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—Y dígame... —La miró uno de los hombres que habían estado en la bodega el día de su pequeño espectáculo, esperando porque le dijera su nombre.

—Jihan. —Respondió centrando su atención en el importante empresario.

—La última vez que la vimos estaba haciendo su animado trabajo en la bodega. —Se carcajeó acompañado de otros hombres sentados junto a él. —¿Cómo llegó a secretaria de nuestro querido Hwang? —Dijo con sarcasmo observando a Hyunjin, quien solo le brindó una sonrisa de manera obligada.

—Tal vez el jefe por fin se dió cuenta de que necesitaba una buena secretaria, escogiendome a mi. —Hyunjin, que tenia un pedazo de pan en la boca, sintió que se ahogaria al escuchar esa falacia. Sabía perfectamente que Jihan lo hacía para molestarlo, siendo demostrado por la mirada de burla que le dedicó Jihan.

"¿Le gusta jugar sucio? Yo también puedo hacerlo". Pensó Hyunjin mientras tomaba de su copa de vino.

—Sí, claro, la ascendí como mi secretaria lo antes posible, antes de que tuviera la oportunidad de audicionar como idol. —Se carcajeó falsamente junto a los demás hombres en la mesa, haciendo que Jihan solo sonriera con incomodidad.

Yuna y Minho compartieron una mirada de intriga, de la nada ambos tenían una confianza que no parecía para nada de un jefe hacia una empleada. Minho era testigo de que las anteriores secretarias de Hyunjin le tenían bastante miedo como para responderle mal, sea lo que Hyunjin les dijera, ellas siempre se mantenían calladas y obedientes a lo que el gran jefe les decía.

—Me parece que se quieren mucho. —Dijo entre risas otro empresario en la mesa, ante la notable tensión en el ambiente.

—Sí, no sabía cuanta confianza había. —Susurró Yuna mirando fijamente a Jihan.

—Me sorprende que Hyunjin esté tan hablador, nuestro empresario robot no es el más animado siempre. —Dijo entre carcajadas un hombre de la mesa de al frente.

Hyunjin cerró los ojos con fuerza al escuchar aquella palabra con la que había sido etiquetado tantas veces. Desde pequeño había establecido una rutina diaria dejando de lado la diversión o los juegos para concentrarse en sus estudios, nadie lo entendía a la perfección, el quería ser el orgullo de sus padres y para eso era necesario estar enfocado.

Nadie se dió cuenta de él repentino cambio de ánimo de Hyunjin, a excepción de Jihan, que por un momento se sintió mal por el, debía ser feo ser considerado una persona sin corazón ni piedad.

El almuerzo continuó entre risas y anécdotas, Hyunjin se mantuvo callado el resto de la tarde sumido en sus pensamientos, Jihan seguía incomoda bajo los comentarios pasivo agresivos que todos le lanzaban a Hyunjin como sí fuera algo normal, al parecer tenían bastante normalizado tener esos comportamientos con él.

Lo único que logró hacerla feliz fue notar como Juli y Bangchan hablaban animadamente en la mesa con los demás empleados, mientras Han Jisung le lanzaba miradas complice.

Tal vez se la había pasado muy bien la noche anterior, pero aún en su cabeza tenía la incógnita de que es lo que verdaderamente sentía por Jisung. Tal vez si tenia atracción, pero no sabia si tenía tiempo para una relación formal.

[...]

Todos se fueron al rededor de las cuatro de la tarde, incluido a los demás empleados a quien Hyunjin les había dado el día libre, tal vez era contradictorio con su ideología, pero estaba tan harto que ya no quería ver a más nadie. Claramente no se había quedado solo en la gran empresa, para joderle un poco la vida había decidido que Jihan se quedaría hasta que el horario regular se culminara.

Office Problems | Hwang Hyunjin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora