Único

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8 años atrás... ☃️
Busan, Corea del Sur📍

Apenas salió del avión, un viento frío envolvió su cuerpo y pequeños copos de nieve cayeron sobre él, siendo las siete en punto de la mañana del miércoles veintidós de diciembre, llegó a Busan. Había viajado hasta allí por negocios y se quedaría solo unos días pues debía volver a Seúl antes de navidad para pasarla junto a su mamá, papá y su hermana menor omega Moon Sua.

Moon Bin fue dejado en un orfanato junto a su hermana recién nacida cuando apenas tenía cuatro años de edad. Con el pasar de los años, la esperanza de que su madre volviera por ellos se fue apagando de a poco y solo le quedó esperar a que alguna pareja o persona quisiera adoptarlos a ambos, ya que no estaba dispuesto a separarse de su hermana menor. Después de ocho años una pareja de alfas, Moon Joong-ki y Jeon Yeo-been, llegaron para formar una nueva y hermosa familia con ambos niños.

Al principio Bin era reacio a la idea de formar un lazo parental con dos personas que no conocía, era serio y distante, todo el tiempo daba respuestas cortas y directas, pero al verlos intentar de mil formas acercarse a él y la manera en cómo cuidaban y demostraban su amor hacia su hermana, terminó por convencerse de que eran buenas personas y no debía tener miedo, porque ya no estaban más solos.

Salió del aeropuerto y tomó un taxi, el cual lo llevó hasta el apartamento que había conseguido. Caminó hacia la recepción para pedir la llave de la habitación que ocuparía, agradeció cuando se la entregaron y sin más, con sus maletas en mano se dirigió hacia el ascensor, que se encontraba completamente vacío, y presionó el botón que decía "8". Unos minutos después, ya se encontraba en el piso que le habían indicado, buscó su habitación y se adentró en ella.

Después de dar un largo suspiro, pasó de la sala a su dormitorio y dejó sus maletas llenas de ropa y papeles importantes ahí. Tenía hambre, así que decidió que iría a alguna cafetería cerca a desayunar. No era bueno cocinando y no se daría la mala vida intentado prepararse algo.

Salió del gran edificio y corrió hasta la acera, donde acomodó su bufanda blanca correctamente; lo mismo hizo con su gorro de lana beige tejido a mano por su padre, luego sacó de uno de los bolsillos delanteros de su abrigo blanco, unos guantes crema con corazones de un marrón algo oscuro y se los puso rápidamente. Tomó un taxi, le pidió al conductor amablemente que lo llevara a la cafetería más cercana y en tan solo seis minutos estuvo frente al establecimiento.

Sonrió para sus adentros y caminó hasta estar frente a la bonita y bellamente iluminada cafetería, empujó la puerta de vidrio para poder entrar y un aroma intenso a café inundó sus fosas nasales haciéndolo sonreír al instante. A él no le gustaba tomar café, en lo absoluto; pero, por alguna razón que no comprendía amaba el olor, sobre todo cuando era olor a café con leche. Le daba paz y lo hacía muy feliz.

Se sentó en una de las mesas cerca de la puerta de entrada, un omega rubio, tierno, de baja estatura y con aroma a caramelo y jazmín se acercó a su mesa, le dejó el menú a la carta y se marchó, después de ver entre tantas opciones terminó por decidirse, así que llamó al mesero que le había llevado el menú para decirle cual sería su pedido; sin embargo, notó que le pedía a otro que lo atendiera. El omega rubio iba a encontrarse con su alfa de sonrisa pequeña y mirada felina afuera de la cafetería y necesitaba que su amigo lo cubriera.

Un pelinegro de la misma estatura que Bin, de tez blanca, con unos ojitos de bambi que tenían un brillo especial, nariz ligeramente perfilada y boca abultada y rosadita, que llevaba puesto un abrigo de lana negro con una camisa blanca de mangas largas encima, un pantalón con un delantal y unos zapatos de vestir, teniendo un lapicero y una libreta en mano se acercó de inmediato hasta su mesa para tomar su orden.

Alfa de hielo (OS) | BinwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora