Capítulo 3🦋

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La sensación de haber hecho lo correcto en el lugar equivocado no abandonaba su mente, nunca creyó verse preso de su inocencia y terquedad. ¿Qué necesidad tenía de huir tan lejos? Es ahora que se da cuenta de lo imprudente de su actuar. De repente, voces se hicieron presentes, lejanas e inentendibles, se acercaban a él cual susurro escalofriante. Había una conmoción que no podía comprender muy bien y, para agregarle más desesperación a su estado de sueño lúcido, tampoco podía ver nada.

Percibía la presencia de múltiples personas, sabe que están ahí pero ¿por qué se siente asfixiado? Una ventisca helada rozaba por su rostro y no entendía por qué pero se iba intensificando cada vez más.

«Oye, ¿me escuchas?» Entre todo el caos logró comprender aquella pregunta, pero la oscuridad no abandonaba su visión aún.

«Tienes que despertar, por favor.» De verdad quería hacerlo, quien quiera que fuera, pero era difícil.

Poco a poco se enfocó en recuperar al menos uno de sus sentidos, tal vez si lo hacía uno a uno podría despertar más rápido. Y entonces lo logró, su audición se agudizó para distinguir mejor los sonidos de ambiente pero ¿por qué ese bullicio suena como una celebración? ¿En qué momento pasó del bosque a una fiesta?

Pretendió que nunca podría conseguirlo pero había recuperado la consciencia en su cuerpo y la oscuridad se iba reemplazando por destellos blancos y borrosos, que poco a poco aclaró mejor el panorama y lo primero que vio... No fue lo que esperaba.

¿Eso estaba vivo?

— ¡Hola! Pensé que no despertarías nunca, qué alivio. —suspiró la mujer con una sonrisa cálida y enorme, quien le hablaba cerca de su rostro. Aunque el gesto debió brindarle calma, el problema es que ella tenía casi el mismo aspecto del que momentos atrás provocó su desmayo, cree que incluso luce peor.

Se sentó de golpe, provocando que la amable señorita se hiciera a su lado. Con sus ojos, abiertos a más no poder, miró en todas direcciones, barriendo con el lugar que lo recibía. Era una especie de taberna, bastante colorida si lo compara al gris paisaje que suele rodearlo en su hogar pero lo que más capta su atención es el ambiente tan ameno que invade a los esqueletos, quienes lo observaban fijamente, entre risas escandalosas y jarras de cerveza en lo alto, celebrando que por fin había despertado.

— ¿Qué está-? —se corta a sí mismo, incapaz de pronunciar palabra alguna. Todo era irreal, incomprensible y... Aterrador.

— ¡Uno nuevo! —alguno de ellos exclamó en alto para él, consiguiéndole arrancar un sobresalto a su invitado.

— ¡Bienvenido, niño bonito! Fue un viaje movido, ¿eh?

— ¡Ese peinado moderno te queda de lujo! —otro más se había sumado a opinar, chocando su jarra con otro muerto mientras reían por sus palabras y bebiendo hasta acabar el contenido.

Jungkook abrió su boca con asombro, no dando crédito a todo lo que está presenciando.

— Creo que voy a vomitar... —susurró para sí mismo, meciendo su cabeza de un lado a otro. —Y de paso volver a caer.

— Oh no, ni se te ocurra desmayarte otra vez.

Cuando estuvo a punto de perder la consciencia, una voz grave y algo familiar se le adelantó. Volteó en su dirección y ahí estaba, el hombre que reconoció como el mismo del bosque, ahora se erguía frente a él de brazos cruzados, con el semblante serio y un poco retirado de dónde se encontraba ahora sentado.

Jungkook, sin querer ser brusco apartó a la mujer que aún seguía a su lado, ella retrocedió y levantó sus manos a la altura de su pecho en señal de rendición para no alterarlo más, tratando de convencerlo de que no le hará daño.

Married with a dead || TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora