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Cuando tienes un trabajo como el de Jeon Jungkook, pueden pasar muchas cosas; ningún escenario es igual al otro y, en cierto punto deja de sorprenderte, dejas de pensar en si es posible o no que hayan personas capaces de hacer cosas tan horribles como asesinar a sangre fría a su propia esposa o a un amigo cercano con el que tenía una relación inquebrantable.
Comparas los primeros días con los últimos y te das cuenta de que el shock, aunque presente, ya no es tan grande como cuando recién investigabas tu primer homicidio y te pones a pensar si te volviste más fuerte o si simplemente dejó de importar en realidad.

Pero, como siempre, la vida es impredecible y lo que creías imposible, sucede.

Jungkook estaba... Paralizado, su cuerpo no reaccionó a la orden de su cerebro de moverse, simplemente no podía. La imagen de la joven sentada en una banca, con la cabeza apoyada en el respaldo del asiento, los ojos abiertos y la piel pálida le causaron una sensación de ahogo muy parecido al que tuvo hace unos años. No quería pensar que se trataba del mismo asesino, no podía ser posible.
Pero el listón rojo en el cuello, atado como un moño de regalo representaba el sello de ese hombre. Es él, pensó aturdido y sin poder creerlo.

— ¿Cómo me encontró? - Susurró para sí mismo, Junmyeon a su lado no entendía qué murmuraba ese hombre y porqué se actuaba como si nunca hubiera visto un cadáver.

— ¿Capitán? - Le llamó, entonces el nombrado le prestó atención - ¿Está todo bien?

— Sí... Es que esto me recuerda mucho a...

El artista, el asesino en serie más famoso de Busán - Respondió Moonbyul colocándose los guantes para después agacharse a la altura del rostro de la mujer y señalar las marcas en sus muñecas - Es el mismo modus, desde las marcas de ataduras hasta su obsesión con dejar los cuerpos en lugares públicos.

— No es posible,¿Qué está haciendo en Seúl? - Cuestionó Jaebeom al mismo tiempo que tomaba fotografías.

— Si no es él, es un imitador que conoce todos los detalles, incluso los que la policía no reveló a la prensa - Jungkook sabía que la rubia tenía razón, pues él fue uno de los detectives en esa investigación y los detalles como el listón en el cuello, el que sus víctimas siempre estaban bien peinadas y maquilladas, eran cosas que la policía decidió que era mejor omitir para evitar una ola de imitadores que entorpecería la investigación.

— La prensa le dió ese nombre después de que se revelara que los cadáveres eran exhibidos en público como obras de arte -Dijo Jeon, llamando la atención de los tres agentes - Todos ellos habían cometido crímenes, unos peores que otros, pero ninguno castigado, ya sea porque no pudieron ser atrapados o porque desestimaron los casos - Jungkook no nombró a esas personas, pero sus rostros empezaron a desfilar por su mente, mientras recordaba detalles que realmente desearía olvidar - Creía fielmente que nadie los extrañaría o que merecían la muerte por sus crímenes cometidos. Tiempo después descubrimos que el único enlace entre las víctimas era ese.

— ¿Descubrimos? ¿Quiere decir que usted estuvo al frente de esa investigación? - Asombrado, I'm se acercó a Jungkook, él negó rápidamente con la cabeza, suspirando.

— Yo era un novato en ese tiempo, era mi primer caso importante junto con el equipo, pero no era nada más que otro agente en el grupo.

Había llegado a una posición respetable entre sus compañeros, pero seguía siendo un niño bajo los ojos de sus superiores y a algunos no les gustó para nada que él fuera incluído entre profesionales más experimentados y antiguos. Cuando se supo de las atrocidades que hacía ese asesino, el caso cayó en las manos de su equipo y, la Capitana de ese entonces sólo le había advertido una cosa, le dió una sola regla que ahora él sigue para toda la vida: Nunca persigas tú sólo a un asesino.

Tears of an Innocent - Kookgi - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora