El joven y sufrido Archibal "Archie" Connor empieza una nueva vida en París después de dejar atrás su natal Inglaterra donde sufrió extremadamente y vivió episodios de violencia y acoso verbal en su anterior colegio; provocándole una serie de trasto...
Ari finalmente había regresado a casa con nosotros, pero yo estaba furioso. ¿Cómo había podido hacer algo así? Le exigí una explicación inmediata de por qué se había cortado el pelo y por qué estaba tan agresiva últimamente. Ella parecía incómoda al principio antes de hablar: -Encontré la casa de mis abuelos...pero ya estaban muertos. Me quedé boquiabierto ante esa revelación. Ari continuó: -Eran bastante mayores según contaron los nuevos dueños de la casa. Mi padre nunca me dijo nada sobre ellos, pero supongo que heredó esa casa y luego la vendió. Solté un suspiro frustrado mientras escuchaba su historia. -Pero eso no es lo peor -continuó Ari con voz temblorosa -Gasté mucho dinero en este viaje para encontrarlos sin saber que ya habían muerto. -¿Y entonces? -le pregunté impaciente. -Aquello me molestó demasiado -dijo- así que decidí vender mi cabello para recuperar parte del dinero perdido. Me sentí decepcionado e irritado; no podía creer lo impulsiva y radicalmente drástica que era Ari cuando se trataba de lidiar con las emociones negativas. Aún así le dije que lo sentía mucho por ella. Pero no era necesario vender su cabello, solo me lo hubiera dicho y le hubiera pedido el dinero a Louis. Ella dijo rotundamente que no. Además aseguró que en dos días volvería a Londres. Me sentí mal al saberlo. También dio por hecho que tendría pleitos con su padre por todo lo que le ha hecho, por mentirle, por hacerla pasar trabajo, por vender la casa de sus abuelos sabiendo podían haber cosas valiosas dentro. Sería una pelea fea. Me senté en el sofá, con la cabeza entre las manos. Ari se acercó a mí y me tomó de los hombros. -Tranquilo -dijo ella en un tono calmado- Mi padre no es el único abogado de Londres, encontraremos otro que pueda ayudarte. -No sé -respondí con preocupación- Estuve tan cerca de conseguir mi ciudadanía francesa... pero si algo sale mal con mis documentos legales, acabaré en la cárcel o peor aún: ser deportado. Ari puso una mano sobre mi brazo y me miró fijamente a los ojos. -No te preocupes -aseguró ella- tratando de tranquilizarme- Yo haré todo lo posible para encontrar al mejor abogado que nos ayude a solucionar esto. Sin embargo, yo no estaba convencido del todo. ¿Cómo podríamos confiar en alguien más? Me preguntaba cómo Ari iba a resolver esta situación si incluso su propia familia parecía fallarle. -Ari...-susurré mientras apretaba mi puño con fuerza- ¿Qué pasaría si no podemos encontrar otro abogado? Ella suspiró pesadamente antes de responderme: -Entonces tendremos que luchar por tu ciudadanía... ¿Luchar? Su mentalidad me preocupa más. Mi abuelo intentó resolver mis documentos y no lo logró. Ari intenta hacerlo pero aún no sabe ni dónde está parada... Estoy perdido.
El día del torneo de natación finalmente había llegado y Eric y Daniel estaban listos para dar lo mejor de sí. Yo los acompañaba en la sala de conferencias mientras se preparaban mentalmente para la competición. Eric me recibió con una sonrisa que hizo que mi corazón latiera más fuerte. Nos sentamos juntos al final de la sala, entrelazando disimuladamente nuestros dedos índices. Era como si todo el universo hubiera colisionado en ese momento. De repente, Eric preguntó por Ari, su voz llena de preocupación. Le dije que estaba en casa y que pronto volvería a su hogar. Él suspiró aliviado, sabía muy bien cómo era Ari e imagino que no quería tener ningún problema con ella después del guantazo que le dio. Aunque traté de mantenerme optimista respecto a nuestro futuro juntos, no podía evitar sentir un poco inquietud sobre cómo serían las cosas cuando regresáramos después del torneo... Decidí decirle...
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