Una aventura como en los viejos tiempos.

El inicio de una nueva aventura

Un majestuoso resplandor amarillento iluminaba el horizonte, pintando el cielo de un naranja amarillento a este cielo que poco a poco se volvía morado, las estrellas poco a poco iban desapareciendo junto a la luna, la cual a paso lento se ocultaba al otro extremo contrario de aquel resplandor. El color de la vida inmediatamente se hizo presente junto a los sonidos tan característicos de ella. Los pequeños pájaros cantaban y alzaban el vuelo, saludando el nuevo día y empezando con sus asuntos cotidianos, alimentados por sus instintos básicos, pequeños animalitos también salían de sus refugios para iniciar su día mientras que aquellos que disfrutaban de la noche regresaban a sus moradas para descansar y esperara al ocaso. Mientras la mañana se extendía y su luz casi cubría casi todos los rincones de este entorno boscoso los cimientos de una construcción de dos pisos se hacían presentes, muros de madera y ladrillos se alzaban sobre el césped, un techo de ladrillos de color oscuro con algunas placas de metal parchando algunas partes, y antenas satelitales y de radio se levantaban sobre el, ventanas tanto circulares y rectangulares con una pequeña superficie para pequeñas masetas adornaban el exterior de la casa. Justo alado de esta casa, al final de un camino de concreto, un garaje con forma de hangar abría sus pesadas y metálicas puertas, de la oscuridad, un biplano de color azul con franjas amarillas salía a paso lento del interior de aquel hangar, el símbolo de dos colas de zorro estaba pintados en las alas y deriva de la avioneta, siendo el símbolo insignia de su dueño y piloto. Y hablando de este último, se trataba de nuestro querido y distinguido Tails el cual estaba revisando y checando que todo se encontrara en orden en el panel de control, en vez en cuando daba una mirada hacia la parte posterior del vehículo donde se encontraban unas maletas sujetas con cuerdas de sujeción. Tras revisar que todo estuviera en orden, este voltearía por última vez hacia lo que es su hogar y hacia su mejor amigo, el héroe más grande de este mundo, Sonic, el cual estaba parado justo al lado del garaje/hangar mirándolo con una sonrisa de orgullo. Ambos cruzaron miradas y Sonic se acercó a la cabina, extendió su puño en gesto de despedida, por su lado Tails no tardo en realizar la misma acción que su querido amigo, culminando en un choque de puños, tras esto, Sonic retrocedería y le haría un gesto de aceptación con la cabeza, Tails al ver eso haría más grande su sonrisa y copiaría la acción de quien consideraba su hermano mayor. Con aquella despedida, encendería el motor y empezaría a avanzar por la pista hasta alzar el vuelo en dirección al norte, Sonic realizaba un gesto de despedida mientras observaba con una sonrisa como su amigo poco a poco se iba alejando, deseando en su mente que le vaya bien en sus aventuras.

Mientras más se alejaba Tails, este poco a poco se iba desvaneciendo en el infinito cielo, y con él, a un Sonic que se despedía de su amigo para dejar ver realmente a un Sonic con una sonrisa relajada que contemplaba el hermoso cielo del amanecer en la dirección donde su pequeño hermano se había ido ya hace algunas semanas atrás, siendo todo lo que vio, un recuerdo.

Pese al pasar de las semanas aún no se acostumbraba a la ausencia de Tails, nunca antes desde que lo conoció se habían separado por tanto tiempo, aun le costaba asimilar que al llegar a casa no fuera recibido con un saludo de Tails o incluso una nota de este indicándole que estaba ocupado o estaba fuera pero que no tardaría en llegar, pero aun así, respeto su decisión de ser más independiente y buscar sus propias aventuras, después de todo estaba llegando a esa edad y tenía razón con lo que dijo: "No podre alcanzar todo mi potencial si sigo dependiendo de ti". Eso en lugar de desanimarlo, le producía gran alegría hacia su pequeño hermano y como este está madurando, de pasar de ser el chico retraído y con poca confianza en sí mismo a ser el chico más inteligente del mundo y un héroe para muchos. Y pese a haber tenido sus altibajos como cualquier otra persona acorralada por el miedo como fue con los esbirros de Dark Gaia o con el chacal loco. De igual forma tubo sus momentos donde dejaba el miedo de lado y lo encaraba, como fue en su primer encuentro con Chaos, la gran batalla que libraron en contra de Metal Overlord y la que mayor impacto tubo en él, salvar el solo a toda Station Square de aquel misil del cara huevo.