Prólogo

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De entre los tantos recuerdos importantes en la vida de Sanji está aquel verano a los diecisiete años en el que tuvo que quedarse al cuidado de Emporio Ivankov, un conocido de su padrino Zeff, el hombre mayor necesitaba hacer negocios y no confiaba en nadie más pues no creía que los chicos del Baratie pudieran cuidar bien de su muchacho, de su adorada berenjena y tampoco podía llevarlo con él así que fue lo último que pudo hacer. Al inicio el pequeño europeo estaba bastante inconforme con la decisión, pues si había algo que odiaba era que el viejo eligiera por él en lugar de preguntarle que carajo quería hacer, pero ya no había más para remediar pues aun recuerda como llego vestido en traje y aun con sus maletas grandes para los dos meses de verano que le esperaban en la isla Momoiro bajo el cuidado del excéntrico hombre que es Iva.

Puede rememorar las discusiones de los primeros días, a su mente siempre vienen las memorias de aquel adulto regañandolo por ser molesto y hostigoso con las mujeres, "¿qué no puedes controlar las hormonas? Te dijeron que no" y su respuesta era "soy adolescente, claro que no puedo controlarlas", sus descontentos eran cada vez más comunes todos por la misma razón era tan cansado que comenzaba a pensar que se vengaria del viejo una vez regresara de su viaje, no importaba cuántas veces fuera reprendido, el francés siempre encontraba una manera de volver a las andadas, hasta que Ivankov se cansó de su actitud.

Al rubio le fue imposible olvidar cada una de las sensaciones que pasaron por su cuerpo ese día, el momento en el que Emporio quiso darle una cucharada de su propia medicina haciéndolo vestir como una chica y haciéndolo salir así a la calle, según Iva esa era la forma en la que Sanji se daría cuenta de las dificultades que niñas, adolescentes, y mujeres tenían que pasar día a día. Tuvo que usar una peluca, maquillaje, vestido, zapatillas e incluso bloomers como si fuera algún tipo de muñeca antigua, la verguenza le recorría todo el cuerpo no solo porque acaban de arrebatarle toda masculinidad de un segundo a otro... sino porque le gustaba que lo hubieran hecho.

El encaje en los olanes del la falda del vestido tocando sus piernas se sentía bien, el labial rosa en sus labios lo hacía sentir bien, como lucia con el cabello largo lo hacía sentir bien, sus pestañas rizadas adornando con máscara sus bellos ojos azules, todo, absolutamente todo lo hacía sentir bien, es en ese momento que se da cuenta de que las belleza que tanto admira de las mujeres se debe a como se sienten con lo que ellas usan no sobre cómo las demás las ven, se trata de la seguridad con la que portan cada prenda y presumen cada peinado, y eso... le gusta, es una sensación que nunca había experimentado usando un traje.

Después de vivir ese día en los zapatos de una mujer entiende muchas cosas, la primera lección es sobre de donde sale la belleza, y la segunda es que Emporio tenía razón, aún cuando era su intención se estaba comportando como los hombres estúpidos que si molestan a las bellas damas de forma intencional así que promete no volver a hacerlo. Sin embargo, algo aún se había quedado vibrando en su pecho desde ese día, eran las ganas de volver a experimentar sentir la tela de un vestido sobre sus piernas desnudas, pero no es sino hasta una semana y media luego del incidente que se entera que su cuidador gusta del travestismo, sabe que no puede más luego de otro par de días y termina pidiéndole ayuda a su cuidador.

Iva no supo como tomarlo al inicio pero la mirada determinada del adolescente de lo dice todo, así que aún dudoso decide enseñarle todo lo que sabe, es su mentor en técnicas de maquillaje, le muestra las reglas de caminar en zapatos de tacón para mantener la gracia y elegancia en todo momento, le enseña sobre encaje y lencería, como formar su cuerpo y como actuar como una dama, y el ojiazul disfruta todas y cada una de sus enseñanzas, amando cada dia restante del verano, pero también era consciente de que era algo que no podía mostrar como si nada pues el sabía que lo podrían juzgar con facilidad.

Así que lo escondió de todas las personas, menos a Zeff. Con lo que ganaba ayudando en el Baratie compraba vestidos, pelucas, maquillaje y zapatos, a veces lograba conseguir un poco más de dinero por otros medios para comprar accesorios de bisuteria, y así fue durante los siguientes dos años, en los cuales disfruto de esa parte de su vida en la que feminidad y masculinidad se combinaban a la perfección... hasta que durante el inicio de su primer año de universidad; Zoro, uno de sus amigos, lo descubrió al llegar a visitarlo de forma inesperada.

Recuerda haber sido encontrado probándose un vestido nuevo, negro y ajustado con un collar de perlas falsas, medias de red, la peluca con un largo hasta los hombros... tiene ese momento fresco en la mente, él intentando explicar lo obvio como si tuviera alguna otra razón para estar travestido en ese momento, y sabía que todas las cosas que salian de su boca eran ilógicas, justo como patadas de ahogado. Cada que vuelve la anécdota a su mente aún puede sentir el miedo que tuvo en ese momento de ser rechazado por Roronoa luego de ser descubierto en su hobby secreto.

Y también puede sentir la calidez de la tranquilidad cuando el espadachín no se incómodó por su hallazgo, sino que, al contrario... algo se encendió ese día. No recuerda con mucha exactitud cómo pasó pero se alegra de que Zeff no estuviera en casa ese día, tiene claro solo la sensacion de sus labios chocando los del asiatico, sus manos recurriendo su cuerpo, sabe que fue en esa fecha en la que perdió la virginidad con Roronoa Zoro, su amigo, vistiendo un vestido nuevo que terminó arruinado en el frenesí al iniciar una relación de amistad con derechos.

Al inicio fue bastante fácil manejarlo, Sanji era libre de usar sus vestidos y ser halagado por ello mientras ambos satisfacían sus deseos en secreto, la amistad se mantenía, y eso estaba bien para ambos... hasta que Vinsmoke, un año después, rompió el acuerdo del enamoramiento y termino cayendo perdidamente de aquel chico.

Era el inicio de una montaña rusa emocional para el pobre chico francés.

One of your Girls (Zosan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora