Seoul scape ✧ JIKOOK [omegaverse].

scape 2.

Peinó su flequillo que tapaba su frente con cuidado y se pasó las manos por los costados de la cabeza para aplanar cualquier pelito que se quisiera salir de la coleta. Peinó los mechones de pelo que había dejado sueltos debajo de la cola y le sonrió satisfecho al espejo.

Era feliz, hasta que llegó su mamá.

—Ven, ¿por qué te tapas el rostro con ese flequillo? Te ves mejor con la frente descubierta —dijo mientras pasaba sus manos descuidadamente por su pelo, llevando los mechones de pelo corto hacia atrás. Lo dejó completamente despeinado y como si se acabara de levantar—. Ahora sí, sonríe. Mi hermoso galán merece una foto.

Le colmó la paciencia que quisiera sacarle una foto ¿acaso no veía que acaba de estropear todo su trabajo? Ella, para empeorar todo, sonreía y reía, como si acaba de finalizar su mejor trabajo como estilista.

—¿Acaso no te gusta? —dijo mientras sonreía y le sacaba fotos. Jungkook tenía la cara pasmada de la irritación.

—¿Por qué lo hiciste? —se miró de nuevo en el espejo. Todo para nada—. ¡Es mi cabello, puedo peinarlo como yo quiera! ¿Acaso a ti te gustaría que te hicieran lo mismo y te dejaran como Robert Smith?

Jungkook tenía veintisiete años, pero en ese momento, pisoteando el suelo en forma de berrinche, parecía de la misma edad que su sobrino.

—¡Oye, oye! ¡Cálmate! Qué malgenio tienes ¿Qué vamos a hacer con tu temperamento? Venga, sonríe.

—Pero, pero-

—¡Oigan! —exclamó su padre para llamarles la atención, y Jungkook agradeció que lograra que su madre ya no quisiera tomarle fotos—. ¿Ya están listos? Ya pasó una hora desde que me dijiste que estabas lista ¡Siempre llegamos tarde sin importar a qué horas nos empecemos a preparar! ¡Diablos!

—Diablos —se quejó su padre mientras veía hacia afuera del auto, con los brazos cruzados—. Queda muy lejos. Debimos haber llegado temprano para recibir a los invitados —resopló.

—Ya casi llegamos, pa. Ten un poco más de paciencia —dijo Jungkook con tono cansino mientras manejaba con la vista fija en la carretera.

—Déjame arreglar tu corbata. Y no te preocupes, los chicos se encargarán —Hwayeon se inclinó hacia su esposo para acomodar su corbata—. Sólo tenemos que disfrutar, no te amargues —volvió a sentarse bien en su lugar cuando vio que ya estaba bien su corbata—. Vas a beber mucho hoy ¿no?

—No lo haré, ¿feliz? —ella soltó una risa y Jungwook reprimió una sonrisita al ver a su mujer alegre. Era la primera vez que celebrarían su cumpleaños a lo grande y se notaba que estaba emocionada.