Cap 4

1K 76 2
                                    


El frío calaba los huesos de Dylan, se encontraba divagando por las solitarias calles del pueblo, Edward en un ataque de enojo he ira, lo expulsó casi a patadas del barco, no era la primera vez que el hombre tenía estos arrebatos, pero normalmente solo pasaban cuando bebía.

La mente no dejaba de darle vueltas, el muchacho se preguntaba a dónde podía ir? No conocía a nadie y, no tenía dinero como para pagar una posada. Además no creía que la gente estaría dispuesta, ha aceptar un extraño en sus casas, la única opción era pasar la noche en aquella playa, a pesar de lo que sucedió no sentía miedo de estar en ese lugar, más sin embargo lo que realmente le preocupaba era encontrarse con algún animal, o una persona de malos vicios.

-Porque estás cosas me pasan a mi - dijo con pesar - se que Diosito le pone batallas fuertes a sus mejores guerreros, pero ya me estoy cansando de llevar el primer puesto.

Apegándose más a si mismo, un suspiro salió de sus labios y sin querer perder más tiempo, empezó a caminar rumbo a la playa, mientras lo hacía observaba los bombillos los cuales alumbraban casas y calles, en uno de los hogares alcanzó a ver la imagen de una familia, la madre sostenía al bebé en su pecho y mientras lo arrullaba era abrazada por un hombre el cual le estaba dando varios besos sobre la mejilla, a Dylan se le revolvió el estómago y le llegó un sentimiento que solo supo deducirlo como incomodidad, cuando no estás familiarizado con muestras de afecto es incómodo mirarlas o recibirlas.

Un trueno logro interrumpir su momento alertandolo de la lluvia que se aproximaba. Apresuró su paso y en pocos minutos ya estuvo en la playa, está apenas era iluminada por uno que otro foco, si no fuera porque pasó toda su vida en un barco, se hubiera marchado rápido del lugar.

La tranquilidad no duró mucho, ya que gotas de agua empezaron a caer, las cuales darían inicio a una lluvia. Dylan trataba de refugiarse de ella, en sus cálculos no había previsto que lloviera, se sentía frustrado todo hoy le había salido mal, primero lo de su padre y ahora esto?

- ¿porque esto me pasa a mi- llevo las manos a su cabeza, intentando buscar una rápida solución y la encontró, recordó que a un par de metros había una cueva que conectaba con esta playa, sin perder tiempo empezó a correr a ella.

Al llegar a la cueva, Dylan trataba de moderar su respiración, afortunadamente su ropa no quedó tan mojada como él pensaba. Notó que todo estaba oscuro, apenas y alzaba a ver algo con la poca luz que llegaba a entrar

Los truenos resonaban haciendo eco en toda la cueva, la tormenta cada vez se hacía más fuerte y Dylan se vio obligado a adentrarse aún más en aquel lugar. Mientras caminaba, sentía pequeñas piedritas bajo sus zapatos, la tierra mojada daba un ambiente húmedo y le hacía picar su nariz.

-Que lugar tan terrible, como es posible que la gente venga aqui- el cansancio comenzó a hacer estragos en su cuerpo y con la mirada busco algún sitio para poder dormir.

En eso, el recordó que la gente, la cuál solía ir a la cueva, decía que habían unas escaleras las cuales te llevaban a una especie de laguna termal? o algo a si, el punto es que, ese lugar no es húmedo por más raro que parezca, al contrario conserva siempre una temperatura agradable, si dormía allí podría pasar la noche tranquilo, sin el miedo de contraer un resfriado. Siguió caminando un poco más y por fin las vio, estaban débilmente alumbradas por unos faroles pero se veían, con precaución fue bajando por ellas, luego de bajar 20 escalones por fin llegó a la dichosa laguna.

Dylan comprendió porque la humedad no llegaba hasta abajo, allí el aire era cálido pero no sofocante, el agua reflejaba en las paredes haciendo que destellos azulados las adornarán como si fuera una obra de arte, el brillo era sin duda mágico. Se sentía como un verdadero pirata que descubría un tesoro, relativamente ya lo es, pero habian veces que él dudaba si verdaderamente eso era cierto, a diferencia de Edward y nereidha los cuales son piratas muy respetados por su tripulación, él solamente era una desgracia que sus padres tuvieron la desdicha de tener.

𝐸𝓈𝓅𝓊𝓂𝒾𝓉𝒶 𝒹𝑒𝓁 𝓂𝒶𝓇  ABDLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora