[Actualizaciones: 1 vez a la semana] Steve Rogers o secretamente el capitán Hydra le rompe el corazón a Anthony, pero con una buena explicación. Anthony ya no tiene nada más que hablar con Rogers, es feliz con su pequeña familia, pero Hydra no se va...
Ahí estaban, cara a cara, uno con una gran vena marcada del enojo, y el otro con la cara pálida, casi sin pulso del miedo que recorría su cuerpo.
-Muy bien capitán, tome asiento por favor, hablemos de esto con calma...-
Obadiah hizo un ademán con la mano para que Steve se sentase a su lado en un gran sillón de cuero negro.
-Me temo que nada de eso sucederá, señor Stane...-
Con un rápido movimiento se acercó a Obadiah y tomó uno de los cuchillos de mano que guardaba bajo su manga, lo presionó ligeramente contra su cuello.
- Ahora usted y yo nos vamos a dirigir lentamente hacia afuera, ¿No es así?-
Preguntó Steve en voz baja sobre el oído del hombre, viendo como los otros guardias hacían el ademán de querer sacar una pistola.
- S-sí señor..- Stane miró a uno de sus hombres y le hizo una seña indicando que bajaran las armas y obedecieran a las órdenes del capitán, confundidos accedieron ante el reciente cambio de planes.
Steve y Stane caminaron a paso lento hacia la salida, intentando pasar por desapercibidos ante las miradas de los demás y ciertamente lo iban a lograr cuando por sus espaldas Steve sintió la inconfundible voz de Tony, -MIERDA- pensó el capitán.
-¿Steve?, ¿Qué haces aquí?, creí que estarías en un viaje de negocios hasta la próxima semana-
Tony se acercó más hacia ambos hombres, Steve en cuanto empezó a notar su cercanía tuvo que bajar el cuchillo y ocultarlo. Stane no desperdició la oportunidad y enseguida mandó a uno de sus hombres por Tony, él realmente no quería hacer un alboroto, pero no le dejaban otra alternativa.
-¡Que bueno que se conocen! Steve, él es Stane, un viejo amigo mío-
Tony dio una de sus magníficas y encantadoras sonrisas, esas que hacían que el corazón de Steve se acelerara como nunca, esas pequeñas acciones del moreno, hacían que se desconectara del mundo y se olvidase de lo que pasaba a su alrededor.
Sin dar tiempo a Steve para replicar algo, un enorme hombre había tomado a Tony por la espalda y puesto un paño blanco sobre su nariz y boca. Cayó inconsciente en menos de un segundo y así como si nada fue llevado a rastras hacia afuera. Nadie parecía haber notado nada, fueron menos de 30 segundos y Steve ya estaba rodeado de guardias que le impedían el paso hacia Tony.
En un deje de desesperación Steve llamó a su equipo, lo que había empezado como un juego de niños se había convertido en una misión de alto riesgo.
Llevaban más de media hora allí, la gente había sido evacuada y los noticieros se multiplicaban como plagas por doquier.
Steve había dejado inconsciente a varios hombres pero cada vez que noqueaba a uno otros dos salían de la nada a atacarle. -HIJO DE PUTA, EN CUANTO TE ENCUENTRE STANE, VAS A VER RATA INMUNDA- se decía para sí mismo el capitán, esto ya estaba demorando mucho y Tony no iba a aguantar tanto.
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Sentía como una fuerte luz era apuntada hacia sus ojos, le dolía la cabeza y no sabía dónde pero estaba seguro de que sangraba en algún lugar de su cuerpo. Quiso moverse pero sus manos estaban fuertemente amarradas a una camilla con cintos de retención que cubrían toda su anatomía, abrió sus ojos un poco y como era de esperarse la luz lo mareó de sobremanera, todo daba vueltas en su cabeza.
Observó unos segundos la habitación y no la reconoció, era un sótano en el que estaban él y otros aparatos médicos, no había personas a su alrededor y todo era color gris. El lugar parecía abandonado.
Unos minutos después gente que no conocía empezó a entrar a la habitación por montones, todos lo miraban y pasaban de largo hasta que por la puerta vió llegar a una figura más que familiar.
-¡Obadiah, gracias a Dios vinistes por mi!, ya no me estaba gustando la decoración del lugar, ¿Qué es esto una especie de fiesta sorpresa?, ya sácame de aquí viejo- Dijo Tony con su característico sarcasmo y sentido del humor, a decir verdad no entendía nada.
Obadiah rió de una manera exajeradamente maliciosa -¡Ay mi querido Tony!, ¿Nunca te has puesto a pensar que el mundo no gira a tu alrededor?-
Se acercó hacia la camilla y le susurró a Tony en el oído -No te lo tomes personal muñeco, tu noviesito tiene algo que nos interesa- y así como llegó se fue sin mirar atrás -¡Nos estaremos viendo Tony!-
-Espera..¿Qué, me estás dejando aquí? ¡Obadiah!- gritó Tony entre furioso y desconcertado ¿Qué estaba pasando?, ¿Por qué estaba allí? y la que más le picaba ¡¿Qué carajos tenía que ver Steve en todo esto?!
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