Cap 2

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Los días pasaban rápido, o eso era lo que opinaba Dylan. Cuando te pasas el rato solo limpiando y pensando en tu próxima misión, el tiempo puede pasar en un santiamén.

No quería decepcionar a sus padres, sobre todo a Edward, el hombre era un tipo casi sin corazón, muy pocas veces Dylan pudo llegar a decir que aquel sujeto, le dió una mirada de lo que se supone sería aprobación?

Tratando de dejar todos esos pensamientos de lado, Dylan se recostó en la cubierta más alta del barco y contempló el cielo anaranjado, la noche ya estaba callendo y no sabía si sentirse emocionado o ansioso. Ya casi llegaban al pequeño pueblo donde los recibirían, según por lo que escucho de la tripulación, desenbocarian allí con la excusa de que el gobierno envío un barco, para surtir a la gente del lugar con peces y una que otra delicia del mar, más sin embargo también daría inicio a su búsqueda por aquel tesoro.

-Solo necesito dormir.... quizás, con eso logré poner mis pensamientos en orden- Dylan decidió que era hora de entrar en su camarote, no era que tenía sueño claramente eso estaba muy lejos de su mente, era más por sus padres, no tenía ni idea porque su madre siempre lo hacía meterse en la habitación antes de que el sol cayera, hábitos de mamá era lo que pensaba el más pequeño.

Dándole una última mirada hacia arriba, con calma fue bajando las escaleras, divisando como su padre junto con los otros miembros charlaban amenamente y tomaban algunas cervezas, el ambiente era ruidoso pero él quería unirse, quería poder también convivir a si con todos ellos, más sin embargo sabía que eso estaba fuera de su alcance y lo termino de confirmar cuando sintió unas manos tomarlo por los hombros y hacer que volteara su cuerpo, al principio se sorprendió pero al ver la figura de su progenitora el susto se disipó levemente.

-Dylan, que haces aquí afuera ? Han pasado ya muchos años y todavía necesitas que te mandé a la cama?- nereidha lo miraba con una mirada de pocos amigos, era claro que la mujer no estaba nada contenta al encontrarlo fuera de su habitación.

-lo siento madre, ya iba para haya, solo estaba terminando de hacer unas cosas y quería desearte unas buenas noches a ti y a papá- Dylan supo que no le dirían nada más, cuando la mujer le regreso las buenas noches y le dejo el paso para que siguiera su camino. A si que retomando sus pasos llegó a su habitación y cerró la puerta con seguro, si no la cerraba el, la cerraría alguno de sus padres o uno de los tantos hombres que trabajan en el barco, no entendía aún porque lo encerraban.

-Es mejor no dar tantas vueltas al asunto, al final tampoco es como si me responderán esa pregunta.- con algo de pesar Dylan se acostó en su cama, importandole poco si no se cambiaba la ropa, el suave Bamboleo del vote y la brisa salada que entraba por la pequeña ventanilla, eran suficiente para ponerlo somnoliento, necesitaba recargar baterías, después de todo lo más probable es que mañana desenbocarian, con eso último en mente cerró sus ojos y se dejó llevar al mundo de los sueños.

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𝐸𝓈𝓅𝓊𝓂𝒾𝓉𝒶 𝒹𝑒𝓁 𝓂𝒶𝓇  ABDLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora