002 "Dime Cuando"

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MI ABUELA TENIA ALGO que, cuando te servía cualquier cosa, ella decía: "Dime cuando". Mi abuela decía dime cuándo, y nosotros, los pequeños, no lo decíamos, no deciamos cuando porque siempre existió la posibilidad de que haya más, más tequila, más amor, más de lo que sea, más es mejor..

Ser adulto está sobrevalorado. No te dejes engañar por el dinero que ganas trabajando, o por la actividad sexual, o por no tener a tus padres diciéndote lo que debes hacer, ser adulto es una responsabilidad. La responsabilidad es un verdadero asco, verdaderamente es un asco. Los adultos siempre tienen mucho que hacer, ganarse la vida y pagar el alquiler de una casa que en veinte años será suya.

 Los adultos siempre tienen mucho que hacer, ganarse la vida y pagar el alquiler de una casa que en veinte años será suya

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02:25 A.M

YO ESTABA COMO poseída... Manipulada por la necesidad de la compañía de otro ser humano.

Era como si el universo mismo estuviera al tanto de que estábamos a punto de adentrarnos en un encuentro que iba más allá de las palabras. Los momentos compartidos en el bar habían creado una conexión extraña entre nosotros, más las cuatro botellas de algún licor que ya olvidé.

¿Qué que estaba haciendo? ¿Por qué besaba a un extraño? ¿Por qué era tan calida la sensación?

¿Acaso me faltaba amor?

"Dime cuándo detenerme"

¿Por qué iba a detenerte? Ambos teníamos la misma necesidad; compañía.

Él nisiquiera me alejo, y se apego mucho más a mi en aquel momento de calor. ¿Por qué se sentía tan bien?

Mientras abría la puerta del que reconocí era mi departamento, me subió sobre su regazo. Me acomodé perfectamente para continuar con el beso sin interrupción alguna.

Ni Siquiera pude notar el momento en que estaba sobre mi. Quitándome el abrigo y yo desabrochando su camisa.

¿Como fue que llegamos a esto?...

Al cruzar la puerta, el ambiente se transformó en un santuario íntimo. La tenue luz que se filtraba por las cortinas revelaba nuestros rostros con un toque rojizo debido al alcohol, intensificando los nervios que se palpaba en el aire.

Nos dirigimos al sofá y nos acomodamos juntos,
Sin decir una palabra, nos acercamos lentamente, permitiendo que la tensión y la expectativa aumentaran con cada segundo que pasaba. Nuestros labios se encontraron en un beso cargado de necesidad y emoción contenida. El calor de su aliento en mi piel enviaba oleadas de electricidad a través de mi cuerpo, desatando una chispa que consumía cualquier resistencia por mi parte.

"Dime cuando detenerme".

—"No te detengas".

Como dije; existe la posibilidad de tener más y más.

Cuando me desperté recordé algunas cosas, cosas vagas como que la noche anterior decidí ahogar mis penas en el bar local, como cualquier persona sensata haría

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Cuando me desperté recordé algunas cosas, cosas vagas como que la noche anterior decidí ahogar mis penas en el bar local, como cualquier persona sensata haría. Ahí es donde conocí a Mike. Ni siquiera puedo recordar su apellido, pero eso no importa. Ambos estábamos en el mismo bar, tratando de olvidar nuestras vidas miserables. Nos emborrachamos, reímos y, bueno, las cosas se pusieron un poco salvajes. No es algo de lo que me enorgullezca, pero hey, a veces todos necesitamos dejar que nuestros instintos tomen el control.

Desperté en mi departamento con una resaca infernal y una vaga memoria de lo que había sucedido la noche anterior. No tenía idea de quién era ese tipo desaliñado durmiendo en mi sofá. Mike. Ese era su nombre. Despertarlo fue un desafío, ya que nisiquiera lo hice. Me levanté de su lado, con el cuerpo desnudo me escabullí por el piso de la sala en busca de ropa.ñ

Me vestí con algunas prendas de la noche anterior que estaban en el suelo de mi sala, miré el lugar con atención, nuestra topa interior colgada sobre televisor, mis pantalones en la entrada de la casa, la camisa de mi nuevo amigo sobre una planta de decoración.

Me tapé el rostro con una mano bastante arrepentida. Fui a la cocina y escribí en una servilleta una nota para Mike;

"Llegaré tarde a una entrevista de trabajo, así que espero que cuando salga de la ducha no sigas aquí. Fue un gusto... O eso creo, adiós, Mike".

Colgué la servilleta en su frente con cuidado, me esfumé hacia mi baño y me duché con prisa. Lo de la entrevista no era mentira, realmente tenía que hacer durante el día, es solo que después de emborracharme no suelo recordar mucho.

Con cada rose del agua en mi cuerpo rogaba por que Mike no estuviera afuera aún dormido cuando yo saliera del baño.

Con cada rose del agua en mi cuerpo rogaba por que Mike no estuviera afuera aún dormido cuando yo saliera del baño

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Me desperté con el sol golpeando directamente mi rostro y un dolor punzante en la cabeza. Abrí los ojos y me encontré en una habitación desconocida, rodeado de objetos que no reconocía. La confusión me invadió de inmediato, tratando de recordar cómo había llegado allí. A medida que me sentaba en el sofá, me frote la cabeza, tratando de deshacerme de la niebla que envolvía mi  mente.

Miré a mi alrededor en busca de alguna pista y mi vista se posó en una servilleta que estaba cerca de mí. La tomé con manos temblorosas y comencé a leer.

"Llegaré tarde a una entrevista de trabajo, así que espero que cuando salga de la ducha no sigas aquí. Fue un gusto... O eso creo, adiós, Mike".

Mientras leía la nota, mi mente comenzó a despejarse lentamente y los recuerdos de la noche anterior empezaron a surgir. Fue una noche en la que me excedí bebiendo. No pude evitar sentir una punzada de vergüenza y arrepentimiento. Me había dejado llevar por la euforia y había terminado en una casa ajena de una chica que no recordaba.

A medida que me levantaba del sofá, tropezando un poco con los restos del encuentro, mi cuerpo me recordaba las horas bebiendo y las risas compartidas. Me froté el rostro, tratando de apaciguar la vergüenza que sentía.

Al acercarme al espejo del pasillo, me miré a mi mismo y me di cuenta de que mi apariencia era peor que las circunstancias. Mi cabello estaba despeinado, mi camisa nueva arrugada y había manchas de lápiz labial en mi mejilla.

La imagen en el espejo me recordaba la compañía de la chica, pero su nombre se me escapaba. Recordaba su sonrisa, sus ojos brillantes y la forma en que reía. Pero, ¿cómo se llamaba?

Busqué en mi memoria, reviviendo momentos fugaces de conversaciones y risas compartidas. Pero, desafortunadamente, no puedo recordar el nombre de la chica con la que había pasado la noche.

Con mi ropa en la mano, me dirijo hacia la puerta y una vez en mi auto, recordé; Abby.

Había dejado a Max y a Abby solas más del tiempo necesario, pues al mirar la hora eran las once y veinte, nisiquiera había vuelto a casa la noche anterior.










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Daylight (Mike Schmidt Y Tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora