Relación: 0
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- ¿Estás segura que no quieres que me quede? - Merlina observó a su novia entre las mantas con una expresión que evidenciaba su preocupación.
- Si, todo bien por aquí - la loba sacó la mano de las cobijas y levantó el pulgar unos segundos antes de volver a cubrirse hasta el cuello - Ya le dije a la nueva rectora y me dará permiso, tranquila -
Si no se iba ya, la joven Addams llegaría por primera vez tarde a su clase y aún así permaneció en el lugar unos minutos más, le parecía extraño el hecho de que su novia no le pidiera que la cuidara ya que por experiencia solía ser muy consentida cuando se enfermaba.
- Si te necesito te escribiré -
- Promételo - exigió seriamente viendo la cara roja de la chica, suponía era fiebre.
- Te lo aseguro, y además se que vas a dejar a dedos así que si algo pasa, él también podrá avisarte - la más baja asintió, aún no muy convencida pero algo más tranquila.
Enid sonrió tanto como podía y cuando por fin su novia dejó la habitación luego de dejar un beso en su frente, esperó hasta escuchar la puerta principal cerrándose para poder patear lejos las cobijas, tenía demasiado calor, pero no podía permitir que Merlina viera el poco control que tenía sobre su cuerpo.
- Dedos, trae los supresores - pidió respirando agitadamente, sus azules ojos siguieron las señas - Ya sé que he tomado demasiados, pero se está haciendo peor - la mano siguió moviéndose - Solo tengo que resistir dos días más, ella no se tiene que enterar - gruñó ante la negativa de su compañero y clavó sus afiladas garras en la almohada más cercana, las plumas pronto volaron por todas partes mientras la rubia intentaba distraer sus impulsos por medio de la destrucción.
Enid sabía que ese día llegaría, lo supo cuando le contó a su madre acerca de su primera transformación y fue advertida que de ahí en adelante, una vez al año, tendría intensos deseos de estar con alguien. Era un frustrante periodo de 5 días, y aunque normalmente podrían controlarse con medicamentos, empeoraría si el sujeto en cuestión tenía cerca un objetivo de interés.
Ese era su tercer día y hasta el momento había logrado disimularlo muy bien, sin embargo la noche anterior, mientras veían una película, un simple beso fue suficiente para enloquecer todo su cuerpo y no lograba calmarse hasta el momento; esperaba conseguirlo antes del anochecer, antes de que su novia regresara.
...
Mientras tanto la joven Addams asistía a todas sus clases con normalidad, ocasionalmente miraba su teléfono en caso de recibir algún mensaje, como no había nada pensó que la loba estaría dormida, le había dejado algunas medicinas y era normal que le causaran somnolencia.
No fue hasta la hora del almuerzo donde su rutina sería interrumpida cuando inconscientemente caminó hacia la mesa donde solía sentarse con Enid y sus amigos.
- ¿Merlina? - allí estaban todos, y fue la vampira quien la recibió con un gesto interrogante.
- No se hagan ilusiones, estaba distraída - aclaró decidida a darse vuelta.
- ¿Qué haces acá? -
- Estudio - levantó una ceja.
- Creí que estarías con Enid -
- Es una simple gripa, puede cuidarse sola - la joven Tanaka inclinó la cabeza hacia un lado confundida.
- ¿Ella no te ha dicho? - se preguntó a si misma en voz alta, consciente de la verdadera situación de su mejor amiga.
