Minho llega a Seungmin con una increíble noticia.
Minho no lo había notado cuando nació Changbin, pero si lo noto cuando nació Chan.
Pudo ver una mirada de ilusión en los ojos de Seungmin. No habían hablado de hijos, y Minho nunca supo por qué, porque estaban rodeado de niños con sus sobrinos.
¿Será que Seungmin creía que no quería tener hijos? ¿tal vez porque nunca dejó de tomar sus medicinas anticonceptivas? Tal vez debería dejar de hacerlo.
Pero algo en ella tenía miedo. Miedo a ser demasiado brusca con un niño. Miedo de ser mala madre. Pero veía a Hyunjin con sus niños y se imaginaba ella en su lugar, con una hermosa bebé. Se imaginaba cargándola, cambiandola, dándole besos en su pequeño rostro mientras ella soltaba pequeñas risas adorables.
Si quería tener un bebé. Pero estaba aterrada.
Pero aún así se llenó de valor una noche después del sexo. Cuando ya estaba apoyada sobre el pecho de Seungmin respirando con tranquilidad.
—Quiero un bebé —soltó. Fue tanta la seriedad y que fuera luego del sexo que le hizo dar cuenta a Seungmin que era real.
—¿qué?
—¿No quieres?
—Bueno... sí. Pero no sabía que estabas lista.
—Dejé de tomar las pastillas —soltó una risita—. Acabamos de tener sexo sin protección alguna.
—Oh Dios —suspiró Seungmin, tomó a su esposa y le besó en la boca—. Vamos a tener que esforzarnos por tener un bebé ahora —le sonrió mientras le acariciaba la cintura—¿Te parece si lo intentamos de nuevo? —aquello solo la hizo reír más.
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La gran noticia llegó cinco meses después. Cuando una noche Minho de repente se despertó en la madrugada y corrió a vomitar al baño. Lo había asumido a un virus estomacal que justamente había caído en la familia Yang-Hwang, pero la enfermedad de Minho duró más.
No había pensado en eso cuando una tarde recibió de la mano de Hyunjin una cajita con una prueba de embarazo.
—Haztela —ordenó la mujer más joven. Minho se sonrojó, no sabía que responder porque se sentía nerviosa. Aún así, se hizo la prueba y salió del baño antes de ver el resultado.
—Estoy nerviosa —dijo Minho.
—Yo tambien lo estaba. Las tres veces ¡Mírala! —Minho suspiró y miró la prueba.
Sabía que debía esperar. Sabía que quería que saliera. Pero aún así, ver las dos rayitas la dejaron paralizada. Hyunjin miró la prueba sobre su hombro y saltó de emoción.
—¡Min! ¡Felicidades! —y la abrazó por los hombros. Minho seguía paralizada, con el corazón en la boca.
Estaba embarazada.
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Seungmin llegó agotado esa noche al trabajo. Minho le esperaba sentada en el comedor encendiendo las velas.
—Buenas noches —saludó Seungmin de forma decaída, pero se animó al ver la comida. Le sonrió a Minho.
—Noona, buenas noches —saludó el hombre acercándose a la mesa y sentándose. Minho no podía aguantarlo más, necesitaba decirle, necesitaba que él lo supiera. Extendió su mano, la prueba debajo de ella y el hombre la miró extrañado.
—Recibe —pidió ella. Seungmin acercó su mano y tomó el palito para luego observarlo. Al comienzo no lo entendió. Luego miró a su esposa. Miró el palito y volvió a mirar a Minho.
—¿Estás segura? —la mujer asintió. Seungmin dejó caer la prueba, se levantó y se dirigió a su esposa para inundarla en un ferviente beso.
—Me haces tan feliz.
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Yonbok era un milagro.
Minho estaba llegando a los cuarenta cuando quedó embarazada, así que prácticamente era difícil quedar en estado, además de mantener el embarazo a su edad también era duro.
Más medicamentos, más cuidados. No bailar, no estresarse.
La tenían como una reina. Hyunjin dirigía sus clases mientras ella estaba sentada dirigiendolas también. Seungmin le llevaba todo lo que pedía. A la hora que fuera, lo que fuera. Él lo conseguía de alguna forma.
En ese momento, ella le estaba sonriendo mientras su esposo masajeaba sus tobillos. Minho ya tenía siete meses de embarazo y estaba redonda y le dolían los pies.
—¿Te vas a ocupar de ella en las noches? —le preguntó Minho. Seungmin levantó la mirada y le brindó una sonrisa.
—Claro que sí. Incluso puedes congelar tu leche para que yo pueda dársela en las noches —Minho se palmeó los senos y negó con la cabeza.
—Muy mujer moderna puedo ser pero amamantar es el vínculo entre madre e hijo. No pondré mis pechos en una máquina de extracción —Seungmin se encogió de hombros.
—Es para ahorrarte tiempo. No tiene que ser siempre. Hyunjin lo hizo.
Aun así, Minho no estaba totalmente segura.
El parto fue duro. Comenzando con la preparación porque Seungmin apresurado cargando las cosas, luego de que Minho comenzara a tener contracciones, casi repite la situación de su hermano y casi olvida a Minho, la que iba a parir, dentro de la casa.
Minho duró seis horas con contracciones. Caminando de un lado a otro en la habitación de hospital.
—¿Por qué dejé que me convencieras de hacer esto, Yang Seungmin? —gruñó Minho cuando Seungmin entró a la habitación.
—No te convencí de nada —dijo Seungmin revisando la pañalera. Minho le lanzó una mirada asesina.
—¿Por qué te deje follarme?
—Porque te gusta mi polla —respondió con tranquilidad logrando sonrojar a la mujer.
La doctora entró, haciendo sonrojar a la pareja y revisó a Minho avisándole que ya estaba lista para pujar.
Seungmin estuvo ahí, tomando su mano, ayudándola a respirar hasta que tuvieron una criatura llorando con todos sus pulmones en los brazos de Minho.
—Es tan hermosa —lloró Minho.
Seungmin también estaba llorando.
La pequeña, su pequeña, ya limpia y calmada tomaba su dedo con toda su fuerza.
—Mi pequeña —lloró Seungmin acariciando el suave cabello oscuro que sobresalía de su cabecita—. Mi niña.
—La princesa de la casa —dijo Minho sonriendo a Seungmin. El hombre sonrió nuevamente y besó la frente de Minho, luego besó la frente de su bebé—. Bienvenida al mundo, Yang Yonbok.
Nota: Solo quería escribir a los Yang-Lee siendo lo más dulce con su pequeña.
Dato: Les dejé el apellido de Jeongin porque si les ponía el de Félix no había variedad (? Anyways
Estoy muy inspirada en esta antología, prepárense que se viene más