles rodearon la polla más hermosa que Seokjin había visto. No era enorme, pero tampoco era pequeña. Parecía tener el tamaño correcto. Hermosa y gruesa, empapada con gotas de líquido blanco, y Seokjin tuvo de repente el extraño deseo de lamerla.

TAE se acercó a Seokjin. —¿Quieres tocar?

Pregunta estúpida. Los dedos de Seokjin hormiguearon cuando los posó contra las caderas de TAE, los pelos de sus brazos se erizaron como si acabara de ser alcanzado por un rayo. Seokjin tragó y lentamente recorrió la curva de las caderas de TAE subiendo hacia su estrecha cintura. Cuando Seokjin llegó a los hombros de TAE, presionó hacia abajo. El hombre inmediatamente cayó de rodillas. Una pequeña sonrisa se abrió paso a través de sus labios mientras se inclinaba y lamía las gotas de líquido pre seminal que Seokjin no había limpiado con el pulgar.