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¿Serías mía?
Podría estar besando mis labios de ponche de frutas bajo el sol brillante
Porque me gustas mucho, todo lo que tienes, ¿no lo sabes?
Eres a ti a quien adoro, aunque hago caer a las chicas como fichas de dominó

Tom

Dos jodidas semanas en está pocilga. Ya estoy arto, pero lo peor era saber que mi pequeña no quería verme. Dos putas semanas sin saber de ella después de lo que pasó.

Me siento tan solo y vacío, sinceramente me vale una mierda si Heidi no viene. Pero Lilian, ella es mi todo y no saber de ella me pone mal.

Necesitaba contactarla o al menos saber de ella, y se perfectamente a quien puedo acudir.

—Necesito hacer una llamada—Dije firme al oficial

—¿Para que Kaulitz?—Me miraba serio

—Con mi hermano, necesito verlo—Sonreí burlón

—Bien pero solo diez minutos—La pensó unos minutos pero abrio la celda y caminamos hacia el teléfono

Me entrego una tarjeta y entonces comence a marcar el número, empecé a escuchar el tono de llamada.

—¿Si?—La voz de mi gemelo se escuchó a través

—Bill, te necesito—Lo dije con esperanza

—¿Tom, que sucede?—Escuche su claro tono de preocupación

—Necesito que vengas—Dije mirando el reloj

—¿C-Cuando?—Se escuchaba nervioso ahora

—Ahora—Solte confundido por su tono

—N-No puedo—Escuche susurros

—¿Dónde mierda está?—Mi desesperación brotó de mi

—E-En mi casa—Se escuchó una voz detras

—¿Con quién?—Mi curiosidad salió a frote

—Con una amiga—Se escuchó más tranquilo

—Mmm, ¿Bueno vendrás?—Mire el reloj y solo faltaban cinco

—Bien, pero dentro de dos días. Estoy algo ocupado—Ahora me presta atención

—Bien, ¡Pero no tardes!—Estaba por hablar pero el oficial me cortó

—Termino Kaulitz—Me llevo a mi celda de nuevo

—Idiota—Susurre al ver como este se alejaba

Me deje caer sobre su colchon  y cerré mis ojos lentamente.

[...]

En un abrir y cerrar de ojos, ya habían pasado las dos jodidas semanas, estaba ansioso y con nerviosismo.

—Kaulitz. Tu hermano está aqui—El oficial grito a lo alto y vino hacia a mi

Sonreí de lado y este me llevo hasta el lugar de visitas, entre y lo vi ahí sentado.

Me senté en la silla y tome el teléfono, escuche su voz, senti tranquilidad y esperanza.

𝗠𝘆 𝗟𝗶𝘁𝘁𝗹𝗲 𝗦𝗲𝗰𝗿𝗲𝘁; 𝗧𝗼𝗺 𝗞𝗮𝘂𝗹𝗶𝘁𝘇 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora