Era Benjamín un adolescente, ya saliendo de esa etapa tan incómoda, cuando conoció al mayor error en su vida, Tess Taylor.
Aunque ella no fue su primer amor, fue el último. Era un error. Ella era hermosa, pero hasta su belleza era algo extraño, ella no encajaba de muchas maneras.
Con un hermoso cabello rizado, largo y castaño, unos ojos avellanados fríos y tristes, unos labios rosados oscuros y algunos lunares, ella tenía una belleza excepcional, pero tal vez no le gustaba, ya que tapaba siempre su cara con mucho maquillaje.
La vio por primera vez en un concierto al aire libre, en un parque cercano a la casa en la que vivía en ese momento. La vio bailando sola en medio de una multitud.
Benjamín a su edad era una persona algo introvertida, no tenía muchos amigos, prefería leer a salir a bares, no solía contar nada sobre él a nadie, tampoco le prestaba atención al... Al amor, en cierto modo.
Pero él no siempre fue así, antes era un tipo soñador, hace algunos años. Le encantaba el amor, en todas sus formas y curvas, se enamoró muchas veces, se enamoraba de cada signo, de cada sonrisa, de cada mirada, de cada cosa diferente, de cada pequeña porción de atención. Eso lo llevó a sufrir mucho, por chicas, por chicos, por amigos... en cama de una chica a la madrugada de un sábado, pero nunca las cosas que le hubiesen gustado hacer, él con cada persona de la que se enamoraba inventaba una historia diferente, historias que con el tiempo aprendió que no funcionarían, tal vez porque él era tan... Tan 'él'. Él no se tenía ni una pizca de respeto, obviamente se culpaba cuando la gente se alejaba de él, "Si se alejó de mí, debí hacer algo mal..." era lo que pensaba. Tuvo una adolescencia muy loca, al fin y al cabo, era adolescente, una vida llena de sexo, drogas y desamor. Si, una adolescencia normal.
Alto, con el cabello ligeramente largo y alborotado, en un tono castaño bastante oscuro, la piel blanca y la ropa usualmente seria, a su edad él no parecía un adolescente.
Tenía 18 años y vivía en una casa grande con su perro y su mejor amigo, cerca del centro de la ciudad, tenía un auto y una motocicleta, pues era hijo único, bueno casi, y su mamá era lo que se podría denominar una adicta al trabajo.
Su madre Agnese era una gran mujer. Su adicción al trabajo la llevó a ser jefa de una gran empresa de insumos de artes gráficas, por tanto importaba y exportaba cosas a todo el país y el continente, también tenía proveedores en gran parte de Europa; Tenían muchos puntos de venta, lo que significaba que tenía que viajar mucho y casi nunca regresaba a casa, ya Ben casi no la veía nunca.
Benjamín trabajaba en una cafetería como gerente. Había estudiado un curso de gastronomía en un instituto, más en ese entonces no había conseguido ningún trabajo como cocinero. Pero le gustaba mucho trabajar en esa pequeña cafetería.
Días después de haber visto a esa magnífica chica, la volvió a ver, sentada bajo un árbol en el mismo parque de la última vez, haciendo unos bocetos en un cuaderno. Se veía totalmente absorta en su imaginación, totalmente hermosa.
Él iba caminando por allí con su perro Malik, un dogo argentino, como suele ser la raza, blanco. Iban volviendo del mercado cuando Ben vio ese brillante cabello bailar al son del frío viento de noviembre, ese brillante cabello que tanto le había gustado.
Le pasó por la mente ir a hablarle, por supuesto, pero cuando trató de hacerlo no pudo, sus piernas no se movían. Así que esperó unos segundos y siguió su camino hacia su casa.
Al llegar a su casa, sola como siempre, se quitó la ropa y se metió a la ducha. Se arrepintió de no haberle hablado, de no estar con ella en ese momento, sacarla de su cuaderno e introducirla bruscamente en la vida real, todo lo contrario a lo que estaba haciendo ella con él. Quiso devolverse a ver si ella estaba ahí, pero sabía que sería una pérdida de tiempo, además en ese momento tenía que irse a trabajar. Salió de la ducha, se secó, se vistió y salió corriendo de su apartamento, sin no antes haber tomado las llaves de su moto y su casco.
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El camino más largo.
Teen Fiction''Ben se fue al cuarto y se puso algo de ropa, le dio un rápido beso a Noah y salió de la casa con las llaves de la motocicleta en la mano. Se fue a recorrer la ciudad, tomando el camino largo hacia cualquier parte. Ella era una zorra (...) Supongo...