El río.

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¿Por qué me tenía que seguir? No aguantaba más, asique decidí gritarle:

-Puedes irte y dejar en ridículo a otra personas, ¿sabes? No hace falta que sigas humillandome.

-Si quieres que me vaya me iré, solo venia a hacerte compañía.- y ahí me di cuenta de que metí la pata, el que me seguía era Ángel.

-Lo siento, es que soy demasiado tímida, y eso de que te suban a un escenario y te pongan en ridículo...- agaché la mirada de lo avergonzada que estaba.

-No pasa nada, tu amiga Carla me ha hablado mucho de ti en campamentos anteriores, y sé que eres vergonzosa, y no te llevas nada bien con los chicos, ¿quieres que hablemos un poco? Conozco un sitio estupendo.

-Está bien, no veo nada malo en habla contigo.- acepté su propuesta, se veía demasiado interesante.

Sinceramente, no creo en el amor a primera vista, pero tengo que decir que este chico me está empezando a gustar...

No se donde me estaba llevando, yo le seguía, cada vez estábamos más metidos en el bosque, hace tiempo dejamos de oír los gritos de los adolescentes en el campamento, y ese ruido fue sustituido por el agua chocando contra unas rocas.

-¿Vamos a ir a un río?-pregunté.

-Has acertado. Siempre venía aquí cuando la gente me insultaba, o simplemente para relajarme.-concluyó él.

Me gustó la idea de relajarme, y más si era en su compañía.

(...)

Después de unos minutos más ya habíamos al deseado río. Su agua era muy clara, estaba muy limpia, para ser sinceros me apetecía mucho bañarme, era una tarde muy soleada.

Decidí girarme para hablar con Ángel, ya que habíamos venido al río para eso, pero para mi sorpresa..

-¿Qué haces desnudándote?-pregunté con los ojos abiertos.

-No se, un río, el agua no está sucia, hace calor... ¿tú qué piensas?-me dijo con su sonrisa arrogante, la verdad es que me encantaba esa sonrisa.

-Sinceramente, yo también había pensado en meterme.

No me dió tiempo a decir más, ya estaba sobre los hombros de Ángel a punto de ser tirada al río.

-¡¡PARA!!- grité antes de que me tirara.

-Dime, bueno, espera; digas lo que digas, te voy a tirar.- y aunque no le mirara sabia que otra vez estaría sonriendo como él hace.

-¿Puedo quitarme la ropa? Quiero llegar al campamento al menos un poco seca, ¿sabes?-lentamente me fue bajando mientras asentía dándome su aprobación.

Empecé a quitarme la blusa, las zapatillas junto a los calcetines y finalmente los pantalones, así quedándome solo en ropa interior, que era básicamente como un bikini.

Cuando me giré para hablarle a Ángel no había, nadie, me giré y tampoco, decidí acercarme al río para ver si estaba y...

-¡Ah! ¡Está helada! ¡Quiero salir, quiero salir!-no paraba de gritar, parecía que me estaba bañando en el Polo Norte.

-Callate, que ahora me tiro yo y te caliento.- sonrió de forma arrogante, a lo que yo me limité a rodar los ojos.

Se desnudó quedándose solo en bóxers, y acto seguido se tiró al agua.

Empezó a bucear por el agua, y yo no le veía, me estaba empezando a asustar, cuando de repente algo tocó mi pie.

-¡Ángel! ¡Ayuda! ¡Algo esta tocando mi pie!-estaba demasiado asustada, ¡¿y si era una serpiente?!

-Ese "algo"-dijo haciendo comillas-es el chico mas sexy del mundo.-me guiñó un ojo para provocarme.

-Lo de sexy lo dudo, vamos a dejarlo solo en guapo, el papel de sexy lo ocupo yo.- sonreí triunfante y me puse a nada.

Cuando paré y me quedé mirando al bosque noté comí Ángel me cogía de la cintura, acercándome delicadamente a su cuerpo. Acercando su boca a su oído susurrándome:

-No sabes lo sexy que te ves solo en ropa interior.-acto seguido mordió el lóbulo de mi oreja.

Me giró, quedándonos pegados, con una separación de cinco centímetros en nuestras bocas. Su ojos brillaban más que nunca, si seguía mirándole acabaría enamorándome.

Me miraba fijamente a los ojos, provocando que me sonrojara, de repente su mirada bajó a mis labios, y yo instantáneamente hice lo mismo. Presa de los nervios mojé mis labios con la lengua.

-Si vuelves a hacer esto no se si me podré contener.-me dijo sin quitar la mirada de mis labios.

-¿A qué te refieres?-no entendía nada.

Cuando iba a abrir su boca para contestar, en un abrir y cerrar de ojos una de sus manos estaban acunando mi mejilla izquierda, y con la otra estaba rodeando mi cintura; en estos momentos deseaba que me besara.

Poco a poco fue acercándome y yo inconscientemente fui cerrando los ojos.

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¡Hola! Otra vez estoy aquí, espero que este capitulo sea un poco más largo. Iré subiendo de seguido ya que estamos en verano.

Podéis preguntarme lo que queráis o sugerirme algunas de vuestras ideas. Como habéis podido comprobar soy primeriza en esto.

Votas y comentar, no me gustan mucho los lectores fantasmas.

Muchos besos,

Lucía.

Campamento de verano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora