¡𝐑𝐔𝐌𝐎𝐑𝐒, 𝐑𝐔𝐌𝐎𝐑𝐒! ━ jake shim

𖦹 O4.

  A pocos minutos del mediodía, específicamente a las 11:48 de la mañana, Bae YuMin suspiraba como milésima vez en el día. Ese mismo miércoles ella había sido notificada por su Mánager sobre una reunión con el Ceo de nada más ni nada menos que Hybe Labels. 
  Caminando por los pasillos de la empresa, Yumin se relajaba a sí misma, mostrándose neutra por fuera, pero casi muriendo por dentro.

  Sus nervios bajaban poco a poco —muy poco a poco—, pero al mirar hacia al frente despegando sus ojos del suelo y observar que solo faltaba doblar una esquina y ya estaría a medio pasillo de su destino, hacía que su garganta se cerrara.
  Más subieron sus nervios cuando vio aquél perfil a un lado de la puerta de la oficina de Bang Si-hyuk...

  Ella quedó en silencio. Su corazón se detuvo por un momento, y sus pasos próximos fueron tan solo un par, arrastrando sus pies.

  —Jake... — susurró lo más bajo que pudo, pero al detener sus pasos definitivamente la suela de su zapatilla hizo un chillido con el suelo, y Jake no hizo más que voltear un tanto asustado.

  Él, al igual que ella, se llevó una enorme sorpresa al verla petrificada a tan solo unos metros suya. Sus labios se abrieron inconscientemente, mientras las palabras de su boca desaparecían. Por lo menos hasta que pestañó varias veces y se obligó a forzar su voz.

  —¿Yu..min? ¿Qué... — rápido tragó saliva. —¿También te citaron para hablar con Pd-nim? — preguntó dando pasos al frente, acercándose cuidadosamente a ella.

  Yumin hizo lo mismo, aún sorprendida, ahora más por la pregunta de Jake. ¿Había dicho "también"?...

  —Sí... — susurró mirando detrás de Jaeyun, hacia la puerta oscura. —Recibí la citación esta mañana. — ahora observó sus redondos e intranquilos ojos.

  —Yo ayer por la noche... — dijo señalando su pecho, para después susurrar pesadamente mirando a su alrededor.

  —Dios...

  Ambos jóvenes se miraron a los ojos. Sabían que estaban perdidos si hacían un movimiento en falso. Sabían que Hybe tomaría medidas drásticas si los atrapaban e esa prohibida relación. A la par cual clones, los dos soltaron dos profundos suspiros. En silencio, Bae se dirigió a paso lento hacia una de las tantas sillas frente la oficina. Jake la siguió con la mirada, y después de verla caer en ellas, dio unos pasos calmos hacia la hilera e sillas a un lado de la puerta. Ambos quedaron enfrentados, pero sus ojos no podían verse entre sí, simplemente no...

  Jake se cruzó de brazos y comenzó a mover su pie de manera inquieta; Yumin arregló su corto cabellos tantas veces pudo con nerviosismo.

  Segundos después, la puerta se abrió. Los dos voltearon hacia allí de manera instantánea, con una velocidad no pensada. Jake abrió sus ojos sorprendido al notar que el que sostenía el pomo de metal era su mánager, junto a una expresión seria en su rostro.
  —Chicos... Pasen... — dictó este hacia ambos, a la vez que hacía un movimiento con su cabeza al invitarlos a entrar.