Dylan, se impresionaba con cada cosa que veía y observaba, no sabía cuánto tiempo llevaban caminando, tal vez cinco o díez minutos? La verdad no le importaba. Elena le explicaba con amabilidad cuando el castaño preguntaba por una especie de flor o de árbol.
Hizo nota mental de preguntarle varias cosas, la primera y la más importante, para que funcionaban esas plantitas raras que iba recogiendo y la segunda, él quería saber que fue lo que vio cuando le leyo el "futuro" no le dijo si iba a hacer bueno, malo o si tan siquiera su destino era morir. Aunque si debía ser completamente honesto, prefería que lo último no ocurriera, al menos no todavía.
-oye Dylan, me estás prestando atención?-
El nombrado salió de su burbuja y su vista fue hacia Elena, la chica tenía sus dos manos a los extremos de su cintura y lo miraba con algo de diversión, esperando su respuesta.
-eh no, disculpa es que me entretuve con algo- expreso con eje de pena
La pelinegra solo nego con algo de diversión, mientras se acercaba a él y quitaba una pequeña hojita, que había caído sobre su cabeza.
-te decía, que ya nos faltaba poco para llegar, solo cruzamos estos montículos y ya llegariamos a nuestro destino -
La emoción e impaciencia de la contraria, Dylan la noto de inmediato, si los ojos son las ventanas del alma Elena sin duda tiene una, que se hace notar, cada sentimiento emanaba de ella y era tan espontáneo, tan sencillo y tan simple, que simplemente no podías evitar admirarla.
-si, tienes razón Elena, oye por cierto tengo una pequeña duda, que haras con todas esas raíces y hojas que recogiste? Son ingredientes que agregaras a tu jalea?-
-no, claro que no- nego con su cabeza y río-no puedes meter raíces y hojas en una jalea, a menos que quieras tener mala digestión durante una semana-
El sarcasmo en su aclaración y su risa, no hizo más que contagiar a Dylan, era tan espontánea y simple, eso le encantaba se sentía tan cómodo a su lado, que no le importaba si edward lo volvía a echar del barco si eso implicaba poder pasar más tiempo a su lado. La chica era la amiga que nunca tuvo, pero que tanto había deseado tener, a pesar de solo haberse visto dos veces, sentía que podía confesarle todo y que no lo juzgaría.
Claro que por la seguridad de ella no le contaria mucho de su vida ni a lo que se dedicaba, si Edward se enteraba que alguien sabe su secreto la mataría y a él lo arrojarían al mar, para que se lo comieran los tiburones.El recorrido siguió sin muchos contratiempos, entre las pláticas ocasionales y las risas, habían llegado más rápido de lo que creyó, si el pensaba que el bosque antes era bonito, ahora lo era aún más, los pequeños arbustos frutales tenían a pequeñas abejas rondando alrededor de ellos atraídas por el aroma dulce que desprendían.
-¿Es hermoso no?- Elena dió una profunda inhalación antes de tomar del brazo a Dylan y sentarlo a su lado.
-ven disfrutemos de esto, aprovechemos el tiempo que estamos aquí para conocernos más, me gustaría que tú y yo podamos ser amigos, digo lo poco que hemos convivido me ha parecido un rato agradable, a ti no?.-
Las palabras dichas lo dejaron sorprendido, la chica si le había caído bien, más no creía que el sentimiento fuera mutuo, no lo había tratado mal ni nada de eso, pero tampoco creyó que ella quisiera tener una relación más profunda.
-Pues, yo no le veo problema- se encogió de hombros y enfoco su atención, en la pequeña mariposa que se había pasado en su mano..
-! Excelente ¡ -exclamo entusiasmada - bueno, yo comienzo, soy Elena Mayfair, tengo 17 años y nací aquí en Beaufort.- alzó un poco la mano, para luego con su dedo apuntar al castaño.- ahora te toca a ti Dylan, cuéntame más de tí.
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𝐸𝓈𝓅𝓊𝓂𝒾𝓉𝒶 𝒹𝑒𝓁 𝓂𝒶𝓇 ABDL
ФэнтезиEl mar oculta muchos secreto y misterios, Dylan desde que tiene memoria a cruzado los mares con sus padres, al ser piratas su vida se basaba en encontrar tesoros y hurtar riquezas de la corona. Pero podrá Dylan predecir que en uno de sus asaltos una...