Funesta niebla que me envuelve en un manto que me acompaña en tal viaje, cargado de infortunios y oscuridad.
Pues estoy en la senda sin destino, vagar por este mundo en busca de un rayo de esperanza y alegría, pues todavía creo que puede llegar algo mejor a mi vida de mareas tormentosas.
Mi pecho dolorido me recuerda que hay algo roto que ha hecho mella en mí. Mi corazón y alma son los que gritan por mi cuerpo que hay algo que no funciona en mí, otra punzada en mi pecho mientras escribo esto...
Puede que lo que me haga escribir sea el miedo de desaparecer de un día para otro sin previo aviso, pues desde que alguien se me fue así, he tenido yo el miedo a irme igual.