Za znanost! --- beelniko

II

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Resulta que Nikola nunca encuentra la oportunidad de poner en práctica su plan cuidadosamente elaborado, ya que, lamentablemente, menos de una semana después de trazar sus estrategias, Beelzebub, para empeorar las cosas, trata de matarlo.

Y no se entera sino hasta más adelante que no fue, exactamente, Beelzebub.

En su periodo de ignorancia, aquel a quien creía era Beelzebub se precipita hacia Nikola con la siniestra intención de arrancarle el corazón del pecho. Este fatídico momento se desencadena mientras Nikola, ajeno al peligro, busca distracción entre tubos de ensayo, siguiendo las indicaciones del demonio en un área a la que no está acostumbrado.

La sorpresa queda corta para describir la situación; Nikola, indefenso, solo puede gritar el nombre de Göndul, esperando su pronta aparición. Una vez más, es su Valquiria la que debe enfrentar las consecuencias de la debilidad física de Nikola, emergiendo en un resplandor de luz, ella erige una barrera protectora, interponiéndose entre él y las afiladas garras del demonio con intenciones funestas.

Göndul defiende a Nikola con determinación, desplegando todas sus fuerzas en un intento desesperado. Sin embargo, la realización del völundr, esa conexión esencial de almas, resulta imposible sin el adecuado momento. Consciente de esto, Nikola intenta ser lo menos obstrusivo posible, pero desde el inicio queda claro que ambos son fácilmente superados en términos de poder.

Beelzebub logra superar cualquier intento de Göndul por detenerlo, desviando con facilidad uno de sus rayos más poderosos. En respuesta, el demonio contraataca con una fuerza abrumadora, acompañada de una sonrisa socarrona que desconcierta a Nikola, quien no puede evitar pensar que dicha expresión no concuerda con la imagen del Señor de las Moscas.

No es que Nikola no aprecie las sonrisas del demonio; simplemente, esta en particular le resulta incómoda, incorrecta. El científico ha sido testigo en varias ocasiones de lo hermosa que puede ser la sonrisa de Beelzebub, pero la que ahora adorna sus rasgos no es una que realmente pueda apreciar.

La sonrisa de Beelzebub no solo es inapropiada, sino que se acentúa mientras deja un rastro de destrucción a su paso en su intento por acercarse, las escleróticas negras y pupilas rojas sí hacen juego, el científico le considera eso. Aunque Nikola ha enfrentado la imponente fuerza de Beelzebub en el pasado, esta vez percibe que sus posibilidades de salir ileso son escasas, añadiendo un nivel adicional de ansiedad a la situación.

Aunque Beelzebub parece decidido a no detenerse hasta alcanzar su objetivo, Nikola se niega a sucumbir por segunda vez en sus manos. A pesar de la impresionante destreza del demonio, Nikola confía en su ingenio para hallar soluciones, manteniendo una determinación inquebrantable frente a la amenaza inminente.

La oleada de pánico que lo envuelve actúa como un recordatorio valioso, instándolo a reconocer que, aunque pueda ser impotente en términos de fuerza física, su mente sigue siendo uno de sus aliados más leales. Ha alcanzado grandes logros gracias a sus esfuerzos intelectuales, y esta situación no será la excepción.

Mientras Göndul se esfuerza por contener a Beelzebub, Nikola aprovecha su presencia como distracción para explorar el laboratorio. Su mirada escudriña los estantes de libros, los experimentos y planos, así como las herramientas esparcidas en los escritorios. Sin embargo, lo crucial son los contenedores gigantes organizados al fondo del cuarto. Recordando el incidente de la semana pasada, la idea de un plan comienza a tomar forma en la mente de Nikola.