𝐁𝐔𝐓𝐓𝐄𝐑𝐅𝐋𝐘 | Death is the Only Ending for the Villainess.
❝ No pienses en nada, no digas nada, ni una sola palabra. Tan solo regálame una sonrisa, todavia sigo sin creerlo, todo esto se siente como un sueño, no intentes desaparecer.
¿Es ver...
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-¡Vamos Reynold, no te quedes atrás!
Se escucho la voz del Duque, que caminaba más veloz para dejar a su segundo hijo con las bolsas en manos atrás de ellos-de él, su hija y su nieto-, pero ese era su castigo por llamarlo "viejo decrépito", sabía que el ya estaba mayor pero no era para que viniera su hijo y se burlara de ello.
Era enserió lo de ir de compras y que el pequeño Duque cargará todo.
《Pobre bastardo》, era lo que pensaba Siyeon, claro que disfrutaba de verlo así y haría que durará más en esa situación hasta que quede satisfecha.
Sigase llevando Reynold Eckhart.
El segundo amo estaba cansado de cargar las bolsas y cajas de lo que estaba comprando el Duque y su hermana, mientras ellos intentaban ir más rápido entrando y saliendo de las diversas tiendas, ¿Acaso era un complot de su padre? Si, tal vez lo era.
-Mamá.-habló el niño.
Jalo el vestido azulado de la mujer con un poco de fuerza llamando su atención, haciendo que su madre y su abuelo voltearon a verlo.
"Él hombre rosa parecía muy cansado."
Ahora estaban parados en medio del centro de tiendas costosas del Imperio, eran muy llamativos al ser el único ducado del país y porque parecía que no fueron con servidumbre para cargar sus compras, si no que las estaba cargando el segundo maestro Eckhart que estaba rojo por el esfuerzo de seguirles el ritmo.
Los guardias que los acompañan solo podían sentir cierta lastima por su joven maestro griton, estaba siendo castigado enfrente de más personas. Además de que fueron severamente amenazados de que no lo ayudarán a cargar nada.
-Dime Ezio.-respondió su madre.
Se detuvieron para escuchar lo que hiba a decir el pequeño del ducado Eckhart, que parecía preocupado volteando cada cierto tiempo a ver a él cargador de compras profesional.
Era un niño bondadoso.
-¿No crees que el tío Reynold este cansado?
El Reynold que parecía que nunca los podría alcanzar ahora estaba a unos cuantos metros de ellos, respirando en grandes vocadas y rojo de su rostro, cansado, muy cansado que ya no sentía sus brazos.
Eso era peor que sus clases de espada.
-Claro que no, le esta encantado poder ayudar.-replicó la mujer con una sonrisa en su rostro, mientras acomodaba un mechon carbón del infante.
El duque -que admiraba todo- quedo sin palabras, esa versión de su hija siendo madre le estaba quemando el corazón lentamente, no estaba preparado para esto, era demasiado para su viejo corazón ahora no se podía imaginar a su hija con pareja y otro hijo aparte del niño que tenia de frente.
