VII

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Una semana después, James consiguió convencer a Sirius de que hablara con él sobre lo sucedido en Navidades. El chico llevaba toda la semana evitando a James, e ignorándolo cada vez que mencionaba siquiera la posibilidad de hablar. Finalmente, James arrinconó a Sirius cuando salía de los invernaderos.

-Sirius-Como reina del drama que era, este se giró rápidamente, aparentando que le daba un ataque al corazón

-¡Dios mío James! Me has asustado-Lo dijo riendo, pero al ver la cara de James, se puso serio.

-Sirius. Necesitamos hablar. No puedes seguir ignorándome.

-Sabes que sí-James puso los ojos en blanco

-Venga Sirius. Por favor. Necesito saber por qué no me escribiste.-Tras mucho pensarlo, James había decidido no mencionar a Regina ni sus cartas, puesto que ella tampoco se lo había contado a Sirius, y el no quería ser el que lo contara. Sirius suspiró, resignado.

-Agh, está bien. Pero no puedes contárselo a nadie. Ni siquiera a Remus o Peter.-James asintió, conforme. Los dos se sentaron sobre unas macetas, y James miró a Sirius esperando a que hablara.

-Bueno, lo primero que hizo mi madre al verme llegar fue quitarme la varita y guardarla en un cajón de su habitación. Y, a partir de ese momento, todo fue a peor. Las discusiones eran diarias, sobre todo porque no deja de recriminarme que haya quedado en Gryffindor y que sea vuestro amigo.-Sirius paró de hablar, y miró a James dubitativamente. Este le devolvió la mirada, incitando a continuar hablando. -Entonces, en la cena de navidad... La cena de Navidad fue lo peor. Discutimos, enfrente de toda mi familia y luego me encerró en mi habitación. Cuando terminó la cena subió a hablar conmigo. No fue una conversación muy agradable que digamos. Esto, por favor, no se lo cuentes a nadie, pero... Mi madre cree en la disciplina del dolor. Y en la efectividad del Crucio para castigar a los hijos que deshonran a la familia.-James ahogó un grito. Regina no le había dicho exactamente lo que le había pasado, y él prefirió no imaginarse lo peor... Sirius se encogió de hombros.

Es algo habitual, así que no te preocupes. Después de esto se fue y me dejo encerrado en mi habitación. No pude salir hasta varios días después. Aunque, lo más horrible fue oír la discusión que mi madre tuvo con Regina, y lo que le hizo días después. -Al oír esto, James se sobresaltó, y no pudo contenerse

-¿Qué le ha hecho a Regina?-Sirius le miró extrañado por la pregunta, pero contesto igualmente-Dos dias después de su discusión con mi madre, mi padre le pidió que escribiera una carta para los señores Lestrange, porque quieren comprometerla con su hijo Rabastan. Pero ella no quería, así que discutieron, y le acabaron lanzando un imperius para que la escribiera. Fue horrible verla subir las escaleras corriendo y encerrarse en su habitación llorando de impotencia. -James lo miró horrorizado. Solo de pensar en que querían casar a Regina con el bruto de Rabastan contra su propia voluntad, le hacía hervir la sangre.- luego traté de hablar con ella sobre lo que había pasado, pero me pidió que no lo mencionara. Obviamente le hice caso. Pero ocurrió algo extraño. Sin motivo aparente, sabes, los últimos días de vacaciones parecía más feliz, no sé. Se escapaba mucho a su habitación y cuando salía, sonreía más de lo normal.-Al oír eso, James sonrió inconscientemente, y al darse cuenta trató de disimular rápidamente. Por suerte, Sirius estaba mirando una planta venenosa de Sprout y no se dio cuenta. James carraspeó.

-Bueno, primero de todo, gracias por contármelo. Y, a ver....-El chico busco las palabras- Es que eso es horrible, Sirius.

-Lo sé, pero la verdad, ya he llegado a un punto que no me importa lo que me haga a mí. Estoy reuniendo dinero, y cuando tenga suficiente me escaparé. Mi tío Alphard me está ayudando. Lo que no puedo soportar es que la hagan daño a Regina. Eso sí que no. Sé que ella si tiene una oportunidad de vivir bien con ellos, no soporto que lo pase mal por defenderme. -James suspiró. Definitivamente, necesitaba hablar con Regina. -Sabes Sirius, cuando te escapes, si todavía no eres mayor de edad o no tienes donde ir, podrías quedarte en mi casa.-Sirius lo miro esperanzado- ¿De veras?

-Sí, claro. Les he hablado mucho de ti a mis padres, están deseando conocerte.

Sirius sonrió, feliz. Entonces los chicos se dieron cuenta de la hora, y corrieron de vuelta al castillo para no llegar tarde a Encantamientos.

A la mañana siguiente, Regina se despertó con el aleteo de una lechuza en su habitación. Miró a su alrededor, y descubrió al animal al lado de su cama, con un sobre en el pico. Se acercó a la lechuza y cogió el sobre. 

I'll stay with you ❋Jegulus❋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora