Coriolanus se dio una última mirada en el espejo de cuerpo completo antes de salir de su habitación. Afuera de su edificio ya lo esperaba su único casi-amigo, Sejanus Plinth. Irían a la reinauguración del club de Pluribus Bell quien un par de días atrás lo había invitado personalmente, y como no quería ir solo, invitó a Sejanus.
Coriolanus no solía frecuentar ese tipo de sitios pero esa noche sería la excepción.
Al llegar, el club aún estaba vacío. Un par de personas en una de las mesas y el chico que preparaba las bebidas en la barra, pero además de eso, no había nadie en el lugar. Coriolanus se dedicó a pasear su vista entre las mesas mientras se preguntaba si la reinauguración sería un fracaso.
-Iré por unos tragos, ¿quieres uno? -la voz de Sejanus interrumpió sus pensamientos
Coriolanus asintió sin estar muy convencido, en realidad no estaba prestando atención pero Sejanus se alejó.
Coriolanus examinó el lugar, las paredes recién pintadas, las alfombras y mesas nuevas y las luces recién instaladas, todo se veía realmente bien. Miró hacia el escenario vacío, los instrumentos ya estaban ahí y una tenue luz alumbraba el sitio.
De pronto se dio cuenta que el escenario no estaba totalmente vacío, había una chica. Estaba sentada en la orilla con las piernas cruzadas afinando una guitarra. Llevaba el cabello, oscuro y rizado, recogido en un moño decorado con flores. Su vestido de volantes multicolores llamó su atención, las hileras de volantes de color frambuesa, azul intenso y amarillo narciso... era precioso.
La chica tenía algo que llamaba su atención. Nunca se había sentido atraído de esa manera por alguien, y menos por una desconocida.
De pronto, como si la chica hubiera notado su mirada sobre ella, volteó en su dirección y Coryo miró hacia otro lado rápidamente, no quería ser descubierto en su análisis visual de aquella maravilla que era ella.
En ese instante apareció Sejanus con dos vasos de vidrio.
-Toma -le dijo, Coryo agradeció y cuando regresó su vista a la chica de vestido arcoiris, ya no estaba.
El club comenzó a llenarse, al parecer la reinauguración no iba a ser un fracaso, y cuando las luces del escenario se encendieron y la música de fondo se pudo escuchar, la multitud comenzó a dar palmadas al unísono de un modo que resultaba contagioso. Hasta Coriolanus se sorprendió uniéndose a ellos.
La gente comenzó a gritar pidiendo que empezara el espectáculo, Coryo y Sejanus intercambiaron una mirada un tanto sorprendidos por la euforia de la multitud.
Finalmente una niña con un vaporoso vestido rosa salió de detrás del escenario y les hizo una reverencia.
-¡Hola a todos! Nosotros somos la Bandada. ¡Gracias por venir esta noche! ¡Me llamo Maude Ivory, y es para mí un placer presentaros a la Bandada! -la multitud aplaudió, y ella hizo reverencias.
Después comenzó las presentaciones de los integrantes de la Bandada, Coriolanus no prestó mucha atención a los nombres de los jóvenes que salían al escenario, hasta que la vio a ella.
-Y ahora, la única e inimitable... ¡Lucy Gray Baird!
Lucy Gray. Así que ese era su nombre, nunca un nombre había sonado tan melodioso en su mente.
Coriolanus contuvo el aliento cuando la chica salió al escenario, la guitarra en una mano, los volantes de su vestido multicolor agitándose a su alrededor, el rostro iluminado por el maquillaje. El público se puso en pie y empezaron a aplaudir otra vez.
-Buenas noches a todos -ella sonrió al recibir un sonoro rugido de la sala por respuesta-. Me alegra estar aquí esta noche y espero disfruten del espectáculo tanto como nosotros.
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Todo el tiempo del mundo [Coryo x Lucy Gray]
Fanfic-Y habría vuelto a la noche siguiente. -Como si tuviéramos todo el tiempo del mundo. One-shot inspirado en como se pudieron haber conocido Lucy Gray y Coryo en otras circunstancias y algunos otros escenarios.