ᖴᎥᐯᗴ

839 64 20
                                    

★彡[ʷⁱˢʰᵉˢ ʷⁱˢʰᵉˢ]彡★
[ʷᵃʳⁿⁱⁿᵍ: ᵃᵈᵘˡᵗ ᶜᵒⁿᵗᵉⁿᵗ]

Se desvistió con desesperación, quedando completamente desnudo en un parpadeo. Douma se sonrojo violentamente al notar lo grande que era su jefe. Enmu no lo notó, pero de alguna manera lo presentía.

-señor Muzan, por favor, sea duro conmigo-

-no tienes que pedirlo bombón- Muzan dijo esto y besó la nuca del joven amante de los trenes.

De un solo empujón, el demonio de los ojos rojos metió casi la mitad de su polla en el interior de Enmu, quien no aguanto más y gimió con fuerza. Era muy muy grande para él. Pero ya no se podía echar para atrás. Debía ser positivo. Al final no pensó mucho más, pues Muzan empezó a meterse más y más dentro suyo. Eso era jodidamente doloroso, pero al mismo tiempo tan satisfactorio. El Rey de los Demonios puso su mano en la nuca de su subordinado y con la otra sostenía fuertemente sus caderas. Era claro que Muzan buscaba el punto dulce del joven, por lo que Enmu empezó a menear las caderas con tal de ayudar a su jefe, quien se adentraba más y más en su interior.

Douma solo observaba todo con los ojos bien abiertos, y la sola idea de ser follado con tal brutalidad lo calentó más. Así que el rubio empezó a bajar tímidamente sus manos con la intención de masturbarse y meterse los dedos al mismo tiempo.

Mientras tanto, Muzan buscaba desesperadamente el punto dulce de Enmu, quien no paraba de jadear, gemir, gritar y suplicar que siguiera. En su desesperación por hacer las cosas bien, Muzan tomo las cabellos del joven con salvajismo, mientras jadeaba y gruñía enojado.

-¡Muévete! ¡Muévete más pequeña puta!-

-¡aahh! ¡señor! ¡lo encontró! ¡es ahí! ¡ahí!-

Por fin lo había encontrado. Emocionado por el hallazgo, Muzan empezó a golpear sin piedad ese punto, haciendo que la Luna se revolcara y tomara con tanta fuerza las sábanas hasta romperlas. Seguía embistiendo al demonio cuando otro sonido llegó a sus oídos: los suaves suspiros de Douma, quien estaba metiéndose dos dedos para aliviarse un poco las hormonas.

Esto desagrado muchísimo al dominante, así que usando su técnica de sangre invocó a un tentáculo que se enredó alrededor de las piernas de Douma y aprisionó sus manos poniéndolas sobre la cabeza del rubio. Este se removió disgustado, pues no estaba disfrutando ser torturado de esa manera. El estaba deseoso por ser follado, solo que se le pasó un pequeño detalle: Muzan podía saber que estaba pensando. Mierda.

-se que estas desesperado, no puedo creer que no tengas ni un poco de paciencia. Pero ya que estas tan ansioso...- Muzan ordenó al tentáculo meterse por el hoyo del rubio de inmediato. No buscó su punto dulce, de eso se encargaría su pene, solo quería entretenerlo un poco en lo que terminaba con Enmu. El tentáculo era de un gran tamaño, y a pesar de que estuviera húmedo cuando entro en el rubio esto no hizo que le doliera menos. Con cada centímetro que avanzaba aquella extensión del Rey de los demonios dentro de Douma, este gemía de dolor y se obligaba a pesar que eso era el pene de su amo.

Ahora tenía en la misma habitación a los dos demonios más deseados del mundo gimiendo como si no hubiera un mañana. Debido a la fuerza empleada a la hora de embestir a Enmu, después de algunos minutos se escuchó algo quebrarse. Muzan se impresionó en gran manera al darse cuenta de que eso sonido provino del interior de la Luna Menguante, pues acababa de romperle la cadera. Sin embargo, esto estuvo lejos de disgustar al pequeño demonio, quien soltó un gemido desgarrado que inconscientemente puso en estado de alerta a los otros dos demonios.

-ahh~ oh... Muzan-sama~-

-...te lastimé...-

-n-no importa...por favor siga...no se detenga- bueno, el demonio podía regenerarse mientras continuaba suministrándole "amor", así que el pelinegro continuó en su labor.

Muzan volvió a centrar su atención en la Luna Inferior. Realmente era hermoso. Todo en él era perfecto: su voz, su anatomía, su piel, sus ojos, su boca...y la forma tan exquisita en la que sus paredes lo apretaban más y más. Estuvo impidiendo por media hora que se viniera, solo para hacerlo sufrir; a él y al otro demonio, quien ya se estaba cansando de no tener más a parte del tentáculo.

Hasta ese momento, Muzan sintió que ya habia sido suficiente y le permitió que el pequeño demonio se corriera pues ya lo había disfrutado por un buen rato. Al principio Enmu se negó, pues quería seguir teniendo la atención de su jefe y quería satisfacerlo un poco más, a pesar de que estuviera demasiado cansado y adolorido para seguir.

-muchacho- Enmu volteó un poco la cabeza para mirarlo con la vista nublada por el placer -ya fue suficiente, deja de torturarte tanto, además- Muzan se acercó al oído de la Luna para susurrarle: -¿qué hay de Douma? El también necesita un poco de mi atención-

Enmu estaba que se desmayaba, era mucho para él seguir aguantando tantas cosas al mismo tiempo. Así que le hizo caso a su jefe y casi de inmediato llegó al orgasmo más placentero que pudiera haber disfrutado. Muy poco después de que se viniera, Kibutsuji también lo hizo dentro de Enmu, suspirando satisfecho.

Pero la acción todavía no había terminado. Es un abrir y cerrar de ojos, el pelinegro cambió de lugar a sus subordinados: a Enmu lo dejó enredado con su tentáculo sin penetrarlo más al otro lado de la cama para que descansara un poco, mientras que a Douma lo dejo acostado de espalda enfrente suyo. El rubio tenía las piernas bien abiertas y sus bonitos ojos llenos de lágrimas, esto debido a los largos minutos que había pasado excitado sin recibir nada más que la punta del tentáculo.

El rubio se emocionó, pues por fin Muzan lo iba a follar. Estaba muy desesperado, ya no aguantaba más. Muzan volvió a leer sus pensamientos y río un poco.

-¿tan desesperado estas por que te cojan?-

-si señor...por favor hágalo ya...lo deseo tanto~-

★彡[ʷⁱˢʰᵉˢ ʷⁱˢʰᵉˢ]彡★

ᗯᎥᔕᕼᗴᔕ ᗯᎥᔕᕼᗴᔕ (Ҝ几ㄚ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora