"El dragón voló hacia el pueblo con su poderosa ala, rugiendo terriblemente", dijo con gestos animados. Su voz llenó el aire, atrayendo su imaginación a un mundo de fantasía y maravillas. El niño escuchó, absorto en el relato. "Abrió la boca y exhaló fuego, destruyendo las casas de los aldeanos..."
Un suave jadeo la interrumpió, seguido de una vocecita: "¿Está enojado, mamá?"
Sus dedos, tan tiernos como su voz, rozaron su cabello. "Está enojado", afirmó, su toque tranquilizador.
"¿Por qué?" preguntó, con un tono lleno de asombro.
"Bueno", comenzó, deteniéndose pensativamente. "Supongo que simplemente está enojado".
Ojos grandes y confundidos se volvieron hacia ella, "Pero dijiste que cuando alguien está enojado, siempre hay una razón", dijo el niño, con la cabeza ligeramente inclinada. "Como cuando estás enojado porque tiré mi comida".
"Ah, bueno, supongo que podría haber una razón", admitió, con una sonrisa afectuosa. "¡Pero no te preocupes, el valiente héroe y su gran espada están aquí!" anunció juguetonamente mientras le hacía cosquillas. Las risas resonaron por toda la pequeña cabaña. Gentilmente, lo guió para que se levantara de su regazo y colocó una pequeña espada de madera en sus manos. "¡Rápido, el dragón está aquí! ¡Haz algo, por favor!
Riendo, el chico se enderezó.
"El dragón voló cerca del héroe, rugiendo furiosamente", narró. "El héroe tendrá que detener al dragón. ¿Serás lo suficientemente valiente, pequeño héroe?
"¡Sí!" él dijo. "¡Te protegeré, mamá!"
Ella sonrió alegremente mientras tiraba de él para darle un beso húmedo en la mejilla, haciéndolo reír. Él se retorció, con cosquillas.
"El héroe y su fiel espada se mantuvieron erguidos, frente al gran dragón enojado. El héroe es fuerte y poderoso. ¿Está listo para matar al dragón, señor héroe?
El chico parpadeó, con expresión pensativa. Luego, se volvió hacia ella con el ceño fruncido. "No quiero matar al dragón, mamá", respondió con tristeza. "¿Tal vez si le pido perdón, se detendrá?"
Ella sonrió con cariño, si no un poco con tristeza.
"El dragón está muy molesto", advirtió.
El niño permaneció en silencio por un momento, con el rostro arrugado, sumido en sus pensamientos. De repente, sus ojos se iluminaron. Se volvió hacia ella con una brillante sonrisa plasmada en su rostro. "¡Le daré un abrazo!" dijo antes de saltar a sus brazos, abandonando la espada de madera, que cayó al suelo con estrépito. "¡Como esto! Los abrazos mejoran las cosas, ¿verdad mamá?
Rodeándolo con sus brazos, le dio un cálido abrazo. "Por supuesto, ¿cómo podría olvidarlo?", dijo. "Mi pequeño guerrero valiente", ojos melancólicos y tristes; cariñoso.
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A la mañana siguiente, Félix se despertó con una sensación pesada en el pecho, como si estuviera olvidando algo, y lo odiaba.
El hecho de que estuviera realmente preocupado por Jeongin no ayudó.
Félix sabía que tenía que hacer algo. Pudo ver que a pesar de que finalmente habían encontrado una solución temporal a sus problemas, a Jeongin no le estaba yendo bien. Al principio, Félix pensó que su amigo apenas estaba recuperando el sueño y descansando, siempre estaba trabajando en casa y había estado inquieto todo este tiempo, por lo que era comprensible que necesitara descansar.
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De sol y narcisos (Félix X Stray kids)
FanfictionFélix pensó que había descubierto su vida, que pasaría toda su vida viviendo pacíficamente en el bosque. Pero claro, la vida nunca fue tan sencilla. Su tío desapareció y ahora tenía que descubrir cómo encontrarlo; tuvo que salir del bosque y entrar...