𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧

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ELECTRA

En las tierras más allá de los altos muros, donde la sombra de los titanes se cernía, Levi Ackerman encontró un refugio inesperado en el establo de caballos. Allí, entre relinchos y el olor a heno fresco, se cruzó con Berenice, una joven cuyo espíritu desafiante chocaba con la intensidad del Cuerpo de Exploración.

— "No te acerques demasiado a Electra. No le gusta la gente"—advirtió Levi, sus ojos acerados clavados en Berenice.

— "No necesito que me digas cómo tratar a los caballos, Capitán"—respondió ella con una mirada desafiante, su mano acariciando la crin de Electra con destreza.

A pesar de la tensión inicial, ambos se encontraron compartiendo el mismo espacio en el establo. Berenice tenía un don natural con los caballos, y Levi, a pesar de su fachada implacable, no pudo evitar notar la armonía que ella lograba con Electra.

— "Ella es diferente contigo"—admitió Levi después de observar la interacción.

— "A los caballos no les gustan los soldados, supongo que Electra y yo compartimos ese sentimiento"—bromeó Berenice, su sonrisa suavizando la atmósfera.

Con el tiempo, las visitas al establo se volvieron una rutina no declarada. Levi, conocido por su soledad, encontró en esos momentos un respiro de las cargas de la guerra. Las conversaciones sobre caballos evolucionaron en charlas más personales, revelando capas inesperadas en ambos.

— "¿Por qué pasas tanto tiempo aquí, Capitán? No te veo como el tipo de persona que busca consuelo en los animales"—comentó Berenice un día, su curiosidad arrojando una sombra de su tono desafiante.

— "No es sobre consuelo. Es sobre encontrar algo que tenga más sentido que todo esto"—respondió Levi, sus ojos fijos en el horizonte.

A medida que los días pasaban, Levi comenzó a cuestionarse la naturaleza de sus sentimientos hacia Berenice. ¿Era solo el deseo de compartir un rincón de tranquilidad en medio del caos, o había algo más? Se encontraba debatiendo entre la dureza de su deber y la calidez inesperada que Berenice había traído a su vida.

— "No pensé que alguien como tú disfrutara de la compañía"—admitió Levi en un momento de vulnerabilidad, su voz revelando más de lo que pretendía.

— "A veces, incluso los soldados necesitan una pausa"—respondió Berenice con una suave sonrisa, sus ojos encontrando los de Levi.

En una tarde tranquila, mientras observaban el atardecer, Levi se encontró a sí mismo contemplando la posibilidad de abrir su corazón a algo más que la batalla. Berenice, con su espíritu indomable, había dejado una marca en su vida de maneras que no podía ignorar.

"En el establo de caballos, donde los titanes rugen en la distancia, los corazones encuentran un compás diferente, uno marcado por los ecos de Electra y las huellas de la conexión improbable"

𝐎𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭-𝐬𝐧𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora