Capítulo II: El aumento de odio

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El frío viento soplaba a través de la gélida fortaleza del Lin Kuei, donde Bi-Han se sumergía en su entrenamiento, dedicado a perfeccionar sus habilidades mortales. La sala de entrenamiento resonaba con el sonido de golpes y ráfagas de hielo mientras el aprendiz de Lin Kuei lideraba la sesión.

Sareena observaba desde la distancia, su mirada fija en Bi-Han, como si tratara de penetrar la barrera de hielo que él había erigido alrededor de sí mismo.

-Si tan solo pudiera tocar ese corazón helado...-. Dijo sonriente, relamiéndose los labios.

Bi-Han, concentrado en su práctica, no mostraba signos de inmutabilidad ante la presencia de Sareena. Ella, sin embargo, no se dejaba desanimar y se acercó con determinación.

-¡Eeey!, Bi-Han, sé que tu entrenamiento es prioritario, pero...-.

-Deberías estar concentrada en tu propio progreso-. Le interrumpió el ahora nombrado Sub-Zero.

-Lo estoy, pero también creo que todos necesitamos un descanso de vez en cuando, ¿No crees?-. Preguntó con una sonrisa picarona.

Bi-Han continuó su entrenamiento sin prestarle mucha atención, pero Sareena no se dejó desalentar. Se acercó a él, esquivando con gracia un proyectil de hielo que Bi-Han lanzó sin mirar.

-¡No podrás ignorarme para siempre!-. Dijo sonriente.

-Deberías aprender a elegir mejor tus batallas-. Dijo Bi-Han.

Sareena se detuvo frente a él, desafiante pero con una chispa de determinación en sus ojos.

-Bueno, ¿Quién dijo que no me gusta un desafío?-. Dijo, tocando levemente el torso musculado de Bi-Han.

El criomante gruñó levemente, pero una pequeña sonrisa jugueteó en las comisuras de sus labios. Aunque era un hombre de pocas palabras, algo en la tenacidad de Sareena había logrado perforar la fachada helada que él presentaba al mundo.

-¿Qué es lo que realmente quieres, Sareena?-. Preguntó.

-Quiero conocerte, Bi-Han. Más allá del guerrero, más allá del hielo-. Respondió.

Bi-Han la miró intensamente, como si estuviera evaluando sus palabras.

-No hay nada más allá del hielo-. Dijo tajante.

-Eso es lo que quieres que creamos todos, ¿Verdad?-. Preguntó poniendo morritos.

Bi-Han no respondió, pero algo en su mirada le indicaba a Sareena que sus palabras habían encontrado un resquicio en su armadura.

-Dame una oportunidad, Bi-Han. Permíteme conocer al hombre detrás del guerrero-. Pidió.

El gran maestro Lin Kuei interrumpió la interacción, llamando la atención de todos los presentes para dar nuevas instrucciones.

-Bi-Han, Sareena, es hora de un ejercicio de combate. Apliquen lo que han aprendido-. Ordenó este.

Bi-Han asintió y se colocó en posición de combate, su mente enfocada en la tarea inmediata. Sareena, por otro lado, no perdió la oportunidad de desafiarlo en el combate.

La lucha fue intensa, con Bi-Han desplegando su habilidad congelante y Sareena esquivando sus ataques con agilidad. A medida que avanzaba la pelea, Sareena notó que Bi-Han no usaba toda su fuerza, como si estuviera midiendo sus movimientos.

-No te contengas por mi, Bi-Han. Estoy aquí para aprender-. Pidió relamiéndose los labios.

Bi-Han la miró por un momento antes de dar un golpe más certero. Sareena, sin perder la gracia, lo evitó con destreza.

Mortal Kombat Mythologies: Sub-ZeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora