Efectivamente iba a ser una semana bastante agitada y lo supo a primera hora de la mañana siguiente cuando comenzó a tomar conciencia y de inmediato tuvo la sensación de que algo andaba mal, terriblemente mal.
Abrió los azules ojos molesta por la luz que entraba por la ventana y se lamentó no dejar que Merlina cerrara la cortina, su visión se trasladó hacia su novia que dormía plácidamente a su lado; en algún momento de la noche habían cambiado de posiciones y ahora eran los brazos de la pelinegra los que la rodeaban y apoyaba la cabeza en su pecho, siguió paseando por la habitación intentando convencerse de que el mal presentimiento era su imaginación hasta que miró el techo donde algo plateado y afilado brilló.
Al principio creyó que era alguna lámpara o un tipo de decoración, pero se estaba moviendo, bajando cada vez más y apuntando directamente a sus cuellos. Intentó descifrar el mecanismo del aparato y eso la llevó a seguir una cuerda que parecía sostenerlo en el lugar y a su vez esta se enrollaba en un aparato que marcaba números en rojo.
— 5... 4... 3... — le tomó más tiempo del necesario entender el significado así que cuando lo hizo solo atinó a abrir ampliamente los ojos y empujar a su novia al otro extremo de la cama haciéndolas caer a ambas al suelo.
Escuchó un quejido de la menor, pero su atención estaba en la gigante cuchilla que acababa de caer donde antes habían estado.
— ¡¿Por qué demonios tienes una guillotina sobre tu cama?! — exclamó levantándose con el corazón latiendo a mil.
— Ah — Merlina se sentó en el suelo viendo como el mecanismo volvía a subir la hoja a su posición inicial — Estar tanto tiempo en tu casa ha debido desacostumbrame — explicó con calma, había descansado como nunca, y algo que jamás le había pasado, los rezagos del sueño le gritaban que volviera a la cama — Tener una guillotina que todas las mañanas te amenaza de muerte es un método infalible para levantarse temprano —
— ¡Es en extremo peligroso! —
— Si, es el punto — Enid pasó las manos por su cara incrédula, pensó que estaba preparada para las curiosas formas de vida de su novia y salía con eso — Todavía es temprano y se cuánto odias madrugar, puedes dormir un par de horas más —
— ¡¿Estás loca?! ¡Se me ha quitado el sueño! — la rubia negó con la cabeza — Y si esa cosa sigue ahí por la noche, dormiré en la habitación del lado — advirtió antes de caminar hacia el baño y desaparecer tras la puerta.
— Esa está invadida por fantasmas... —
...
Cuándo Enid imaginó su estadía con los Addams jamás se vio a si misma trepada en una alta viga de madera mientras que varios metros debajo de ella, una estructura de metal era rellenada por un líquido que mezclaba agua y algo más que desconocía.
— Así que a esto se refería Merlina cuando dijo que la piscina estaba modificada... — murmuró viendo como Pericles se sentaba a su lado y le tendía unas orejeras negras — ¿Para qué? — preguntó confundida.
— Tu especie tiene muy bien oído — explicó el menor jalando una cuerda a su lado y del techo se abrió un compartimiento del que lentamente bajó una caja llena de... ¿Granadas? — Además, mi hermana me matará si te haces daño —
— ¿Por qué me haría da...? — de repente todo tembló y un fuerte sonido casi explota sus tímpanos dejándola por unos segundos mareada y con un pitido en la cabeza.
— ¡Asombroso! — gritó el chico levantando los brazos con entusiasmo — ¡Ahora es tu turno! — su voz seguía siendo un grito, seguramente por que también experimentaba los estragos de la explosión.