Capítulo 3

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Al llegar a la tribu montada en mi caballo, quedé deslumbrada por lo maravillosa que era la tribu Kayi. Mi momento de asombro se desvaneció al notar a todas las hatun viendome con cara de pocos amigos.

—Bienvenida, Malhun Hatun —me saludó  una hatun cuando descendí del caballo.

—Es un honor para mí estar aquí. —respondí a su calurosa bienvenida.

La hatun, al escuchar mi respuesta, comenzó a caminar hacia el interior de la yurta, donde se encontraba una gran mesa rodeada de Hatun pero la que mas destacaba era Bala Hatun que se encontraba en la cabecera con Osman Bey.

—¿Eres tú la hija de Ömer Bey? —escuché al ingresar a la yurta.

—Yo soy la hija de Ömer Bey, Selcan Hatun —respondí, dirigiendo mi mirada a la Hatun más fuerte y guerrera después de mi madre—. ¿Conoces a mi padre? —le pregunté a Selcan Hatun, sin prestar mucha atención a las demás Hatun que nos acompañaban.

—¿Quién no conoce a Ömer Bey en las tierras de Anatolia? Es un Bey que ha pasado por muchas cosas, desde los mongoles y sus sirvientes —dijo Selcan Hatun. Al escuchar esas palabras, pensé en la vida de mi padre y sus constantes sufrimientos para mantener una tribu estable.

—Desde que tengo memoria, hemos estado migrando una y otra vez, y los Geyhatu nos atacan constantemente.

—Que Ömer Bey sea bendecido con más sabiduría y fortaleza para sus próximos desafíos —deseó Selcan Hatun.

—Insha'Allah, Selcan Hatun.

—Malhun Hatun —dijo Osman Bey. Al escuchar mi nombre, mi mirada se encontró con la suya, poderosa y serena.

—Osman Bey —respondí, manteniendo su mirada.

—Acompáñame, quiero mostrarte algo —dijo, invitándome a seguirlo. Me levanté y lo seguí fuera de la yurta, donde el cielo nocturno brillaba con miles de estrellas. Caminamos en silencio hasta llegar a una colina que ofrecía una vista panorámica de la tribu.

—Mira, Malhun Hatun. Esta es nuestra tierra, nuestro hogar —dijo Osman Bey, con orgullo en su voz—. Sé que tu misión es encontrar un lugar para tu tribu, y quiero que sepas que tienes un aliado en nosotros.

—Gracias, Osman Bey. Esta tierra es realmente hermosa y su gente es fuerte y valiente. Espero que nuestras tribus puedan prosperar juntas —respondí, sintiendo un profundo respeto por él y su visión.

—Lo harán, Insha'Allah —dijo Osman Bey, volviendo su mirada al horizonte—. Y con líderes como tú, estoy seguro de que así será.

Nos quedamos allí, en silencio, contemplando la vastedad de las tierras que algún día serían testigos de la grandeza y los desafíos que nos aguardaban.

Nos quedamos allí, en silencio, contemplando la vastedad de las tierras que algún día serían testigos de la grandeza y los desafíos que nos aguardaban

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Malhun HatunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora