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A la mañana siguiente, Sana llegó a la escuela más temprano de lo usual. Pues, Dahyun era demasiado puntual a la hora de ir a clases. Así que allí estaba esperando en toda la puerta de la Universidad a que llegara su amiga.

No pudo dormir pensando en todo lo que tendría que trabajar para ganar 200 dólares en cuatro tres días que quedaban. Sin embargo, lo haría por Tzuyu, por su tierna y dulce Tzuyu.

Sus ojos brillaron cuando vieron la camioneta que se estacionó al frente de la institución y se sintió tan feliz cuando de esta bajó su amiga.

- ¡Unnie!

La nombrada la observó sorprendida.

- ¿Sana? Qué haces tan temprano por aquí.

La Japonesa se subió de hombros.

- Bueno pues... Yo quería hablar contigo.

La pálida frunció el ceño.

- ¿Ah, si?, ¿Sobre que?

Sana vaciló un poco pero al final tomó la mano de la mayor y la condujo hasta uno de los salones que estaban en el fondo, más bien. En su salón.

Dahyun ahora estaba más que confundida.

- Dubu, necesito pedirte algo.

- No quiero salir contigo.

- ¿Qué? - Exclamó Sana mientras fruncía su entrecejo.

- ¿No era eso lo que querías decirme?

- ¡No! Yo- - Suspiro profundo antes de tomar por los hombros a la mayor. - Necesito tu ayuda. Es sobre Tzuyu.

- ¡Aléjate pervertida!

Justamente estaba entrando una persona a su salón, esta se quedó viendo al par con expresión perturbada, dejó su bolso en su asiento e inmediatamente salió del salón.

Sana palmeó su rostro.

- No es nada malo. - Bueno, pero si lo pensaba bien era una ayuda para poder hacer algo perverso, ¿No? - Oh, bueno. No del todo.

Dahyun alzó una ceja.

- Detalles y sin ocultarme nada. - Dijo mientras se cruzaba de brazos.

Sana mordió su labio nerviosamente, quería que fuera algo privado pero la situación lo ameritaba. Así que sin más, se acercó al oído de la más baja y susurró.

- Voy a darle a Tzuyu una sorpresa.

Kim abrió los ojos, y una sonrisa se formó en sus labios.

- ¿Qué clase de sorpresa? - Preguntó la otra con doble intención.

A Sana se le incendiaron las mejillas en un dos por tres.

- Eh, bueno. Yo...

- Si quieres sorprenderla. Disfrazate de maid, eso la volverá loca.

- Emmm, no. No es a lo que me-

- Dahyun...

- ¡Oh, tengo una grandísima idea!

Sana suspiró.

- Y... ¿Cuál es? - Preguntó algo frustrada.

- ¿Sabes para ser tan pequeña, tiene una mente demasiado sucia?

- Me llevas solo unos centímetros.

- Ay, solo escúchame. ¿Quieres? - Dahyun rodó los ojos pero asintió. - Necesito que me des trabajo en el puesto de tu mamá.

La mayor alzó las cejas.

- ¿Eso era todo? - Preguntó incrédula.

- Si. ¿Que creías?

- Bueno, yo pensé que... Bueno- tu... Ya sabes. - Rascó su nuca nerviosa. - Bueno, está bien. Acompañame después de clases y comenzarás tu trabajo. - Cambió drásticamente de tema, pero aún así lo que había dicho hizo alegrar a Sana.

Porque ella quería darle el mejor regalo a Tzuyu.

- Me parece perfecto. Dah,Dah. - Sin más tomó a la pálida de los hombros y la abrazó inmediatamente.

Pero lo que ella no sabía es que otra persona acababa de llegar y vio tal escena, sintiendo celos de inmediato.

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- ¿Nana? ¿Qué haces aquí solita?

- Yo también estoy aquí. - Dijo la pálida mientras miraba a Tzuyu con algo de recelo.

- Emmm... Tzuyu. - Llamó Sana al ver que su novia seguía en un tipo de guerra de mirada con Dahyun. - Chewy, me estás...

- Oh, upsi. - Dijo soltando el cuerpo de su novia que inmediatamente llevó su mano hacia el costado.

La mano de su novia tomó su brazo.

- Ven, vamos hacia afuera, Corazón. Tengo tantas cosas que hablar contigo.

Sana no rechistó, siguió a su novia y se dispuso a ir con ella hacia el patio.

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