Capítulo 5

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Gulf se encontraba comiendo helado frente a su televisor, mientras veía una película romántica, con su nariz roja y ojos inflamados.

Probablemente se miraba terrible, lo peor era que en unos minutos tendría que ir a la universidad y sus ánimos estaban por los suelos, quería quedarse en su casa y llorar todo el día hasta secarse. Pero no tenía más alternativa que obligarse a ir.

Se bañó y se puso lo primero que encontró, no sabía si se miraba bien, pero tampoco le importaba, ya que era comodo. Aplicó un poco de maquillaje sobre su rostro, especialmente en sus ojos, para intentar no lucir tan demacrado.

Cuando llegó a la universidad, no perdió tiempo y entró a sus clases, recorriendo el día con mucha normalidad. Su concentración no estaba en la mejor condición, pero estar presente en las clases contaba mucho. Había dormido muy poco y sus ojeras lo delataban por completo.

Al terminar con todas sus clases, se dirigió hacia su casillero, porque afortunadamente, la universidad les ofrecía uno. Pero al llegar, no se esperaba encontrar una cala amarilla pegada sobre el metal frente a él.

—Hola –Sin previo aviso, la voz de Mike lo hizo sobresaltar, dándose la vuelta, para mirar a ese hermoso hombre frente a él.

Gulf no pudo contener la tímida sonrisa que apareció sobre su rostro.

—Hola –Respondió el mayor —Puedo asumir que tú pusiste esa cala ahí.

—Me atrapaste –Mike se encogió de hombros con una sonrisa —Se lo mucho que las amas.

—Tu me hiciste amarlas.

El pelicafé se acercó un poco más al mayor, acunando su rostro entre una de sus manos.

—Smith me dijo que habló contigo y te contó todo, pero la última parte no te agradó mucho.

Gulf bajó la mirada y se alejó del tacto del contrario para poder sacar todo lo necesario de su casillero. Cuando terminó, comenzó a caminar en la dirección contraria a su ex, no queriendo hablar sobre el tema.

—Agradecería mucho que no volvieras a mencionar ese asunto, me niego a elegir entre ustedes.

—¿Que es lo que te impide elegir?

Gulf se dio la vuelta para mirar a Mike. Frunció su ceño y entrecerró sus ojos.

—¿Realmente tienes que preguntarlo?

Mike suspiró.

—No pierdo nada al intentarlo.

Gulf miró hacia el suelo y asintió, ambos estaban de pie, en medio del pasillo, tenían suerte de que estuviera vacío.

—Esta bien, te lo explicaré –el pelirrojo no pensaba que necesitara dar una explicación, pero si la quería escuchar, se la diría. —Ambos fueron una parte importante en mi vida, me enseñaron a amar y aprendí muchas cosas con cada uno, tal vez por eso, una parte de mi corazón les pertenece. –Gulf respiró profundo antes de continuar y dejó salir una suave risa —ambos son jodidamente atractivos, pero tienen una personalidad única, admirable y digna de ser amada. –esta vez, los ojos del mayor comenzaron a humedecerse —y para terminar, jamás podría vivir tranquilo sabiendo que uno de ustedes tendría que ser infeliz, el vacío que dejaría estaría presente para toda la vida.

Mike se llenó de ternura al ver los pequeños ojitos de Gulf completamente humedos, por lo que se acercó y con una de sus largos dedos, limpió la lágrima que se le escapó. Segundos después se acercó un poco más y unió sus frentes.

—¿Qué me dirías si te digo que ese vacío siempre estuvo presente para nosotros también?

Gulf miró al chico con extrema curiosidad, como si no estuviera entendiendo lo que le estaban diciendo.

—No entiendo.

—¿Puedo saber donde trabajas?

Gulf seguía medio hipnotizado por la belleza del hombre frente a él, por lo que simplemente habló como si estuviera en automático.

—Bar y restaurante Sky.

—¿Estarás ahí esta noche? –Gulf asintió —Entonces esperanos, creo que esto es algo de lo que tenemos que hablar los tres, ¿te parece bien?

—S-Si.

El aliento de Mike golpeaba los labios de Gulf y aunque sintiera que estaba mal, quería cerrar ese espacio y sentir una vez más los deliciosos labios contrarios.

Cuando menos lo esperó, el pelicafé se alejó y guiñó su ojo antes de desaparecer por el pasillo hasta la salida. Cuando gulf volvió a pensar con claridad, su rostro se sonrojó masivamente.

¿Acaso había aceptado una cita con sus exs?

La rutina diaria de Gulf, era llegar a su casa, descansar unos minutos y luego salir directamente a su trabajo

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La rutina diaria de Gulf, era llegar a su casa, descansar unos minutos y luego salir directamente a su trabajo. Pero ¿Porque en esta ocasión Gulf se había cambiado de ropa, se había puesto perfume y había retocado su maquillaje?

Gulf Kanawut sentía que se estaba volviendo loco, pero no podía evitarlo, sentía la necesidad de verse bonito para ellos. Él no era alguien que supiera ocultar sus nervios y mucho menos sus sentimientos.

Personalmente lo consideraba como un defecto en su personalidad, pero no podía evitarlo.

Después de verse por milésima vez frente al espejo, dio un largo suspiró y salió de su casa rumbo al bar. Cuando entró, el mismo se sentía brillar y sabía que su jefa lo había hecho por igual debido a la mirada que le dió.

—Bueno bueno, Gulf Kanawut –Prang puso sus manos sobre su cintura y miró al contrario de pies a cabeza —Llevas tres días viniendo al trabajo como zombie y hoy parece que el apocalipsis terminó e irás a celebrar.

Gulf no pudo evitar el sonrojo masivo que se formó en sus mejillas, así que solo siguió su camino hasta su lugar de trabajo.

—No se de qué me hablas –El pelirrojo tomó una toalla y comenzó a limpiar algunos vasos.

Prang asintió.

—Claro, ¿Por eso estás limpiando los vasos secos? –Gulf bajó su mirada y efectivamente, esos vasos estaban limpios y secos. —De esta no te salvarás, tienes que decirme que es lo que te tiene tan feliz para verte tan brillante.

El menor suspiró y tiró la toalla a la barra.

—Esta bien, te diré –con sus mejillas rojas, mordió su labio antes de empezar. —Mike y Smith vendrán a... ¿Hablar? Supongo.

Prang abrió sus ojos en grande y sonrió emocionada, aplaudiendo adorablemente.

—¡Gulf, eso es genial! Yo tambien estaría muy emocionada y me pondría mi mejor vestido –Prang tomó dos copas, vertiendo en una vino y en la otra, jugo de naranja —Hay que brindar, al fin conoceré a los dos hombres que robaron el corazón de mi mejor empleado.

Gulf tomó la copa de jugo y rió, antes de chocarla con la de su jefa.

Ahora solo le quedaba esperar hasta la noche, nervioso por la llegada de esos dos hombres que volvían su mundo de cabeza. No sabía lo que dirían, pero esperaba que no fuera nada malo.

FÉNIX [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora