EL GRAN EMPRESARIO

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CAPÍTULO 8

En una de las fiestas a las que solía ir en representación de la fundación de su madre se acercó a aquella chica y le pidió un baile haciendo como que no sabía quien era ella realmente.

Vegeta: buenas noches señorita, mi nombre es Vegeta y el suyo? Y... le gustaría bailar conmigo?
Chica (se ruboriza): oh!, si por supuesto que bailare contigo...
Vegeta: y su nombre es...
Chica: Carla, me llamo Carla
Vegeta: encantado (y le tiende su mano para llevarla a la pista de baile)

Estuvieron bailando casi toda la noche, Carla no le quitaba ojo a Vegeta, estaba fascinada con él, era tan guapo, fuerte, atlético, piel bronceada, cabello y ojos negros... y además inteligente... y... rico, muy rico.

Después de aquella noche estuvieron viéndose para ir al cine, a cenar... hasta que una noche la llevó a navegar en su yate, habían pasado ya casi tres meses y aún no había sucedido nada entre ellos que no fueran unos besos cuando se despedían uno del otro, pero esa noche iba a ser diferente, llevaba mucho tiempo sin divertirse con ninguna chica, porque eso sí, sí estaba con una chica no andaba con ninguna más, él no era esa clase de hombre que andaba con más de una a la vez, engañarlas con otras eso no, las chicas de una en una.

Pensaba que aunque no se había enamorado nunca de ninguna no tenía porque engañarlas de esa manera, no le gustaban los hombres que estaban con más de una a la vez.

Comenzaron la noche como tantas otras, una cena..., una copa champán con unas fresas mientras contemplaban la luna..., y... sin saber como pasó... de pronto Carla se había sentado sobre Vegeta y lo estaba besándo primero en los labios, luego fue bajando por su cuello... y notó como sus manos se deslizaban dentro de su camisa buscando su musculatura, así que después de sorprenderse por la iniciativa de ella comenzó a besarla y a ir desnudandola poco a poco, fue despacio, incluso más que ella, no queria parecer ansioso pero estaba claro que ella sí lo estaba, así que la cogió entre sus brazos y la llevó a dentro, al camarote principal y allí la depositó sobre la cama, ya no había vuelta atrás.

Después de esa noche vinieron más, parecían divertirse mucho juntos pero a Vegeta había algo que no le gustaba de ella, no sabía que era exactamente o quizás sí, era demasiado caprichosa y eso le ponía enfermo, todo lo que quería lo obtenía de su padre e intentaba hacer lo mismo con él, y eso no era lo que sus padres le habían enseñado, a él le enseñaron que debía ganárselo.

Pasaron varios meses y por fin consiguió un acuerdo de asociación con el padre de Carla, era un hombre muy orgulloso pero también justo, incluso llegó a decirle que aunque no saliera con su hija el acuerdo que le había propuesto era muy beneficioso para ambos y lo hubiera aceptado igual.

Así que Vegeta vio una oportunidad para poder deshacerse de Carla sin que afectará a sus negocios, pero debía esperar para ello... sólo un poco más, aunque estaba bastante cansado de ella, lo agobiaba demasiado y él tenía que terminar sus estudios, apenas le quedaba ya un semestre, así que pensó que ese sería el mejor momento para hacerlo, pero antes tenía que ser un buen "novio" y prepararle su fiesta de cumpleaños a su "novia" que era en dos días.

Ya llevaba año y medio con ella, todo un récord, nunca había estado tanto tiempo con una chica y en todo ese tiempo no se había enamorado de ella lo más mínimo.

Pero a veces tenía la sensación de que ella estaba esperando que le propusiera matrimonio e incluso tener hijos, porque en cuanto veía una pareja con un bebé le hacía insinuaciones, pero él tenía claro que eso no iba a suceder.

Vegeta recordaba las miradas enamoradas de sus padres durante todo su matrimonio, las fotos que tenía ellos reflejaban ese amor, pero cuando él miraba a Carla no veía en ella eso, veía a una enamorada del dinero y nada más, en las fotos que tenían juntos no se veían esas miradas en ninguno de los dos, lo tenía claro, Carla no era la mujer de su vida, pero esperaba encontrarla pronto.

Llegó el día del cumpleaños de Carla y Vegeta le preparó una gran fiesta en el yate, Carla parecía nerviosa por algo pero él no le dio importancia.

Llegó la hora del pastel, Carla cerró los ojos pidió su deseo y sopló las velas pero... cuando los abrió su deseo no es lo que vio, Vegeta estaba allí sí pero no con un anillo de compromiso, en vez de eso llevaba un gran ramo de flores y en ellas había un lazo atado con unas llaves, eran las llaves del coche que ella quería y que su padre aún no le había comprado, le encantó pero no era lo que ella esperaba.

Continuará...

Escrito por Mer Lois

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