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Los acontecimientos del día anterior le quitaron el sueño a Yoongi, quién no pudo pegar un ojo y se mantuvo dando vueltas en su cama, maldiciendo entre susurros y obligándose a si mismo a intentar caer en la bruma borrosa del sueño. Pero se dió por vencido cuando su reloj marcó las cinco de la mañana y simplemente se levantó de la comodidad de su cama para dar vueltas por la casa como un alma en pena. Todo había pasado tan rápido que, una vez en la calma de su casa, los recuerdos se le fueron encima, empezó a darse cuenta de que se había metido en algo tremendo y el peso de la realidad le golpeó con todas sus fuerzas.

Los mensajes de dos personas distintas con la misma invitación aún estaban en su teléfono, sin abrir, sólo leídos por arriba de la barra de notificaciones, esperando una respuesta que Yoongi no sabía si quería dar. Estaba el hecho de que SeokJin le invitó primero, pero aunque su conciencia le decía que era correcto aceptarle el café a él, su lado más egoísta y caprichoso le pedía ir hacia el lado prohibido; Jeon Jungkook.
Yoongi se preguntaba cómo es que había sido idiota para prácticamente darle el permiso a ese hombre de besarlo en el baño y hacer quién sabe qué cosas más. Si no hubiera entrado Junmyeon a interrumpir el momento él no sabía en qué hubiese acabado, pero a pesar de que sabía que todo aquello sí pasó, intentaba con todas sus fuerzas convencerse de que sólo era producto de su volátil imaginación y que en realidad su jefe jamás le dijo lo que le dijo.

Pero para su mal o buena suerte, no lo era.

A las siete y veinte de la mañana se encontraba conduciendo por las calles de la lujosa ciudad de Seúl, en ese día helado donde el cielo lucía gris y sombrío, a él le resultaba hermoso. Mientras una estación de radio reproducía la canción del momento, él seguía debatiéndose en qué hacer cuando llegase a la oficina. SeokJin y Jungkook llegarían a las nueve, si es que no surgía algo importante y tuvieran que llegar antes, tenía menos de dos horas para tomar una decisión que él no quería tomar.

— Buenos días - Dijo a la oficial de turno que estaba en la puerta, la mujer le sonrió amablemente mientras seguía su camino al segundo piso, donde estaba la oficina del equipo. Recordó que ayer había descubierto dónde estuvo JiWoo antes desaparecer y buscó en su bolsillo la dirección anotada, pensando en que sería el primer lugar en visitar hoy.

— Yoongi, llegaste temprano - Wheein le sonrió, los hoyuelos profundos en sus mejillas marcándose - Estaba por llamarlos a todos, de hecho - Min revisó la hora, todavía faltaba más de cuarenta minutos para las nueve,¿Por qué los llamaría ya?

— ¿Sucedió algo? - La sonrisa de la pelirroja desapareció y cuando suspiró rendida, Yoongi asumió que sí pasó algo. Ella asintió.

— El jefe había mencionado que normalmente El artista sólo atacaba una vez por semana;entre un asesinato y otro pasaban siete días o más - Yoongi hizo un ruido de afirmación con la garganta, se acercó a la mujer que llevaba en sus manos los archivos de las investigaciones anteriores y en todas ellas se podía apreciar exactamente el mismo patrón, más de siete días, nunca menos de eso.

— Claro, el ignoto encierra a sus víctimas y las tortura psicológica y físicamente, los priva de necesidades vitales como agua, comida o ropa - Dijo él - La mayoría muere de deshidratación o por frío - Wheein asintió nuevamente y Yoongi se mordió el labio mientras releía el informe forense de la Jung mayor - Con la última víctima no fue diferente.

— Exacto, pero Jung JiWoo falleció hace menos de treinta y seis horas - Hizo una pausa, Yoongi la miró, el rostro de Wheein demostraba preocupación - Y ya reportaron un nuevo cadáver - Yoongi palideció - Y hay algo más...

(...)

Cuando el teléfono de Jungkook sonó más de diez veces en menos de cinco minutos, comprendió que algo de suma importancia sucedió y salió corriendo del baño a media ducha para contestar. Faltaba media hora para ir al trabajo pero al parecer habían encontrado una nueva víctima.

— ¿Tan rápido? Es imposible, su patrón no cambia, él es obsesivo con los detalles, con seguir normas y rituales, esto está fuera de sus métodos - Dijo incrédulo, mientras se secaba el pelo con rapidez, se colocaba los pantalones y buscaba una camisa en el armario.

— Lo sé, todos opinan lo mismo, pero algo pasó para que cambiara su patrón y debió ser algo muy drástico - Moonbyul, quién fue la encargada de llamarlo, escuchaba al otro lado del teléfono cómo su jefe cogía sus cosas a toda prisa mientras la tenía a ella en el teléfono - Estamos esperando que la forense nos dé su diagnóstico, pero ella asegura que el hombre no lleva ni diez horas muerto... Cuando lo analice más a detalle nos va a decir la causa de su muerte - Jungkook agarró el celular, le quitó el altavoz y se dispuso a salir del departamento con rapidez, Moonbyul suspiró antes de agregar - Y esta vez dejó una nota para usted, señor.

Jungkook paró en seco en frente del ascensor que se abría, dos mujeres mayores estaban mirándolo mientras esperaban que entrara pero el hombre estaba paralizado en su lugar, con el teléfono todavía en el oído, oyendo vagamente las voces de la agente y las ancianas mezclándose entre sí, sonando como ruidos extraños, palabras sin sentido. Jungkook les murmuró una disculpa a las damas y prefirió bajar por las escaleras, forzando a su cuerpo a reaccionar.

— ¿Qué dice la nota? - Preguntó casi con miedo. El hecho de que ese sujeto ya sepa que él está en el caso y que se lo haga saber tan abiertamente le ponía los pelos de punta y reafirmaba su teoría de que era alguien de la policía o que trabajaba muy a la mano de ella, sólo así podría explicar que ya supiera de él tan rápido y en tan poco tiempo.

No lo sé, yo también estoy de camino, no quisieron darme más detalles hasta llegar - Respondió con un resoplido la rubia.

— Está bien, nos vemos allá - Contestó antes de colgar y bajar rápidamente los cinco pisos del edificio hasta la entrada principal. El corazón le latía tan fuerte que parecía a nada de saltar por su boca hacia la superficie. Miedo, adrenalina, rabia, confusión, frustración, un sin fin de emociones le revolvían el estómago y sentía que no podría ser capaz de pronunciar palabra alguna.

Cruzó las puertas de la comisaría con tanta prisa y la mirada fija al frente que nadie quiso interponerse en su camino por miedo a que se lo llevara por delante. Ese bastardo hijo de puta,cuando lo atrape yo...

— ¿Jefe? - Con brusquedad, volteó a mirar a quien le había llamado y entonces sus ojos se toparon con la mirada preocupada y confundida del pálido, que lo había visto pasar al lado tan tenso y tan enojado, sin siquiera mirarlo, que se preguntó si estaba bien - ¿Está bien?

Los músculos de su cuerpo se relajaron y dejó de apretar los puños, soltando el aire que estaba reteniendo en sus pulmones, su pecho dejó de sentirse apretado y por alguna razón se sintió aliviado al escuchar la voz rasposa y baja de Min, su aroma natural y su perfume armoniosamente combinado le devolvió a la realidad y puso los pies sobre la tierra, el enojo disminuyó lo suficiente como para dejarlo pensar y analizar la situación.

— Sí, yo sólo... Estoy con muchas cosas en la cabeza - Intentó aclarar, restándole importancia con una sonrisa y negando con la cabeza, miró con más detenimiento a su subordinado y el recuerdo del mensaje sin respuesta volvió a su cabeza - Sobre la invitación de ayer...

— Oh, jefe, buenos días - SeokJin apareció detrás de Yoongi, sonriente, sosteniendo un vaso de café en la mano y la otra pasándola por sobre los hombros de Yoongi. Sólo ahí Jungkook se dió cuenta de que el pálido tenía el mismo vaso de la misma cafetería en su mano izquierda.

— Buenos días para ustedes también - Murmuró entre dientes, dándose la vuelta para alejarse de ellos - Así que por eso no me respondiste... Hubiera sido mejor que simplemente me dijeras que preferías salir a tomar café con él - Fue murmurando para sí mismo las palabras que deseaba decirle al pálido, pero que, de cualquier manera, no tenía derecho a decirlas. Min tenía la libertad de escoger con quién quería estar y él no era quién para reclamar - Dense prisa, tenemos trabajo por hacer - Les gritó antes de entrar a la estancia donde todo el equipo esperaba por las indicaciones pertinentes.

" Para Jeon Jungkook. Me enteré de que estabas en Seúl y pensé en darte un regalo de parte de tu fiel amigo y confidente.
Espero que te guste, lo seleccioné especialmente para ti"




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Buenas noches:)

No tengo nada que decir, excepto que espero que les guste el capítulo y nos leemos en el siguiente. Bye ♥️🫶

Tears of an Innocent - Kookgi - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora