Las muñecas de Shain

344 12 0
                                    

Hace unas semanas, mientras buscaba en internet arte macabro, me encontré con ciertas muñecas muy peculiares, que al verlas me maravillaron. Quería saber más sobre ellas, así que investigué sobre su autor; no sabía quién era, pero, por suerte, una imagen decía un nombre: Shain Erin. Me quedé impactado al ponerlo en el buscador de Google, pues aparecía un gran repertorio de sus muñecas, las cuales eran más que eso.

Al parecer, éstas eran esculturas que abordaban temas como la momificación, deformaciones, enfermedades y otras cosas más. Realmente las deseaba, entré a una infinidad de páginas con tal de saber si estaban en venta. Cansado, decidí retirarme a mi habitación para dormir; me sentía sin ánimos para seguir, además, no creía encontrar nada si buscaba tan tarde.

A la mañana siguiente, cuando desperté, se me ocurrió volver a la búsqueda. No dejé la computadora, excepto para ir al baño, tienda o cocina. Anocheció muy pronto, o eso creía. En ese momento mis padres estaban trabajando, encontrándome solo.

Después de tanto tiempo finalmente di con una página que decía, "¿Te gustaría una de estas muñecas? Sólo escribe tu correo", y sin pensarlo accedí rápidamente. Abrí mi correo esperando noticias de aquella página. Apareció un nuevo mensaje, al parecer del administrador, que decía, "¿De verdad quieres una?". Respondí que sí, que las deseaba todas.

Entonces me llegó otro mensaje, pero éste solamente tenía un enlace. Le di clic. Al principio sólo eran imágenes de aquellas muñecas, pero un poco más abajo había cosas perturbadoras; eran las mismas imágenes que estaban anteriormente, pero a su lado izquierdo y abajo de ellas se encontraban fotos de personas mutiladas, fallidos intentos de momificación hechos de mala gana, gente con deformaciones muy fuertes, hermanos siameses... Lo peor era que la mayoría de esas personas eran niños. Tal era la magnitud de aquellas imágenes, que no copié ninguna debido a lo que se volvían.

Repito, cada escultura era idéntica a su respectivo cuerpo.

Al final decía: "¿Te gustaría una de estas muñecas?". No lo había entendido hasta ese momento, las muñecas que supuestamente te daban, eran aquellas personas sin vida. Enseguida de aquel texto, aparecía: "Vamos, te agradará jugar con tu familia, yo me divertí con la mía".

Rápidamente salí de esa página. Regresé a mi correo y descubrí que tenía varios mensajes por el chat, que decían: "Adelante, adquiere tus propias muñecas. No gastarás mucho, fue fácil hacer las mías. Sólo necesité un poco de hilo, ácido, unos cuantos clavos, ciertos materiales extra, aguja, y listo. Las muñecas son fáciles de encontrar, sólo camina por tu casa y entra a las recámaras. Si mamá o papá no quieren ser muñecas, tendrás que dormirlos, eso hice con papá. Mis hermanos siempre se peleaban, así que hice que estuvieran muy unidos. Si no hay suficientes muñecas en tu casa, ve a la casa de tus amigos o familiares; mi primo es de mis muñecas favoritas. Estaba algo sucio, por lo que tuve que limpiarle la cara con ácido (para eso sirve, ¿no?). Su papá se molestó y se veía enojado, creo que quería jugar a las muñecas. Bueno, aunque así no se ve bien, creo que se vería mejor con unos clavos en la cabeza. Sus hermanas están muy tristes... oye, una se ve sucia, también la limpiaré. Tiene tres hermanas, ya jugué con una... hey, una me mordió. Oh, me encontré un lindo cuchillo... ya no se mueve esa niña. Aún falta una...".

Le dije que dejara de escribir, y puso esto: "Así hice mis muñecas. Mamá no me quería comprar una, me dijo que le daban miedo y que ya tenía muchos juguetes; yo le dije que eran obras de arte, pero sólo se rió y tomó el teléfono y pretendió llamar a un psicólogo. Entonces me dijo que ya era muy grande como para estar con muñecas, y que si quería más juguetes que yo mismo los hiciera, porque ella no me compraría ninguno. ¿Viste?, no soy un niño desobediente".

"¿Cuántos años tienes?", le pregunté. "17. ¿Acaso tú también crees que estoy muy grande para tener muñecas?", me contestó, a lo que respondí: "No... es sólo que...".

"Entonces tú serás de mi colección". En ese momento decidí bloquear su cuenta, y no supe más acerca de él o de alguna cuenta similar; sin embargo, a veces me siento vigilado, pero sé que estaré bien siempre y cuando ponga el candado a la puerta. Aquel tipo realmente estaba enfermo, y me hizo ver algo que no había pensado: nada es gratis, NADA.

Cualquier cosa puede servir como fuente de inspiración para toda clase de asesinos o enfermos mentales.

Creepypastas [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora