''Naciste viéndote bien''

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Por supuesto, en su vida no había tenido novias, pero tenía un mejor amigo bastante particular, si es que no era su hermano perdido.
Daniel, su mejor amigo, tenía 18 años, él ya vivía solo... bueno, vivía con Ben, en su casa, pero, solo al fin y al cabo, sin sus padres.

Daniel sabía de la reciente indiferencia de Ben a todo lo que tenía que ver con el amor, por eso su gran sorpresa hacia la confesión de Benjamín.

- ¿¡Tienes novia!?-Gesticuló Daniel.

- ¡NO! No es mi novia.- Dijo Ben bajando la cabeza con visible vergüenza.

- ¡Ah no! ¡A MI NO ME VENGAS CON TUS MARICADAS!-Daniel no solía ser grosero... Bueno, solo cuando se enojaba.

- ¡Cálmate Daniel! - Gritó.- Empezamos a salir, o bueno, a hablar hace cómo 3 semanas.

- ¿Qué? Tres semanas es mucho.- Ben sabía que Daniel se sentía traicionado, eso era lo último que quería.

- Tranquilo, no te había contado porque habías estado fuera de la ciudad y porque ella es sólo una amiga...

- Pero tú no quieres que sean "sólo amigos"

- Claro que no, pero no la voy a cagar ésta vez ilusionándome...- Daniel sabía lo que sentía, lo sabía mejor que nadie.

- Bueno hermano, y ¿Cómo es ella?

- Ella es... perfecta, amigo.- Daniel le golpeó el brazo con poca fuerza, Ben estaba siendo tan idiota como él cuando se enamoraba. Regresó el viejo Ben, el enamoradizo Ben, el triste Ben...

No, espera, eso no era lo que quería Daniel, él sólo quería ver a su amigo feliz y hasta ahora lo había sido, había sido feliz manteniéndose alejado de todas las cosas del amor... No podía venir ella y cagarla de esta manera tan monumental...

Benjamín se puso la camisa más elegante que encontró en el closet de Daniel, dejándose abajo una camiseta de un gato con unas gafas de pasta. Pero aun así corrió por toda las casa hasta la cocina, donde estaba sentado Daniel comiendo la cena con una cerveza.

- No consigo verme bien.- Dijo Ben angustiado.

- Tranquilízate hermano, y quítate esa camisa horrible, no sé porque aún la tengo.- Daniel hablaba de su camisa elegante, sabía que la había sacado de su closet.

- Está bien, pero ¿qué me pongo encima de esto?- aún no controlaba sus nervios, era un pequeño adulto, con un par de rallones en la cara, por culpa de la cuchilla, signo de que era la primera vez que se afeitaba, estaba caminando acelerado por toda la casa, dejando tiradas prendas de ropa por doquier, tenía un pantalón negro apretado, un cinturón del mismo color, una camisa blanca con cuadros azules, se había quitado la de gatito poniendo como pretexto que eso no era suyo, y tenía unos converse azules, jugando con un sombrero hipster a lanzarlo como frisbey, una escena graciosa.

- Quédate tranquilo, no te pongas nada más.- Dijo Daniel con la mayor paciencia.

- Entonces...

- Nada, te ves bien, naciste viéndote bien, ¡idiota!- A Ben le encantaba esa faceta de padre de Daniel.

Cuando estuvo por fin listo, llamó a Tess, ella contestó casi inmediatamente.

- ¿Ya estás lista?

- ¿Puedes venir a recogerme? Me pierdo hasta yendo del baño a la cocina.

Aunque eso para Benjamín no tenía sentido ya que todas las tardes iba a verlo al café, fue a recogerla. Ya saben cómo son los chicos enamorados...

El camino más largo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora