ℂ*𝕣𝕒𝕛𝕠!! 𝕄𝕖 𝕖𝕟𝕔𝕒𝕟𝕥𝕒𝕤!! [𝕋𝕤𝕦𝕜𝕚𝕤𝕙𝕚𝕞𝕒 𝕂𝕖𝕚 𝕩 𝕋𝕦]

𝑪𝒂𝒑𝒊̄𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑿𝑰𝑽

Narrador Omnisciente

Al día siguiente.

Click* Click*

– Cállate idiota!

– Mis pequeños ya crecieron

– Ay no

...

Se preguntarán, qué demonios está pasando? Bueno, todos los chicos se despertaron gracias a Nishinoya que abrió las cortinas de la habitación dándole paso a los rayos del sol, todos se levantaban aún medio dormidos y aturdidos hasta que el pelinaranja pegó un grito que terminó de despertar a todos.

– AAAAAAAH!

– Qué pasa?! Oh Dios

– Cómo es esto posible?

– Hay que tomarles fotos

...

– Qué pasa? – La castaña aún medio dormida preguntó al mirar a todos a su alrededor, volteó su rostro hacia Hinata y justo en ese momento el contrario tomó una foto con el flash activado lo que hizo que la chica soltara un gritito despertando así a Tsukishima.

– Ah!!

– Qué sucede? – Al escuchar la voz del rubio, Noya se abalanzó hacia él tomándolo de la camiseta y lo agitándolo

– Larguirucho cuatro ojos, ¡¿Qué le hiciste a mi leona?!

– Que?!

– Noya para!

– Estúpido enano déjalo!

– Ah! Ahora lo defiendes!

– Eh... No, pero aún así. No trae lentes los vas a marear bestia

– Ambos cálmense. T/N y Tsukishima, vengan acá los dos, tendremos una plática seria – Esto último lo dijo con un tono escalofriante, que hizo que a todos se les pusiera la piel de gallina

– Papá Daichi, dile a tu mujer que tenga piedad

– Mi qué?

– Ve con dios hija mía – Tanaka, Nishinoya y Hinata juntaron sus manos rezando para que a su querida amiga no sufriera daños irreparables.

Mientras fuera de la habitación. Se encontraban dos jóvenes de primer año hincados frente a su mayor.

– Me quieren explicar lo que acaba de ocurrir?

– A pues estábamos dormidos todos y Hinata fue de chismoso a tomar fotos y luego Noya sangoloteó  a Tsuki y ahora estamos enfrente de ti temiendo por nuestras vidas

– Eso me queda claro, hablo de por qué ustedes dos estaban abrazados

– Porque hacía frío

– Estamos rodeados unos de otros, en esa habitación era imposible sentir frío

– Es que yo soy muy friolenta – Sugawara la miró sin creerle una sola palabra

– Y tu qué Tsukishima, no piensas hablar?

– Qué quieres que te diga?

– Por qué rayos estabas tan pegado a mi criatura?

– Porque quise

– Te voy a-

– Ay!

– Que?!/ Que?!

–  Me asusté... Tsuki a la cuenta de tres corremos. Tres!

Mientras los dos jóvenes intentaban huir de su vice capitán, todo el equipo los miraba desde la puerta del gimnasio riendo y asustados por lo que el peligris sería capaz de hacer.