Capítulo 4: El pueblo de los Mitad Pantera

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Tar Clion

Poblado del Clan Oso

Portón Principal

POV Reiko

Detuve el Vimana justo en la entrada de la destruida muralla respetando así el poblado de los Mitad Oso ya que no tenía permiso de entrar. Me bajé de un salto y me paré justo donde debería estar el portón y me arrodillé esperando cualquier castigo por haber invadido su territorio sin permiso, pero sentí como dos hombres corpulentos se me acercaban y me ponían de pie con sumo cariño. En ese momento la Princesa del Clan Oso dijo....

- Ellas son la Princesas Aine y Reiko, nuestras salvadoras. A su lado se encuentran sus valientes y leales guerreros –

Me sonrojé hasta las orejas, pero me volví un volcán cuando todos los mitad oso comenzaron a aplaudir a rabiar. Al mismo tiempo nuestros compañeros heridos fueron ingresados con rapidez para ser atendidos sin importar si fuera mitad oso o soldado real. Por mi parte me quedé con Aine como una silenciosa escolta. En ese momento ascendió un hombre y al ver a Morrigan corrió a ella y le abrazó. Luego dijo las siguientes siete palabras fatales...

- Lo siento, hemos perdido a mi hermano -

Aine y yo nos miramos, pero la Princesa Oso soltó un grito desgarrador y arrancó a correr hacia la construcción en la piedra. Al hombre se le llenaron los ojos de lágrimas y nos miró...

- Vamos –

Él se dirigió a paso lento a la construcción. Aine y yo les seguimos mudas y graves...

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Tar Clion

Poblado del Clan Oso

Portón Principal

POV Reiko

El hombre nos guio hasta una habitación dentro de la fortaleza. Allí pudimos ver a varios Mitad Oso y a Morrigan parada al frente de una cama. Ella solemne dijo....

- Rey Oso tu reinado ha terminado. Has servido a tu pueblo con honor, lealtad y sacrificio. Por lo que tu tarea será tomada por mi tío y soportada por mí personalmente. No permitiré que nadie destruya todo lo que quisiste crear –

Luego no aguantó más y se lanzó a la cama a abrazar al hombre comenzando a llorar histérica. Yo miré a nuestro guía y este entendiendo mi pregunta tácita contestó suavemente...

- Soy el tío de Morrigan...y el hombre que falleció es...su padre –

Me puse blanca como el papel entendiendo ahora si su terrible llanto. Aine corrió a Morrigan y le abrazó. Morrigan correspondió el abrazo y juntas comenzaron a llorar. Por mi parte me acerqué lentamente y al ver el rostro del hombre me di cuenta de que Morrigan tenía el color de su cabello y sus pómulos. El resto seguramente eran rasgos de su madre como era el caso de sus ojos. Yo toqué su frente y hablé...

- Como saben fui invocada en este mundo por mi Ama Aine. En mi mundo tenemos la costumbre de honrar a los caídos y esta humilde Sirviente presentará sus respetos ante el noble Rey del Clan Oso ...-

Cerré mis ojos y busqué una de las espadas que Linnele me había dejado. Abrí mis ojos y ordené....

- ¡Caliburn! ¡Es hora de honrar a un gran guerrero! ¡Un guerrero que dio su vida con el solo propósito de cumplir con los ideales por los cuales fuiste creada! –

La espada vino a mí en el acto. Por mi parte puse la espada en su pecho, luego tomé sus brazos con respeto y los puse sobre la hoja. Todo lo hice con puros movimientos ceremoniales de la época arturiana y que tenía grabados en mi mente haciendo que los presentes enmudecieran. Al hacerlo Caliburn soltó un tremendo destello. Por mi parte incliné mi cabeza ante el cuerpo del hombre y dejé mi postura unos dos minutos en los cuales solo escuchaba el llanto de Aine y Morrigan. Luego me dirigí a la ventana y me recosté en el muro de roca para ver por ella mientras les daba tiempo y de paso así descansaba un poco porque no daba más. Lo que vi me encogió el alma.

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⏰ Última actualización: Nov 04, 2023 ⏰

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