Escuchó como alguien entraba a su habitación y se sentaba en su cama. El olor a alcohol y cigarrillo le inundó las fosas nasales. Ella no abrió los ojos, sabía perfectamente quien era. A que venía.
—¿Por qué?
Empezó en un susurro.
—¿Cuánto te falta por hacer?
Ella se encogió un poco pero continuó con los párpados cerrados.
Le oyó respirar profundamente y luego unos sollozos que casi quedaban atrapados en su garganta. A ella también le dolía, le quemaba.
Sintió un sutil beso en su frente. Cuando se alejó maldijo por dentro, le quería cerca todo el tiempo posible.
Pero el ya no quería una vida a su lado.
Notó la cama hacerse más liviana, él se había puesto de pie. La puerta se abría nuevamente. Él se iba.
—No
Ella jadeó mientras se despertaba sentada en su cama. Ya no había olor a cigarrillo ni a tragos de ron.
Tampoco nadie salía por la puerta.
Volvió a soñarlo.
Que él le abandonaba.
Que ironía que haya sido ella la que se fue.

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Musas en mi alma
PoetryColección de escritos completamente randoms. Ni yo misma se que es. No está tan bueno la verdad.