Desde hace unos años el rumbo de mi vida ha ido de una dirección a otra. Con el paso de los años, he ido perdiendo todo lo que consideraba importante y ahora me dedico a improvisar los días a su paso. No llevo una organización clara de mi rutina, excepto por algunos puntos, fluyo con el paso del tiempo.
Según esta estúpida sociedad, a mi edad ya debería tener un empleo estable, alguna que otra propiedad a mi nombre, y por supuesto, una familia. Claramente no cuento con ninguno de estos requisitos y esto hace que la gente de mi alrededor se cuestione, incluso, mi cordura. Lucho cada día con frases de tipo: búscate un novio, se te va a pasar el arroz. Encuentra un trabajo y haz algo con tu vida, o deberías invertir en algo que te generase algún dinero.
Mi cobardía hace que las respuestas a este tipo de comentarios se queden en mi mente, pero claramente explicaría sin pelos en la lengua que no me apetece emparejarme con nadie porque me hicieron mucho daño y esa herida sigue sin sanar. Respondería que no estoy lista para trabajar, puesto que mentalmente me siento inestable y no quiero ningún tipo de responsabilidad que no sea capaz de enfrentar. Pero lo que de verdad me gustaría, es poder ser clara sin preocupar a nadie al decir que no puedo invertir en nada ya que mi economía me da para lo justo: pagar el alquiler y poder comer.
Mi mejor amigo, Cris, se mudó conmigo hace unos meses, y gracias a ello he podido retomar un poco más mi vida social ya que me ayuda mucho con los gastos de la casa tener un compañero de piso. Esto es algo positivo en cuanto a muchos de mis problemas, y además, otro punto optimista es que ahora disfrutamos mucho de nuestra amistad y de nuestros hobbies en común como salir a correr, comer pizza mientras vemos una serie random de Netflix, o disfrutar todos los domingos de una paella mientras vemos la carrera de fórmula uno.
Cris fue quien me incitó a adentrarme en el mundo de las carreras, paradójicamente, justo cuando sufrí un accidente con mi coche; según él, era el principio de la terapia ante el miedo que he cogido a conducir, y en parte no le falta razón. El gran circo, como él lo llama, ha logrado disuadir mis bajones emocionales en más de una ocasión, aunque a día de hoy sigo yendo a pie a todos los sitios que puedo, y si no, opto por coger el trasporte público. A pesar de que sigo dicho deporte a través de una pantalla o redes sociales, consigo emocionarme con la adrenalina que desprende y otras veces asustarme cuando hay algún accidente.
Estoy deseando que empiece la temporada para ver las mejoras que trae la escudería Mercedes, ya que es la que sigo desde más cerca y el año anterior no consiguieron quitarle el título de constructores a Redbull ni el título del mundial a Max Verstappen. También tengo ganas de por el mero hecho de poder discutir con Cris los adelantamientos o las estrategias de equipo, incluso por quien debe o no ganar. Él sigue a la escudería de Ferrari y no permite que nadie objete que tienen errores como cualquier otro equipo, va a muerte con ellos.
A una semana de que empiece el gran premio de Baréin, sigo barajando opciones para darle una sorpresa a mi amigo y dar por iniciada la temporada de la manera más divertida.
¡Hola, hola!
Soy nueva en el mundo de los fan-fic, por lo que espero que os guste esta historia. Es la primera vez que me animo a escribir en público, por lo que cualquier duda, aclaración o sugerencia será bienvenida.
Durante estos días iré publicando algunos capítulos. Muchas gracias por leer, ¡espero que os guste!
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World Of Love.
FanfictionFan-Fic de Lewis Hamilton. Cayetana, una treintañera la cual ha perdido el rumbo de su vida narra la historia de amor con el siete veces capeón del mundo de la F1.