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Tzuyu estaba dispuesta a averiguar por cielo, mar y tierra el nombre de esa chica.

Pero claro, no fue tan difícil ya que al parecer ella era la única que durante un año entero no había visto a la mujer de cabello llamativo.

Sana. Minatozaki Sana.

No sonaba a un personaje de anime para nada, pero se lo dejaría pasar por ahora, ya que su rostro seguía siendo el elemento central.

La segunda vez que la vio fue en una circunstancia totalmente diferente. O tal vez no tanto.

Estaba almorzando sola en la cafetería, se había quedado estudiando mucho tiempo, así que a las 3 de la tarde no quedaban muchas personas allí. Estaba lista para colocarse sus audífonos y escuchar un poco de música, pero una voz le llamó la atención.

Alzó la vista para observar pasar a la chica de cabello rubio frente a su mesa. Esta vez iba sonriente, y acompañada.

Su compañía era la que había llamado su atención, una chica delgada que se veía ligeramente más alta que ella debido a las enormes plataformas que traía. Eso no había sido tan importante, pero el fluido japonés que salía de su boca sí.

Tzuyu siguió con la mirada, Sana sabia japonés a la perfección, ya que la de cabello negro estaba teniendo una conversación con fluidez junto a la rubia.

Después de ese momento, no pudo volver a ver anime sin pensar en la voz de Sana. Los ojos de cachorro que había colocado mientras decía una frase en un japonés inseguro, preguntando con la mirada si estaba bien.

Sana parecía querer arruinar su existencia, aunque ni siquiera supiera de ella.

ANIME GIRL | SATZUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora