𝐈𝐧 𝐀𝐧𝐨𝐭𝐡𝐞𝐫 𝐋𝐢𝐟𝐞 ʰᵃⁿᵏⁱˢᵃ

𝟏𝟎

El reflejo de los créditos finales de la película se podía ver en los ojos de Kisaki mientras se desplazaban por la pantalla de su computadora portátil.

Sentándose, extendió una mano y detuvo la película que había estado en pantalla.

"Entonces, ¿cómo te fue al ver la película por enésima vez?" Había casi una pizca de sarcasmo en su voz.

Tumbado junto a Akaashi, un pálido y fantasmal Shuji sonrió.

"...Bien..." Shuji se echó hacia atrás y hundió la cabeza en la almohada. Miró en dirección a Kisaki. Shuji tardó un momento en concentrarse en él.

Acercando su computadora portátil, Kisaki pasó su dedo por la alfombrilla del mouse. Miró hacia la esquina inferior derecha de la pantalla. 19 de enero, 18.40 h.

Kisaki puso una cara solemne y cerró la computadora portátil. Se movió en su asiento y se sentó derecho contra la cabecera de la cama, luego miró a Shuji.

Sus ojos cansados ​​estaban puestos en Kisaki. Él estaba sonriendo.

Forzando una sonrisa, Kisaki inclinó su cabeza sólo ligeramente.

"¿A qué estás sonriendo?" Extendió una mano y tocó la frente de Shuji. Estaba frío al tacto, más frío que la mayoría. Kisaki rápidamente retiró su mano, pero lo logró discretamente.

Shuji tardó un momento en responder, pero después de un tiempo, logró algunas palabras.

"... Gracias..."

"No te preocupes por eso." Una sonrisa tímida curvó los labios de Kisaki. "Sé que te gusta esa película". Miró a Shuji mientras decía esto y desvió la mirada poco después. Algo le dijo que esas palabras no estaban destinadas a la película, pero Kisaki desechó ese pensamiento.

Giró su cuerpo para alcanzar la caja de Pocky que estaba sobre el mostrador. La abrió y sacó uno.

"¿Quieres uno?"

Shuji asintió y estiró un brazo tembloroso. Kisaki lo colocó entre sus dedos y Shuji retrajo su mano para sostener la galleta contra él. Se lo acercó a la nariz con cierta dificultad y aspiró el aroma de fresa, luego dejó caer el brazo. Lo tocó ligeramente, lo hizo girar temblorosamente entre sus dedos y lo estudió, pero nunca lo comió.

Kisaki volvió a colocar la caja sobre el mostrador y resopló suavemente.

"Parece que te has encariñado más con ese palo Pocky que yo..."

Shuji levantó la vista, sorprendido, y volvió a mirar el bocadillo en sus manos. Le tomó tiempo a las palabras de Kisaki llegar a él, pero cuando finalmente lo hicieron, su rostro se iluminó y estalló en carcajadas.

Era el sonido más débil que Kisaki había oído jamás.

"Ah, finalmente dije algo gracioso". Kisaki se rió entre dientes con Shuji, cruzándose de brazos en el proceso. "Te dije que tenía mis momentos de vez en cuando".

La risa de Shuji se apagó y cerró los ojos.

"Casi nunca..."

"Dame un descanso aquí." La risa de Kisaki se prolongó durante unos segundos más antes de que él también se calmara.

Permanecieron sin palabras en compañía del otro durante varios minutos antes de que Shuji realmente hablara, su voz sonaba como nada más que un simple susurro.

"Kisa..."

Kisaki lo miró.

"¿M-hm?"

Shuji tragó saliva y jugó con el Pocky en su mano.

"Pregúnta... M-me p... Por qué me gusta tanto... Cloud Atlas".

Perplejo, Kisaki dirigió toda su atención a Shuji.

"Bueno, está bien... Hanma, ¿por qué te gusta tanto Cloud Atlas?" Observó intensamente a Shuji, curioso por saber cuál sería su respuesta.

Mirando a Kisaki con ojos ansiosos, como si le hubieran hecho la pregunta por su propia voluntad, Shuji respondió con gusto.

"¿E... Entonces tú... Sabes en la película cuando... Los... personajes mueren en una vida...?" Mantuvo sus cansados ​​ojos ámbar en Kisaki, esperando que asintiera. Una vez que lo hizo, Shuji continuó. "B-bueno... a mí... me gusta cuando... E-se encuentran de nuevo... En otra vida".

La voz de Shuji era suave, miserable y no tenía fuerza. Pero mientras hablaba de su escena favorita, Kisaki pudo sentir una poderosa vibra proveniente de él... Una que no estaba allí antes.

Uno esperanzador.

"Eso me hace... sentir que tendré otra vida... una más allá de ésta... una que sea mejor... ¿Qu... donde realmente pueda despertar contigo... y estar contigo..." Una sonrisa apareció en sus pálidos y delgados labios. "Uno donde nosotros... Podemos... Vivir ...vidas normales en lugar de... Vivir... Esta."

Kisaki no pudo encontrar palabras para decir en ese momento. Miró a Shuji y sólo pudo asentir con lo que fuera con lo que pensaba que estaba de acuerdo. Sintió como si todo el aire hubiera sido exprimido de su cuerpo por las palabras que Shuji había dicho.

De todas las cosas que Shuji encontró más entrañables de la película, Kisaki nunca pensó que sería esa.

Manejando una sonrisa miserable, Kisaki se frotó bruscamente la palma con el pulgar.

"Sabes... eso me gustaría. Mucho." Habló suavemente en dirección a Shuji.

"A mi también..." Los ojos de Shuji nunca abandonaron a Kisaki. Lo miró fijamente y observó cada movimiento que hacía, hasta el punto que capturó la atención de Kisaki.

"¿Por qué me miras así?" Sus ojos azules se encontraron con los ámbar.

Aunque la pregunta fue hecha claramente, Shuji no emitió ningún sonido ni se movió. En cambio, continuó mirando en dirección a Kisaki con ojos esperanzados.

Después de lo que parecieron los diez segundos más largos de su vida, un repentino escalofrío recorrió la columna de Kisaki, provocando que se le pusiera la piel de gallina. Contuvo la respiración y luego volvió a preguntar.

"Hanma... ¿Por qué me miras así?" Se necesitaron todas las fibras de su ser para evitar que su voz temblara.

Fue entonces que los ojos de Shuji parpadearon al darse cuenta, y de manera lenta pero segura, movió sus labios para responder.

"Sólo... Porque..." Respondió en lo que casi sonó como un tono de sorpresa. "Yo no... quería que te fueras. A veces, cuando yo... parpadeo... ya no estás allí..." Shuji se frotó uno de sus ojos, luego el otro, y dejó caer su mano. sus costados.

Kisaki intentó ocultar su ceño fruncido. Sus ojos miraron las manos de Shuji. Eran delgados y huesudos, y podía ver esas suaves venas azules que se curvaban sobre los huesos debajo de su carne.

Extendió una mano y tomó la mano de Shuji entre las suyas.

La reacción automática de Shuji al calor fue curvar sus dedos alrededor del agarre de Kisaki. Lo miró y exhaló silenciosamente por la nariz.

Kisaki encontró su mirada y luego miró hacia abajo.

"No te preocupes. Todavía estoy aquí".

Shuji asintió débilmente contra su almohada.

"Todavía estoy... Aquí también..." Su voz era más débil que antes.

Kisaki asintió con él.

"Sí. Tú también estás aquí..."

Con las pocas fuerzas que le quedaban, Shuji sonrió.

Kisaki deseaba poder hacer lo mismo.