Capítulo 4🦋

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Muerte: ¿Por qué a mí todos me odian y a ti te aman?
Vida: Porque yo soy una hermosa mentira y tú... Una triste verdad.

No hay alivio para la muerte, no hay espacio para el consuelo en un corazón que solo alberga dolor e ira en ese momento; no hay persona, objeto o medicina que sirva para sanar un alma sucumbida en tristeza y melancolía ante la pérdida de un ser qu...

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No hay alivio para la muerte, no hay espacio para el consuelo en un corazón que solo alberga dolor e ira en ese momento; no hay persona, objeto o medicina que sirva para sanar un alma sucumbida en tristeza y melancolía ante la pérdida de un ser querido.

Es el tiempo quien se encarga de sanarte.

Jeon Jungkook, a sus apenas cuatro años de edad, experimentó ese dolor pero era tan pequeño e inmaduro aún, que no supo cómo reaccionar a esa pérdida. Él no entendía por qué su papá estaba dentro de una caja mientras, unos hombres vestidos de negro, estaban a punto de echarle -lo que para su pequeña estatura parecía- una montaña de tierra encima.

"Mamá, ¿por qué lo encierran ahí? Si hacen eso papá no podrá ir a trabajar mañana."

Jeon Seokjin, su padre, fue un hombre con grandes valores y principios, siempre mantenía como prioridad el bienestar de su familia. Ellos eran todo para él; su esposa y su único hijo, el motor que lo impulsaban a querer superarse y brindarles lo mejor.

Seokjin hizo del apellido Jeon uno muy respetable, ganándose un puesto entre las familias de más renombre en el pueblo gracias a su arduo trabajo. Se formó de diversos comercios en el pueblo, desde zapaterías que elaboraban calzados finos con productos de primera calidad, hasta la venta de telas y ropas ya confeccionadas, tanto para damas como caballeros. Su crecimiento fue tan descomunal dentro y fuera del pueblo que esto le permitió crear su propia fábrica con su apellido como sello distintivo.

Todo ello le permitió formar una fortuna inimaginable para los suyos.

Conoció a su esposa de la misma manera que se conocen todas las familias que conforman la alta sociedad. Un evento exclusivo.

Ella no era una mala mujer, tampoco llegó a ser una mala esposa pero si fue ambiciosa. Jamás conoció el límite, ella provenía de una familia bastante acomodada pero, por supuesto, Seokjin superaba su patrimonio abismalmente, por lo cual se deslumbró ante él.

Claro que amaba a su esposo; fue feliz en su boda, fue feliz en su luna de miel y también cuando nació su pequeño Jungkook. Simplemente el dinero y las ansias de poseer más y más la superaban la mayor parte del tiempo.

La avaricia fue el peor pecado capital en el que Jeon Jiwoo pudo haber caído.

Cuando Jin enfermó, unos años después de su matrimonio y nacimiento de su hijo, ella le restó importancia, alegando que podría ser un resfriado común. No quería gastar unas cuantas monedas de oro en medicinas por un asunto tan insignificante como una ligera tos y estornudos constantes.

Grave error.

Seokjin, con las semanas y meses, no mejoró de su aparentemente imparable tos pero el primer signo de alarma vino cuando en una ocasión, al momento de toser, vio sangre en el pañuelo que mantenía en su bolsillo y ocupaba para cubrir su boca en esos momentos.

Married with a dead || TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora