ᔕᎥ᙭

1.1K 86 23
                                    


★彡[ʷⁱˢʰᵉˢ ʷⁱˢʰᵉˢ]彡★
[ʷᵃʳⁿⁱⁿᵍ: ᵃᵈᵘˡᵗ ᶜᵒⁿᵗᵉⁿᵗ]

No es que a el Rey de los Demonios le gustará recibir ordenes, pero si era sincero, el también quería cogerse a la Segunda Creciente. Así que el de ojos rubí acomodo las piernas de Douma sobre sus hombros y se acercó más al cuerpo del demonio. Casi de la misma forma que actuó con Enmu, Muzan no perdió el tiempo y se metió de una en el rubio. La diferencia fue que el entró poquito a poco. Cuando estaba casi por meterse por completo, empezó a empujar violentamente el cuerpo de su subordinado, golpeando casi de inmediato con su punto.

Douma arqueó la espalda y abrió los ojos. No se había equivocado al suponer que Muzan era un salvaje en la cama, pues en esos momentos estaba follándolo como si fuera un animal, pues el mayor gruñía con cada embestida que daba y ni siquiera se lúbrico a él mismo o preparó al rubio para que no fuera tan incómodo. Pero no iba a mentir, ese trato tan cruel e inhumano le encantó; todo estaba sucediendo tal y como se lo había imaginado.

Mientras seguía empujando, Muzan miró su reflejo en uno de los muchos espejos que había en el cuarto, admirando su propio cuerpo y la forma tan llamativa en la que follaba a una de sus Lunas. Sin embargo, no solo prestaba atención en si mismo.
Como Enmu se encontraba bocabajo durante el sexo, no pudo visualizar las expresiones que hacía. Por suerte esto no pasó con el de ojos arcoíris. Podía disfrutar las expresiones tan placenteras que el demonio hacía, pues en más de una ocasión elevaba los ojos hasta casi dejarlos en blanco o apretaba con fuerza sus labios para no gritar todo lo que pasaba por su cabeza en esos momentos.

Debido a la gran cantidad de placer que estaba sintiendo en ese momento, la cabeza de Douma estaba nublada por el deseo y no podía evitar gemir todas las cosas sucias que quería que su amo le hiciera.

—Ah~ ¡me encanta! AAHH~ por favor mi señor, rómpame, haga todo lo que deseé~— otro grito salió de la garganta del rubio cuando su jefe lo penetró de nuevo —señor~ ahórqueme…por favor—.


Por dios, Muzan estaba empezando a amar lo sucio que podía llegar a ser ese demonio de apariencia angelical. El sonido de las pieles chocar aumentaba con cada segundo que pasaba. Los dos ya estaba bañados en sudor y llenos de heridas provocadas por el otro. La espalda de Muzan era un show de rasguños profundos y desiguales, mientras que las piernas de Douma estaban cubiertas por marcas de mordidas y de chupetones. Para ese momento el rubio ya no decía nada, pues su garganta se había desgarrado por tanto gemir. Aún hacía soniditos que le resultaban adorables a Muzan, pero ya no pudo articular palabra por el resto del tiempo.

Sin previo aviso, Kibutsuji cambió de posiciones para que fuera él quien quedara acostado y el rubio quedó sentado sobre su pene. Como Douma se veía confundido Muzan tuvo que explicarle por qué estaban así ahora.


—Douma, móntame ahora, es una orden—.


Esto sería algo difícil para la Luna superior, pues sus piernas le dolían y no podían dejar de temblar. Pero, aun así, el rubio hizo caso a su jefe y empezó a dar brincos en el miembro de Kibutsuji.

A los ojos de este último, la idea había sido perfecta, pues la vista era todavía mejor que la que había tenido en la posición anterior. Ahora podía presenciar como los grandes pectorales rebotaban al momento de subir y bajar, además de sentir como el trasero del de ojos arcoíris se pegaba a su entrepierna con cada brinco que daba.

Después de un rato, Muzan llegó a la conclusión de que ya había dejado descansar suficiente al demonio inferior. Por lo que apretó el agarre en sus extremidades y el tentáculo se empezó a deslizar por la piel del chico, como si de una serpiente se tratara. Este se dejó de deslizar con vulgaridad hasta que llegó a su boca, empezando a meterse dentro de esta. Al principio Enmu parecía que se ahogaba, pues el tentáculo era de un tamaño considerable, pero después de un ratito se acostumbró, pues él mismo movió con dificultad una de sus manos para tomar al tentáculo y empezar a “masturbarlo", a pesar de que todavía tenía gran parte de la punta metida en la boca.

Al mismo tiempo que follaba la boca del demonio más pequeño, seguía penetrando con furor al rubio quién cerró y apretó los ojos. Muzan lo alzó la mano y tomó con fuerza los pómulos del rubio, haciendo que abriera los ojos otra vez.

—eso es, así me gusta—

Todo esto era tan increíble. Estaba teniendo sexo con dos bellezas absolutas al mismo tiempo. Eran solamente para él, pues había aceptado la oferta. Ahora podía usarlos todas las veces que quisiera, cuando fuera y en el lugar que sea. Después de un rato percibió varios temblores en los cuerpos de sus Lunas, por lo que llegó a la conclusión de que estaban por llegar al orgasmo de nuevo. Cuando él mismo se sintió cerca del orgasmo, tomó con una mano el miembro del rubio, al mismo tiempo que una pequeña extensión de su tentáculo apretaba con fuerza la polla de Enmu. Quería que ambos se vinieran al mismo tiempo. Estuvo un rato así hasta que el mismo se corrió abundantemente dentro de Douma.

—ya pueden terminar-—

Ambas Lunas llegaron a un orgasmo que se llevó toda la fortaleza que les quedaba, al mismo tiempo que gritaban por última vez mientras caían rendidos. Después de asegurarse de que sus subordinados se hubieran terminado de venir, Muzan se levanto de la cama e invocó su ropa, quedando vestido de inmediato. Les ordenó a los demonios que acababa de follar que se pusieran juntos.

—yo tengo cosas que hacer, ustedes pueden quedarse aquí a descansar un rato. Pueden dormir un poco si gustan. A partir de ahora, cada vez que mi polla los necesite a alguno de ustedes o a ambos, van a venir aquí— el aura de Kibutsuji se oscureció y se volvió amenazante —¿les ha quedado claro?—


Douma había quedado afónico, así que solo asintió mientras cerraba los ojos y se recostaba. Enmu cubrió la desnudez de su compañero y miró a su jefe, dedicándole una sonrisa muy bonita.


—ha sido muy claro mi señor. Y estoy muy feliz de haber cumplido con sus expectativas—

Muzan volteó a ver a otro lado empalagado y sonrió. Tomó el rostro del demonio inferior y besó con delicadeza una de sus sonrosadas mejillas, después rodeó la cama y le dio un pequeño y suave beso en la coronilla de la cabeza al rubio, quien ya dormía y hasta roncaba. Después salió del cuarto.
Enmu solo suspiro cansado y se acomodó bien en la suave cama de su señor, cayendo dormido casi al instante.

Había sido un día muy largo y duro.

★彡[ʷⁱˢʰᵉˢ ʷⁱˢʰᵉˢ]彡★
[ᵗʰⁱˢ ⁱˢ ᵗʰᵉ ᵉⁿᵈ?]

ᗯᎥᔕᕼᗴᔕ ᗯᎥᔕᕼᗴᔕ (Ҝ几ㄚ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora