10. Baila conmigo, Kookie

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Solo faltaba una hora para el baile cuando Tae me dio la maravillosa noticia de que, amaba profundamente a JiMin, que jamás volvería a desconfiar de él, que habían vuelto y que irían juntos a la celebración dejándome literalmente sin pareja.

La razón principal para asistir a ese bendito baile era Tae y su discurso de que los amigos se acompañan en las buenas y en las malas. Que es una experiencia que nunca más volveremos a vivir y que cuando ya estuviese en la universidad me arrepentiría por no haber asistido. Así que me convenció y ahora estoy aquí, vestido y enmascarado, mientras mamá y SeJin se entretienen tomándome fotografías, haciéndome sentir totalmente patético.

Atiborrado en un traje oscuro similar al de los príncipes de cuentos y un antifaz en tonos negros y ribetes dorados, le pido a mamá que se detenga en su aventura de probar todas las funciones de mi cámara y me tome una fotografía con mi teléfono. Se supone que el Sr. Kim está esperando que Tae le envíe una de ambos, pero justo ahora mi amigo está demasiado ocupado en recuperar el tiempo perdido con su novio, como para recordar mi existía o la de su padre.

Mamá tarda más de diez minutos en tomar una fotografía bien enfocada. Cuando al fin lo hace, se la envío al Sr. Kim junto a un mensaje de lo más lastimero: 

«Seria genial que fueras mi cita 😔»

Pero pasa media hora y ni siquiera existe una confirmación de lectura. Imagino que es porque está muy ocupado y ese pensamiento de alguna manera me consuela haciendo menos triste mi noche. Sin embargo, cuando ingreso al colegio y avanzo hasta llegar al enorme salón de baile no puedo evitar sentirme ridículo y malhumorado.

Todos se ven felices dentro de sus trajes, junto a sus parejas, tomándose selfies y riéndose con sus amigos, mientras beben en vasos plásticos. Algunos incluso se entretienen buscando los rincones oscuros para comenzar con los besos jugosos.

La música pasa de un Hip-Hop frenético a una balada pop.

No reconozco a nadie porque todos tienen sus rostros escondidos en rimbombantes máscaras. Tae no aparece por ningún lado y tampoco contesta mis llamadas, así que paso más de una hora mezclándome entre los estudiantes y bailando con una chica que al ver mi falta de interés en el baile y en ella misma, después de dos canciones me avisa que irá al baño, para no regresar nunca más.

Tae y JiMin aparecen en el salón de baile cuando una canción de Lorde retumba en el interior. Sus disfraces están arrugados, traen el cabello desordenado, sus rostros están totalmente sonrosados y ambos tienen una sonrisa que va de oreja a oreja.

No me sorprende que después de tanto llanto hayan tenido una reconciliación cargada de sexo. Junto a ellos viene un chico enmascarado que se acerca con torpeza y me invita a bailar. Obviamente es YuGyeom, el chico con el que insisten que salga, así que me niego, porque ahora lo único que deseo es esconderme en mi habitación y esperar a que el Sr. Kim me llame y diga en su particular estilo lo mucho que me extraña.

Mientras veo a Tae y JiMin bailar en el centro del salón, me pregunto qué pensarían ellos de mi si supieran lo que he estado haciendo. Probablemente dirían que soy un cerdo sucio y traicionero que deja que el padre de su mejor amigo se lo folle secretamente, mientras él duerme tranquilamente en la habitación del lado.

No es hasta que comienza a sonar un empalagoso tema de Red Velvet que decido buscar una de las salidas y quedarme ahí a observar como todos se divierten, mientras espero que sea lo suficientemente tarde como para que mamá termine de hacer lo que sea que esté haciendo con SeJin y así regresar a casa sin escuchar nada chocante.

Sr. Kim (JinKook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora